4- ¡Sexo, mentiras y Nostradamus!

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Estoy con Nathan en el château de Chenonceau y no dejo de preguntarme por qué ha venido

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Estoy con Nathan en el château de Chenonceau y no dejo de preguntarme por qué ha venido. A veces este hombre me desconcierta. También me acompañan Catalina y Nostradamus, no debo olvidarme de ellos.

     Es de noche y pronto comenzaré la entrevista en la sala de François I, el lugar elegido por los espíritus. «¡Vaya lío!» No entiendo por qué los humanos somos capaces de enredarnos en situaciones surrealistas.

     Sin embargo, la mañana comenzó de la forma habitual y no me hizo sospechar que el final del día se torcería tanto.

—Te queda muy bien esa sábana —bromeé mientras me desperezaba—. Pareces escocés.

     Pillé a Ryan desprevenido —y desnudo— mientras apoyaba la espalda sobre la ventana y me observaba. Es agradable abrir los ojos y recrearse en un cuerpo musculoso.

—¡Santo Dios! —gritó, se sentía insultado—. ¡Nunca puedes comparar a un irlandés con un escocés!

—Lo siento. —Lo señalé y me reí—. Es por la sábana de diseños escoceses con la que estás envuelto.

—Te ves contenta. —Y se frotó la barba incipiente.

—¡Estoy muy contenta! —Mi voz retumbó contra las paredes y provocó un estallido—. Nunca creí que el propietario me dejase dormir en la habitación de Catalina de Médicis. ¡Y menos en su cama!

—Poco dormiste en su lecho. —Ryan largó una carcajada—. Los cinco minutos de ahora.

—Tú sabes por qué...

—Sí. —Se desacomodó el pelo con la mano: le quedó más puntiagudo que de ordinario—. Resulta comprensible que el dueño te dejara, es una buena publicidad. Las palabras y las imágenes venden muy bien la visita. No sé si ellos nos hacen el favor o el favor se lo hacemos nosotros. Es lo bueno de conocer a mucha gente. Y las fotos quedaron increíbles...

—Ya, te quedaron geniales. Sigo impactada. —Me reí—. Espero que las fotografías previas a la entrevista salgan igual de bien. Nunca imaginé que conocías a los hijos de los dueños y menos que a ellos se les diese por ser moteros.

—A mí lo que me hizo gracia no fue verlos a ellos, sino verte por el retrovisor subida detrás de mí en la Harley Davidson. —Se aproximó y me revolvió la cabellera—. ¡La de veces que te invité y que me dijiste que no!

—Las motos son incómodas, chico, prefiero los coches —afirmé, convencida—. Pero para hacer una entrevista de las mías soy capaz de tirarme desde un avión sin paracaídas.

—Lo sé.

—Supongo que me veía rara en la quedada de moteros. —Solté una carcajada—. Es una pena que no me pudiera ver lady Pembroke. Si hubiese estado cerca me ponía una chupa de cuero de Los Ángeles del Infierno.

—Tengo una, te la presto —repuso, sonriente.

—Cualquier día te la pido. —Y lo decía en serio, sacar de quicio a mi altiva progenitora es mi actividad preferida—. Además, estoy feliz porque a pesar de que Anthony me había dicho que Catalina y Nostradamus  esperaban mi llegada no pensé que me darían esta bienvenida con los brazos abiertos. Están impacientes por participar en nuestra entrevista de hoy.

La médium del periódico #1: The Voice of London (éxito Wattpad WEBTOON Studios).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora