Aún siendo una simple cadete.
Sabías el gran poder y sentir que habías causado en un hombre de rango mayor, el cuál a tan solo la semana se había vuelto adicto a ti después de un simple beso accidentoso, Soap se había vuelto la sombra tuya desde entonces, deseando una sola cosa.
Volver a sentirte.
Realmente nunca usabas aquello como método para crecer en la milicia, eras buena, conocías mucho más que el resto, pero el simple hecho de avanzar y tomar responsabilidades te aburría de la manera en pensar cómo estarías llenando papeleo o entrenando soldados mediocres.
Por eso te ibas hacía los mayores, te hiciste amiga de aquel hombre moreno en cuál a los pocos días te presento con sus amigos, tu mirada fue capturada por el hombre junto él de la máscara, Soap, un apodo bastante absurdo para alguien tan perfecto—Habías pensado.
Un accidente donde lo besaste fue lo que ocasionó que Soap cambiara ante los demás, su comportamiento era más serio, ya no hacía bromas malas y definitivamente se comportaba mejor cuando estabas tú, era obediente hacia ti.
Y eso lo notaste en aquella habitación, antes de cerrar tu habitación compartida con una compañera que nunca estaba, fuiste alejada de la puerta por aquel hombre que te miraba con necesidad.
—Te lo suplico.—te tomó del rostro.—No puedes hacerme esto, alborotar mis sentimientos y luego simplemente dejarme de lado, te necesito, te necesito.—pedía mirándote.
Algo que sabías desde siempre era que los ojos jamás mentían, lo notabas cuando Simon decía una cosa y sus ojos otra, y lo notabas en aquel hombre, que te suplicaba por ti y lo decía de verdad, se había obsesionado con un simple beso.
—Qué necesitas de mi?—quitaste sus manos antes de empujarlo en tu cama donde se quedó sentando quedando perfectamente frente tu rostro.—Dímelo.
—Primero fueron tus besos, pero maldición muñeca, necesito tu cuerpo, necesito esos muslos que rebotan cada vez que corres en el campo.—apretó uno de tus muslos con fuerza acercándote hacia él.—Seré bueno, te lo suplico, pero te necesito.
Le mostraste una sonrisa con los labios cerrados justo antes de sentarte a ahorcadas de él en donde entrelazaste tus manos detrás de su cuello y el tomaba tus dos muslos con fuerza los cuales parecían que romperían aquel pantalón verde musgo.
—Sabes Soap.—hablaste muy cerca de su rostro notando sus ojos brillando y su cabello despeinado, no traía aquel peinado sofisticado de él, su cabello estaba recién lavado soltando un aroma masculino y caía ligeramente.—Jamás pensé enamorar a un hombre mayor que yo casi por quince años.—susurraste.
—Yo...—Soap mordía su labio intentando no soltar un jadeo debido al movimiento que habías hecho para acomodarte en su regazo.—Prometo no ser duro ni malo.
Eso te hizo sonreír antes de tomarlo de las mejillas y empezar a besarlo con fuerza moviendo tus caderas en un vaivén de al frente hacia atrás sintiendo las manos del escocés apretar tu cintura con demasiada fuerza.
El beso para Soap era necesitado, no era como el beso que se habían dado estando los dos borrachos, era un beso necesitado el cuál comenzó a manipularlo él, hasta tal manera de levantarte y acostarte en tu cama.
—¿Pasa algo?—susurraste un poco agitada mirando como el chico quitaba tus botas y se dirigía hasta la cremallera de tu pantalón.—Amor?
Aquel apodo hizo que Soap se detuvo y te miró, notaste el deseo de sus ojos antes de sentir como se acercaba hasta ti tomándote de las mejillas con una mano obligándote a mirarlo.
—Me comeré lo que me pertenece.
Eso fue lo único que dijo antes de bajarte el pantalón dejándote con la camisa negra sencilla que tenías y tú ropa interior negra, jadeaste viendo como no era delicado, agarro tus muslos colocándolo en sus hombros antes de correr tu ropa interior y sumergirse en ti.
Un gemido con su nombre lo hizo pegarse más en aquel pedacito de carne sensible tuyo moviendo su lengua como nunca, apretabas las sábanas debajo de ti jadeando y cerrando los ojos con fuerza.
Soap se tomaba su tiempo de levantar su vista mirándote con deseo, entreabrías los labios y cerrabas los ojos con demasiada fuerza.
—Soap...—Pedias—Te necesito.
No lo tuviste que decir dos veces para que Soap te pusiera boca abajo viendo tu trasero el cual plantó un beso en ambos glúteos y se quitó su pantalón.
Se inclinó hasta ti para tomarte de la garganta tomando su propio pene con fuerza y alineándolo en tu entrada, pero aún sin meterlo te hablo.
—Me escucharás.—pidió.—Me importa una mierda que seas una cadete buena, seré el que te siga en cualquier momento, en el gimnasio, en una misión, porque desde que meta mi propio pene en tu vagina apretada serás mía.
No te dejo hablar, nada más doblaste tus ojos con placer sintiendo su miembro meterse a la perfección en ti, te soltó del cuello y te hizo levantarte mejor para una mayor penetración.
Todo era muy rápido y agitado para ti, sentías que te romperías ante los movimientos rápido y agitados que empleada en tu vagina, mordías una almohada evitando ser escuchada aún sabiendo que el sonido del chapoloteó que ambos provocaban se escuchaba con fuerza.
Soap mordía su labio viendo tu cuerpo de espaldas, mirando aquella curva que se trazaba en esta y tu inmenso trasero chocando con sus crestas, un gemido salió de él sintiendo como lo apretabas con fuerza.
Y a los pocos minutos apretó tu cabello soltando un gruñido mientras se venía dentro de ti, rodando los ojos te dejaste caer en la cama soltando gemidos pequeños.
—Soap...—llamaste.
Sentiste las manos del hombre girarte, lo miraste extrañada viendo como él ya tenía su bóxer puesto y buscaba espacio en ti, extendiste tus brazos y sentiste como se acurrucaba con delicadeza en tu cuello.
—Me obsesione a ti por un simple beso, que me espera después de este encuentro?—susurró besando tu cuello.—Mierda, eres tan jodidamente deliciosa.
Reíste y lo miraste, sus ojos estaban ya cerrados.
Al final no solo Soap estaba enganchado, por algo había sido el único hombre que habías mirado el primer día de la reunión de bienvenida tuya.
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One shots| Call of Duty
FanfictionMini historias de distintos tipos de personajes del video juego Call Of Duty.