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Keegan tomó con fuerza su mochila antes de bajar de aquel avión junto sus compañeros, su mirada vagó en los hombres que le daban la bienvenida de aquella base con un rostro serio y poco amable, haciéndolo casi rodar los ojos.
—Nombre y puesto.—habló un soldados frente él.
—Keegan, sargento.—respondió mirando sus alrededores.
El haber mirado su alrededor su mirada fue capturada por una figura de una chica acompañada por dos enfermeras con las cuales reía, vestía todo de negro y tenía un lazo naranja en su moño perfecto haciéndolo querer mirar más.
—Bien, fuiste asignado de habitación con una chica que tiene tu mismo rango, es de aquí, la llaman Lover.—habló el hombre a lo que él arrugó el rostro.
¿Habitación mixta? Quiso preguntar pero solo asintió escuchando lo que necesitaría, a lo que después simplemente camino lejos de él en busca de su habitación, había pasado media hora hasta que se dio por vencido ya que se había perdido por completo.
Se recostó en la pared con amargo y cuando decidió alejarse, su mirada cayó en una figura que le daba la espalda y doblaba en un pasillo, inmediatamente reconoció aquel lazo naranja a lo que la siguió, caminando con sigilo vio la chica abrir una puerta y luego cerrarla.
Quiso darse la vuelta e ignorarlo pero vio el número en la puerta de la habitación a lo que se tensó, dándose cuenta que aquella chica era su compañera a lo que camino y todo la puerta.
Sonreíste de medio lado una vez dentro de la habitación quitándote la camisa negra poniéndote una blanca de tirantes hasta que la puerta sonó haciéndote girar confundida, caminando hasta ella y abriéndola.
Tu sonrisa se desapareció al ver al hombre frente a ti, vestía un uniforme azul oscuro casi negro, tenía un pasamontañas y era alto, casi que apenas le llegabas a los hombros con duras apenas.
—Hola?—murmuraste sonriendo un poco para no parecer descortés.—Te puedo ayudar?
Keegan al escuchar tu voz quiso decirte que siguieras hablando, tenias una voz que realmente pegaba con tu personalidad, no era ni fuerte ni chillona, era pacífica y tranquila.
—Soy Keegan, tu compañero de habitación.—habló enseñando el papel.
Habías estado tan ida este día que no habías recordado que este mismo día era que asignaban a aquel hombre a tu habitación a lo que sonreíste de medio lado y asentiste para dejarlo entrar.
—Me llaman Lover.—comentaste cerrando la puerta en tu habitación.—Pero me llamo ___, es un gusto conocerte.
Keegan quería mirarte y decirte que el gusto era suyo para volver a darte una mirada completa, no había pasado desapercibido nada de ti al momento que te había seguido, había mirado lo suficiente como para quedar satisfecho de tu cuerpo y estatura, era muy...su gusto.
