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Jeongin se encontraba caminando por el pasillo en dirección a la cafetería de la universidad

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Jeongin se encontraba caminando por el pasillo en dirección a la cafetería de la universidad. Hace ya algunos minutos que la campana había sonado y no olvidó que tenían que ir en busca de Chan. Al comienzo le pareció un poco raro, pero también se puso a pensar en los aspectos positivos que traería el tener nuevas amistades. Hasta ahora las pocas personas que pudo conocer le habían caído bien por su personalidad sincera y actitud relajada. Después de todo ir a estudiar en una ciudad diferente a la suya no fue mala decisión.

Sujetando el tirante de su mochila logró ingresar al lugar, notando con la mirada rápidamente como Chan se levantaba y le indicaba su lugar. A pasos lentos, Jeongin fue acercándose y el rubio le esbozó una gran sonrisa de satisfacción.

—Hola, Jeongin —logró empezar—. Pensé que ya no ve-vendrías —titubeó la última frase.

—Hola, oh. ¿En serio? —frunció levemente el ceño, estaba seguro que no habían pasado más de cuatro minutos—. Lo siento, debe ser porque esperé a Félix, pero él dijo que se quedaría en la biblioteca a investigar sobre algo —le restó importancia encogiéndose de hombros—. No podía acompañarlo sin avisarte antes.

Chan empezó a sentirse muy inseguro.

—Vas... ¿Vas a ir también?

—No, no, creo que daría un mal aspecto de mí persona —le sonrió tímidamente, alterando el corazón de Chan por lo adorable que se veía ante él—. Además, me agrada tu compañía también, a pesar de que hablamos muy poco.

Eso fue suficiente para hacer sonreír al rubio, en cierta parte Jeongin tenía razón, pero Chan se iba a asegurar de permanecer el mayor tiempo posible con el pelinegro. No estaba seguro por qué lo quería así, pero tampoco es como si no le agradara la idea o todo lo que tenga que ver con Jeongin desde que lo vio por primera vez.

—¿Vas a querer algo en especial? —habló Bang luego de que el pelinegro se sentó frente suyo.

—Uh, bueno. ¿Vamos ambos? —sugirió haciendo un ademán de volver a pararse.

—No, por supuesto que no —se apresuró a decir, haciendo que Jeongin detuviera sus movimientos—. Yo te invité, déjame hacerlo de una buena manera —fundamentó algo cohibido por la fija mirada del pelinegro.

—Woah, gracias, pero no es necesario, en verdad. Puedo comprar también, no te preocupes —trató de convencerlo con su suavizada voz.

—Solo por hoy si quieres. Yo no pude hacer nada al respecto en tus primeros días de asistencia —hizo un inconsciente puchero y Jeongin terminó por acceder, dejando en claro que no era necesario pero que igualmente agradecía mucho su amabilidad—. ¡Bien! Vuelvo en seguida —se aseguró de tener la billetera en el bolsillo de su pantalón y con una corta sonrisa se fue alejando.

Jeongin también sonrió levemente, de cierta manera le parecía que Chan era un tanto especial y con una personalidad algo inusual. Podía sentirlo cada vez que él lo miraba o cada que percibía sus gestos y extrañas actitudes. Solo no esperaba equivocarse en cuanto tenerlo en su corta y casi inexistente lista de amigos.

Sucker for you ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora