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Siempre te habían pintado que el amor era de color rosa, lleno de cariños, besos, atención y palabras bonitas, pero porque el amor que sentías por él dolía tanto? Su manera de hablarte, de mirarte o de simplemente tener que tocarte lo recibías con odio de su parte, ni aquellas miradas que te daban te hacían sentir querida, sino que estorbabas.
—Come Lover.—habló Price hacia ti mirando la manzana sin comer en tus manos, lo miraste durante unos segundos pero negaste.
—Estoy bien, no es para mí.—la dejaste en la mesa, apretaste tus brazos en tu estómago para dejar caer tu cabeza en la mesa mirando el suelo, te dolía, mucho, la presión en tu pecho no era ausente y eso Price lo notaba perfectamente.
Price supo que tu relación se estaba hundiendo de poco a poco pero no entendía el porqué, siempre te había visto como alguien animada cuando se trataba de Simon, fuiste lo suficientemente fuerte y tranquila para irlo conquistando, pero no pasó nada desapercibido que él te recibía ahora de una manera desagradable incluso dejándote sola.
Las sonoras risas de una chica lo hizo girarse, Simon entraba con su brazo en los hombros de una chica, le dio una mirada fugaz para verlo detenerse y presenciar tu aura de tristeza en la mesa.
—Ya me voy Price.—dijiste cansada elevando tu vista hacia él, pero no te miró, no, miraba hacia otro lado, así como ahora lo hacías tú.
Ese pinchazo de dolor se implantó en tu pecho, específicamente en tu corazón y nuevamente tus manos temblaban, él estaba ahí, con su mirada hacia ti, miraste su brazo colgando en los hombros de la mujer haciéndote soltar un pequeño sollozo, él jamás lo había hecho contigo, jamás dejó que te acercaras a menos que lo pidiera.
Sin decir ni una sola palabra te levantaste de la mesa tomando la manzana verde en una de tus manos y te acercaste hasta él estirando la manzana hacia su pecho mirándote sin ningún tipo de sentimiento.
—Te escuché decir lo mucho que querías comer una manzana verde y que aquí no había, dure mucho pero aquí está, disfrútala.—las palabras te salían con un dolor increíble que sentías aquel amargo sabor en tu garganta haciéndote sollozar en el momento.
Pocos segundos fueron los que duraron para Simon darse cuenta de lo que estaba pasando ahí, de manera inmediata bajo su brazo de los hombros de la mujer para mirar la chica que se suponía que era su novia, nunca te había visto en ese estado, no te había visto débil ya que sabías lo mucho que odiaba las personas débiles en su alrededor, pero el dolor también lo cubrió, nadie nunca parecía escucharlo fuera del mando de teniente, el simple hecho de que le dieras la manzana que él tanto quería le dio darse cuenta lo que estaba perdiendo.
—Prometo irme.—fuiste lo ultimo que soltaste caminando hasta la salida limpiando las lagrimas pequeñas de sus ojos.
Simon se giró hasta Price empujando la mujer de su lado sacándole un quejido para caminar hasta Price el cual miraba la situación en silencio, bajó su mirada hacia el vaso con agua.
