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—Buenos días, Jeongin —saludó Chan ni bien se plantó frente al pelinegro

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—Buenos días, Jeongin —saludó Chan ni bien se plantó frente al pelinegro.

—Uh, buenos días —se limitó a decir mientras acomodaba sus lentes en el puente de su nariz.

—¿Cómo amaneciste hoy? —una gran sonrisa se plasmó en su rostro de forma genuina—. ¿Quieres que te lleve a la universidad?

Jeongin frunció el ceño nuevamente. ¿Llevarlo? Primeramente, ¿cómo es que sabía del horario de su salida del edificio?

—Lo que pasa es que, bueno yo, eh..., e-estuve pasando por aquí los días anteriores y pude notar que salías a la misma hora. Por lo que pensé que sería una buena idea el ir juntos y claro que, si tú quieres, puedo traerte también.

—En serio... ¿En serio harías eso por mí? —sus ojitos se expandieron con total sorpresa y Chan contuvo las ganas de apretujarlo entre sus brazos por lo adorable que se veía.

—Haría muchas cosas por ti —habló en voz baja.

—¿Qué dijiste? —y para su mala suerte, Jeongin había logrado escucharlo. El rubio quiso golpearse con una piedra en la cabeza, tal parece que su pensamiento no se retuvo en su cabeza.

—No, na-nada. Dije que... que me encantaría que aceptaras mi propuesta.

"Bueno, eso no rimó, pero al menos no dijiste algo incoherente", trató de calmarse a sí mismo.

—Eres muy raro, pero eso te hace tierno —dijo con calma mientras esbozaba una pequeña sonrisa.

—Espera. ¿Qué dijiste? —Chan si quería escuchar aquello nuevamente—. ¿Te parezco adorable? —y bien, sus mejillas ahora se tiñeron de un suave color rosa. Jeongin asintió con lentitud y Chan fue el que ahora sonrió bobamente.

¡Ese había sido un cumplido! Nadie podía quitarle esa idea de la cabeza.

—¿Y aceptas? —por favor, por favor.

Jeongin tuvo muchas dudas. Siempre había escuchado por parte de su madre que cuando hay algún chico que se ofrece a ayudarte en muchas cosas, por más insignificantes que parezcan, es solamente por el hecho de que querían algo. Y Yang Jeongin no era un total ingenuo para no suponerlo, sino ¿Por qué Chan es tan amable con él a tan pocos días de haberse conocido? Había algo raro de seguro y, tarde o temprano el pelinegro sabía que iba a descubrirlo.

—Lo siento, Chan, pero es que me encanta caminar. Recuerdo habértelo dicho —su voz sonó amable sin ápice alguno de desconfianza. No quería ser notorio tampoco.

—Uh, lo había olvidado. Pero creo que hoy si podrás —dijo revisando el reloj en su muñeca—. Vamos algunos minutos retrasados.

Jeongin entró en leve pánico al recordar que tenía que llegar puntualmente a la universidad. Él jamás había llegado tarde y hoy no sería la excepción.

—Ay no, tengo que ir...

—Vamos, sube a mi moto, llegaremos mucho más rápido —sonrió con suficiencia al ver que ahora Jeongin ya no dudaba como minutos antes.

"Maravillosa jugada, Bang", se felicitó mentalmente.

El rubio le colocó el casco y, como algunos días atrás, Jeongin se sujetó fuertemente a él. Chan volvió a sonreír para luego encender el motor de su motocicleta.

Decir que todos los que rodeaban las afueras del lugar no estaban altamente sorprendidos, sería una vil mentira

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Decir que todos los que rodeaban las afueras del lugar no estaban altamente sorprendidos, sería una vil mentira. Y es que ¿Cómo es posible que el chico más popular y atractivo de la universidad, Bang Chan, traía consigo a alguien más en su lujosa motocicleta?

Todos comenzaron a murmurar, otros a criticar y unos simplemente a mirar atónitos por lo que estaban presenciando.

Chan se detuvo en el pequeño espacio de estacionamiento y juraba para que los nervios no lo traicionaran. ¡Lo había olvidado completamente! De seguro todos preguntarían por Jeongin o el por qué vino con él. Lo último que quería era que le vengan con rumores falsos al pelinegro sobre su persona. De seguro eso arruinaría todo lo que recién acababa de empezar. Maldijo su gran vínculo social con todos.

—Muchas gracias —habló Jeongin ni bien bajó de la motocicleta—. Tengo que irme, la campana no tardará en sonar.

El pelinegro ajustó la mochila en su hombro y antes de poder alejarse fue detenido por la mano de Chan en su muñeca, quien aún permanecía sentado en la moto.

—Podemos..., ¿Podemos vernos hoy en la ahora del receso? —declaró levemente avergonzado, sus rojas orejas lo delataban.

—Uh, claro que sí, yo no tengo problemas —sonrió tratando de esta vez no ponerse nervioso. La profunda, pero a la vez cálida mirada de Chan hacía que se sintiera algo cohibido, como si de un chiquillo se tratara.

—Perfecto, ¿En qué clase estarás?

—Historia Universal, A-097.

—Estaré ahí entonces —sonrió ampliamente para luego soltarlo—. Te veo hasta más tarde.

—Sí, hasta más tarde —repitió, ajustando sus lentes y corriendo apresuradamente hacia su facultad.

Jeongin no estaba entendiendo porqué se sentía así cada vez Chan se comportaba de diferente manera con él. Se supone que es una nueva amistad en una ciudad completamente desconocida para él, sin embargo, y con todo lo repentino que le estaba sucediendo, ahora iba a ser más meticuloso con cada detalle que puede notar por parte del rubio. Estaba seguro que podría haber algo más y no debería confiarse.

 Estaba seguro que podría haber algo más y no debería confiarse

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Sucker for you ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora