2- Espía a las órdenes del Secret Intelligence Service.

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¿Queréis saber algo curioso? Fui espía del Servicio Secreto de su Majestad

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¿Queréis saber algo curioso? Fui espía del Servicio Secreto de su Majestad. Como James Bond, el Agente 007, trabajé para el Secret Intelligence Service. La última contribución —antes de que dejara a Joseph Black en la estacada— estuvo relacionada con la reina Elizabeth II, pues impedí que un individuo de Europa del Este se colara en su habitación.

     Suena raro, lo sé. Os preguntáis: ¿para qué diantres querrían los servicios de inteligencia británicos contratar a una médium excéntrica? No voy a entrar en detalles ahora, los dejo para después. Solo os diré que los humanos vivimos la realidad al ras del suelo, mientras los espíritus la observan desde una distancia que les permite gozar de objetividad. En resumen, se adelantan a los acontecimientos y exploran el futuro.

     Modifico mi artículo, Entrevista a Anne Boleyn. Soy muy minuciosa con las correcciones, en este caso más aún porque de todo lo que me ha dicho hay elementos publicables y otros que no lo son. Porque a nadie le importa mi vida personal y mi tatara, tatara (...) abuela, ha sido muy locuaz. Quitar la parte impublicable es lo que me retrasa porque suelo entregarle al jefe mi colaboración con más días de anticipación.

     Pero volviendo al tema del espionaje, mi intervención fue irregular porque el cabrón de Black me engañó. Me reclutó antes de que terminase la carrera universitaria y me hizo trabajar gratis para él mientras se llevaba los honores. Hace una semana me he vengado de ese cochino mentiroso y puedo aseguraros de que la venganza es un plato que se sirve frío para que proporcione el mayor placer.

     Levanto mi taza de Prince of Wales  y brindo:

—¡Feliz Navidad, Joseph, atragántate con el pavo asado!... Aunque ignoro si en la cárcel dan pavo asado.

     Porque Black ha sido detenido en una estación de servicio de Reading —cerca de Londres— cuando le pagaban doscientas cincuenta mil libras esterlinas por mediar en un contrato público a favor de dos empresas armamentísticas extranjeras, una belga y otra israelí. La Justicia Británica no es tan permisiva como en los países del sur de Europa.

     Los ingleses no perdonamos que los miembros del Foreign Office  estén corrompidos. Y menos en un caso como este, de absoluta traición a los valores del país. Eso sí que es justicia poética, pues me citó para hacerme el ofrecimiento de trabajar para el MI6 en el flanco derecho de una gasolinera de Warwick, justo en la zona a la que no llegaban las cámaras de video vigilancia. ¿Por qué siente fijación por este tipo de negocios? Quizá porque tienen mangueras grandes y todavía no se ha animado a salir del armario.

     Reconozco que soy mala, pero Black es Lucifer... O la muerte. No la muerte bonita de ¿Conoces a Joe Black?, personificada en el hermoso rostro de Brad Pitt cuando era joven, sino una muerte cruel y fea como él. Pero esto ya no importa porque para festejar su reclusión me compré —en su honor— el Aston Martin de la última película de la serie James Bond.

La médium del periódico #1: The Voice of London (éxito Wattpad WEBTOON Studios).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora