—Dígame, lady Helen: ¿qué piensa acerca de la detención de lord Pembroke, su yerno? —interroga Nat a mi abuela.
—Creo, sir Nathan, que en vista de los delitos que ha cometido es la consecuencia lógica. Y muy merecida, por cierto. —Los ojos azules iguales a los míos lanzan chispas—. En Inglaterra nadie está por encima de la ley y responderá por lo que ha hecho. ¡Aunque reconozco que nunca me gustó como yerno! Fue el responsable de que perdiera el contacto con mi hija, no aprobaba que fuese escritora de novelas eróticas. Pero la moral de ese hombre es un mero barniz. Porque utilizó su posición de marido consorte —pronuncia despectiva—, con premeditación y se valió de uno de los títulos nobiliarios de la familia para realizar sus fechorías. En próximas fechas le retiraré el ducado a mi hija y recaerá sobre mi nieta. Lo hago por respeto a nuestros ancestros, que en estos momentos seguro que se revuelven en sus tumbas.
—Las acusaciones de corrupción son muy graves y las pruebas contundentes —agrego con cierto placer—. Tampoco tengo contacto con mis padres. Cuando tenía cuatro años me dejaron en un internado y apenas los traté. Nos hablábamos una o dos veces al año, pero desde que empecé a trabajar como médium para The Voice of London me retiraron la palabra. Por lo visto en su escala de valores ser un delincuente es menos deshonroso que hablar con fantasmas.
—Y usted, lady Danielle: ¿cómo cree que pueda afectarla el revuelo mediático producido por la detención de lord Pembroke? —Mi jefe me efectúa un guiño cómplice de espaldas a la filmadora.
—No me afectará, sir Nathan. —Y reprimo las ganas de darle o de lanzarle un beso—. Insisto: al igual que mi abuela hace años que no me comunico con mis padres, salvo un par de encuentros breves y casuales. Fueron ellos los que se distanciaron aún más porque me negué a casarme con lord Salmond, también en prisión por los mismos delitos. Semanas atrás acepté salir con él para dejarle claro que no había la menor posibilidad de que nos uniéramos en matrimonio. Imagino que habéis visto las fotos, no me dejaba en paz. Pero lord Salmond me había preparado una encerrona que incluía a lord y a lady Pembroke.
—¿No le parece que es demasiado injusta con ellos en vista de los acontecimientos? —inquiere Nathan y vuelve a guiñar.
—¡De ninguna manera! A los cuatro años lord y lady Pembroke me ingresaron en un internado y casi no los conozco, no es que sea una hija desnaturalizada. Ellos sí han sido unos padres antinaturales. Mi abuela, en cambio, siempre procuró estar a mi lado, aunque ellos hicieron lo posible por impedírselo. ¿Debería esconderme, ahora, y fingir que la detención me preocupa? El mundo no gira alrededor de la gente con poder e influencias, tienen que cumplir las normas como los demás. —Lady Helen me contempla con cariño y me da un emotivo abrazo frente a las cámaras.
Ya sé, ya sé, no me regañéis: estáis sorprendidos. Pensad que la entrevista que nos hace mi jefe se publicará en la portada de The Voice of London y que la colgarán en la página de internet del periódico en el momento en el que detengan a lord Pembroke y a lord Sardina. Significa poner una tirita antes de la herida y estar preparados para el bombazo que significará. Mi abuela y yo somos mujeres famosas y no podemos esconder las cabezas en la arena como el avestruz.
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La médium del periódico #1: The Voice of London (éxito Wattpad WEBTOON Studios).
Paranormal🔞ATENCIÓN, ESTA NOVELA ESTÁ CATALOGADA COMO MADURA. 🔞 Pensaba que mi día a día era agitado porque recorría el mundo para hacer entrevistas a los muertos, que luego publicaba en el periódico The Voice of London. Y, también, porque tenía muchos aman...