26- Las cincuenta sombras del mafioso.

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Controlo las náuseas que me suben por la garganta mientras sigo el movimiento del garfio que le cuelga a lord Sardina en la cara a modo de nariz

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Controlo las náuseas que me suben por la garganta mientras sigo el movimiento del garfio que le cuelga a lord Sardina en la cara a modo de nariz. El apéndice tiene vida propia, pues gira en dirección a los cuatro puntos cardinales como si fuese una espada que protegiera a su dueño.

     Se nota que el hombre ha intentado acicalarse, pero el trabajo ha resultado infructuoso porque, aunque el pez se vista de frac, pez se queda. Reprimo el asco. Los flases de los fotógrafos me ciegan y mi orgullo se resiente al rumiar en los titulares de los periódicos y de las revistas del corazón cuando al día siguiente me emparejen con este vejestorio.

     Encima, con una sonrisilla presumida el lord Corrupto afirma:

—Le tengo que agradecer esta cita a mi buena amiga Aline. De lo contrario usted jamás hubiese salido conmigo. —El muy tonto ignora que Cleopatra se puso furiosa al escuchar la conversación entre él y el otro mafioso y que nos confabulamos para proporcionarles a ambos una lección que nunca olvidarían—. Está guapísima y su perfume es exquisito. —La nariz me enfoca, agradecida, por un rato se salvará del hedor a sardina.

—Estoy encantada de haber venido a esta función de ballet con usted, lord Sard... Salmond. —Ensayo una amplia sonrisa—. Me apasiona la danza.

     Observo que los ojos de pescado muerto se pierden en mis caderas, como si estuvieran atados a las curvas. Resulta lógico, pues me he puesto el vestido más revolucionario que me ha hecho mi diseñadora preferida. La seda natural es de color azul brillante, con transparencias en un encaje exclusivo que dejan gran parte del cuerpo al aire, de una manera refinada y nada vulgar. Y que resaltan el collar que me regaló el perverso mafioso.

—Debo reconocer, lady Danielle, que una vez más usted ha venido glamurosa. No hay hombre que permanezca indiferente a su figura —y luego exclama—: ¡Ahí están sus padres! ¡Qué casualidad! Vamos a saludarlos.

—Vaya usted si le apetece, yo no tengo la menor intención de hablarles —le informo y niego también con la cabeza—. Pero apúrese, pronto deberemos ocupar los asientos en mi palco.

     Demasiado esfuerzo significa para mí soportar a este individuo como para añadir a esta tortura la conversación insulsa de mis progenitores.

—Tiene razón. Además, ahí vienen ellos. —Levanta el brazo y lo agita.

—Danielle —me saluda lord Pembroke, después de extenderle la mano a su amigo y socio en la mafia: me propina una palmadita condescendiente en el hombro—, qué agradable verte de nuevo y así tan guapa.

—Sí, Danielle —coincide lady Pembroke—. ¡Qué alegría encontraros juntos aquí! ¿Por qué no venís mañana a casa a la hora del té? Sería muy agradable para nosotros que nos visitéis.

—Lo lamento, pero esto no es posible, estoy demasiado ocupada —niego, seca, y luego le advierto a mi acompañante—: Si prefiere quedarse con lord y con lady Pembroke por mí no se preocupe, puede ocupar el palco de ellos. Yo iré al mío. ¡Adiós!

La médium del periódico #1: The Voice of London (éxito Wattpad WEBTOON Studios).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora