28. Keegan

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Sus ojos achinados debido a la risa que emitía, su perfume perforando los poros de la otra chica y su atención totalmente en ella fue la causante para que aquella noche de tu cumpleaños que habías planeado en el bar te hicieran sentir miserable, n...

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Sus ojos achinados debido a la risa que emitía, su perfume perforando los poros de la otra chica y su atención totalmente en ella fue la causante para que aquella noche de tu cumpleaños que habías planeado en el bar te hicieran sentir miserable, no quería un tiempo para pensar, quería un tiempo de ti.

—Crees...que sea cansona?—preguntaste tímida al chico moreno junto a ti que te había prestado atención todo este tiempo.

—Cansona? Claro que no, eres la mejor chica de todas, eres atenta, y súper dulce.—le sonrió con amor antes de besar tu frente.

—Me lo dices por ser mi primo?—bromeaste pero viste que él no te sonrió de vuelta, intentabas ocultar aquel dolor en tu pecho como pudieras.

Suspiraste mirando aquella escena, ni tan siquiera te notaba la mirada, solo sentiste aquel ahogo en tu garganta que te hizo levantarte del asiento y salir rápido de aquel sitio.

Apenas pasaste las puertas traseras del bar empezaste a llorar con dolor en tu pecho que no hacía nada para calmarte tu respiración, caminabas sin saber hacia donde ibas hasta que chocaste con un cuerpo, no te intereso en lo mínimo haber terminado en el suelo llorando más fuerte.

—Mierda, no creo que te haya golpeando tan fuerte, no llores.—aquella voz era desconocida para ti debido a que no dejabas de llorar en tus manos evitando sonar tan fuerte.—No, para, lo siento enserio.

Cuando lo sentiste cerca solo viste un cuerpo al cual engancharte en busca de calor debido al frío que hacia fuera y no cargabas una chaqueta, cuando rodeaste el cuerpo de dicha persona sentiste aquella tensión en su cuerpo haciéndote suspirar.

—Estas cálido.—fue lo único que salió de tus labios en susurro.—Lo siento.—quisiste separarte pero los brazos del chico que abrazabas no te dejaba salir.

—Te ves tierna cuando lloras.—lo escuchaste susurrar.

Guardaste silencio escuchando aquella voz conocida tuya, hacia unas tres semanas habías empezado a recibir mensajes de un número desconocido para ti, te preguntaba tú día, y todo lo que una persona interesada en ti lo hacía, no sabias quien era ni como había conseguido tu número, incluso le preguntaste diciéndole que si no te decía llorarías hasta obtenerlo y lo único que recibiste fue una llamada donde te decía solo una cosa.

"Te verás tierna cuando lloras?"

Reconociste su voz por una de las tantas visitas que le solías dar a tu primo y novio en la base militar, pero no recordabas su cara con perfección.

Cuando elevaste tu mirada sentiste tu corazón golpear con furia tu caja torácica, quisiste salir de sus brazos pero él solo te dio una mirada desde donde estaba, estaba más alto que tú ya que estabas sentada en el suelo y él de cunclillas.

—Porqué lloras?—susurró.—Es tu cumpleaños, y no deberías llorar.

Suspiraste con pesadez intentando levantarte, pero él fue más rápido ya que se levantó y te jaló.

—Pensé que sería un mejor cumpleaños, pero él lo empeoró todo.—empezaste a hablar.—Me dijo que era cansona y aburrida, que debía tener una novia que fuera emocionante y bonita.—Bajaste la mirada hasta tus manos que temblaban.

En pocos segundos estás fueron envueltas por un par de manos enguantadas, levantaste tu mirada.

—Eras tú.—dijiste nuevamente.—siempre, en la mañana, tarde y noche, y yo no sabían quién eras.

Keegan se quedo en un silencio vacío, te miraba a los ojos como posiblemente la chica más preciosa que había visto, desde la primera vez que te vio en aquel campo militar bajando del auto con un vestido negro sintió su corazón paralizado, cuando llegaste con una caja de cupcake's hechos por ti y le diste uno con una sonrisa en tus labios fue la vez que lo hizo saber que quería a alguien, y esa era a ti.

—Tu primo me ayudo, de cierta manera me decía que no estabas tan bien con ese idiota de novio que tenías, entonces puede que me haya aprovechado un poco de la situación.—levantó su mano hacia tu cielo, en donde hacía nos momentos había caído su mirada en un collar que tenía con una rosa.

—Se me hacía lindo para la ocasión.—murmuraste sintiendo como sus dedos descubiertos del guante se deslizaba por tu piel.—Gracias por el regalo.

Keegan te vio antes de jalarte y colocar su cabeza en tu cuello haciéndote tomar aire con fuerza, Keegan era la persona más demostrativa que habías conocido, puede que no haya dicho muchas cosas, pero te demostraba cosas que tu ex jamás lo hacía, te hacía sentir querida.

—Es lo menos que te puedo ofrecer, desde que te vi.—habló en tu cuello, tu elevaste tus brazos rodeando su cabeza sintiéndote abrazada por ahora sus brazos en tu cintura.—Te necesito conmigo ___.—susurró depositando un beso en tu cuello por encima de su máscara.

Sentiste tu respiración rápida y no dudaste ni un segundo en tomar su mano para luego caminar rápido hasta el estacionamiento donde estaba tu Jeep, abriste la puerta trasera diciéndole que entrara, cuando entró le seguiste tú para poder sentarte en sus piernas con cada una de las tuyas a cada lado.

Keegan vio aquella acción demasiado osada por lo que colocó sus manos en tus muslos intentando apretarlos pero fue imposible hacerlo fácil, eran grandes.

—Quítatela.—salió de tu boca.

Él se quitó aquella máscara removiendo su cabello frenéticamente haciéndolo lucir mejor, no tenía aquella pintura negra en sus ojos, solo una máscara negra en su boca que se quitó dejando ver sus labios.

Lo miraste detenidamente para luego acercarte hasta tal punto de poner tu nariz con la de él y sentir su respiración.

—Para que me necesitas?—susurraste.

—Te necesito solo para mi, para tenerte solo para mi hasta que muera.—tomó sus mejillas apretándolas con la misma mano.—Solo di que eres mía. Porque tenerte ahí encima se me hace difícil.

Moviste tu cabeza quitando su mano antes de tomar ahora tu sus mejillas con ambas manos, acercarte más sintiendo aquella pesadez en sus pantalones y plantaste un beso en sus labios deslizando tu lengua en estos, la posición de las manos de Keegan ahora paso a estar en tu cintura donde apretó con fuerza tu cuerpo hacia abajo.

—___.—susurró cerrando sus ojos.—Por favor.—suplicó.—Te necesito conmigo, el resto de mi vida.

Sonreiste coqueta antes de besar sus labios nuevamente.

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¿QUIEREN SEGUNDA PARTE? 7u7

One shots| Call of DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora