—Vamos, Jeongin—ah, quisiera presentarte a un amigo mío —habló el peliazul mientras salían del aula. Ciertamente aún sopesaba su idea de hacerlo, pero no veía algo malo de todos modos.
Ambos fueron dirigiéndose a la cafetería, aunque Jeongin estaba algo inseguro con la idea de conocer a más personas en su primer día de universidad.
—Tal vez parezca un total despistado, pero es muy noble en el fondo de su corazoncito —bromeó y el pelinegro dejó de tensarse.
A unos metros de ellos, Jeongin pudo ver solo una cabellera rubia, tal parece que el chico dormía porque tenía el rostro escondido en sus brazos recostados en la mesa.
—¿Acaso está durmiendo? —le susurró a Félix y este rodó los ojos.
¿Por qué Chan siempre era así?
—Sí, casi siempre tiene flojera —fingió simpatía con una leve sonrisa, no iba a decirle que trasnochó en una fiesta absurda—. Hey, Chan. Ya, despierta. ¿Has comido algo siquiera?
—Mhm, ahora no fastidies. Me duele la cabeza. — murmuró bajito.
—Toma asiento, Jeongin. Traeré algo para ambos, yo invito por hoy —sugirió y el pelinegro no pudo más que sonreírle ampliamente.
"Jeongin", su mente reaccionó.
"3... 2... 1..."
Chan se reincorporó lentamente, si bien su reacción sería hacerlo mucho más rápido, tampoco era como que quisiera que el pelinegro se diera cuenta. Cuando sus miradas se encontraron, Jeongin fue el primero en desviarla, se estaba sintiendo incómodo si ninguno de los dos iba a hablar en ese momento.
"¡Diablos, que sí es bonito!" "Espera no. ¿Qué hago yo pensando en eso?"
Chan sacudió levemente su cabeza, tratando de quitar todos sus pensamientos.
—¿Tú eres Yang Jeongin? —actuó desinteresado.
—Claramente sí. Tú eres el que llegó tarde y no supo resolver el ejercicio, ¿verdad?
Chan cambió, juró sentirse el chico más estúpido en toda su corta vida y, algo extrañamente pasó... Sus mejillas empezaron a arder y a colorearse de un suave carmín, estaba avergonzado. Por primera vez en su vida se sentía avergonzado frente a alguien y no cualquier 'alguien', sino a Yang Jeongin, el chico nuevo e inteligente de su facultad.
—¿Estás bien? —el pelinegro acomodó mejor los anteojos en el puente de su nariz—. ¿Tienes fiebre? Estás algo colorado —ya que estaba sentado al frente, quiso acercarse un poco más a ver el rostro de Chan sin nada de cohibición en su sistema.
—¿Eh? No, yo, yo..., nada, creo que uh, hace calor, sí, es calor.
—¿Tienes calor? ¿Cómo dijiste que te llamas?
—Soy uhm... soy Chan. Bang Chan —intentó aclarar.
—Bien, Chan. ¿Cómo que tienes calor? —cuestionó asombrado—. El clima no pasa de los 17° centígrados.
Joder, el rubio ya no sabía cómo esconderse.
—De seguro tienes fiebre —Jeongin se sacó sus lentes y lo puso a un lado suyo. Entrecerró sus ojitos para poder ver con atención a Bang—. Creo que no es grave, no tienes escalofríos, no se nota que estás deshidratado y al menos no veo que sudes.
—No, en verdad creo que...
—¿Pasó algo? —apareció Félix con una bandeja en sus manos.
—Uh, al parecer sí, tu amigo Chan parece que tiene fiebre.
—¿Qué? ¿Fiebre? —el peliazul frunció el entrecejo.
—No, no es eso, yo...
Félix miró el rostro de Chan y no pudo evitar abrir sus ojos desmesuradamente. No, no podía creer lo que estaba viendo. ¿Acaso Bang Chan estaba avergonzado?
El peliazul decidió dejar la bandeja en el medio de la mesa y sentarse rápidamente al lado de su amigo.
—Esto es para los tres, disfrutemos de frutas picadas y jugo de naranja. — le dio a Yang un tenedor plástico junto a un pequeño envase con dicho alimento.
—Gracias, Félix —le sonrió amablemente, el mentado solo asintió.
El pelinegro sacó un pequeño libro que tenía en la mochila y lo puso al frente suyo, volvió a colocarse sus lentes para leer atentamente mientras picaba algunas frutas con el cubierto.
—¿Me dirás lo que te pasa? —susurró Félix hacia su amigo aprovechando de la concentración de Jeongin en su libro.
—No es nada —respondió secamente mientras dirigía con disimulo mal fingido su mirada hacia el más bajito.
—¿Alguna vez me responderás algo que no sea "no es nada"? —respondió con fastidio.
—Si digo eso es porque absolutamente no es nada y ya —resopló tratando de no exasperarse por segunda vez en el día.
—Ay, qué buen humor el que te cargas hoy —soltó con sarcasmo. Pudo notar como el rubor en las mejillas de Chan se habían dispersado, pero de igual forma quiso fastidiarlo—. Así que te avergonzaste frente a Yang, ¿eh? —no pudo ocultar su sonrisa burlesca.
—¿De qué hablas? ¿Yo avergonzarme? —rodó los ojos—. Como si no me conocieras. ¿Por qué tendría que hacerlo?
Félix arqueó una ceja y lo miró como diciéndole: 'No te creo ni una sola palabra'.
—¿Crees que miento? —la mirada de Lee no cambió—. Ahg, Lix, detente —se quejó fastidiado.
—¿Entonces ese es un sí? —dudó por unos segundos—. Sí, yo creo que sí.
Chan volvió a rodar los ojos y le dio un leve empujón en el hombro a su amigo, juguetón.
—Eso no es cierto.
—Esto es extraño, apenas lo conoces hoy y ya causa muchas cosas en ti —lo ignoró por completo mientras sonreía ampliamente.
—Félix, ya es suficiente.
—Harían una linda pareja.
—Deja de decir estupideces.
—Seré el padrino en la boda.
—¡Lee Félix!
El susodicho que justamente tenía una pequeña uva verde en la boca dejó de masticar. Jeongin levantó su mirada y la dirigió a Chan, todos en el comedor guardaron silencio.
Bien, ahora sí que Bang quería que la tierra se lo tragase. Los ojos del pelinegro impuestos sobre él lo coercían filosamente, no pudiendo fingir la vergüenza que se apoderaba de su organismo.
¿Por qué su cuerpo reaccionaba de esa forma? No estaba entendiendo nada y eso lograba frustrarlo. Se sentía un total tonto, Yang Jeongin lo estaba volviendo un tonto sin saber cómo y no sabía de qué forma iba detener todo eso.
Maldición, tan solo iban un día.
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Sucker for you ☘ ChanIn
Fanfiction𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚 ꒰ChanIn꒱ ❝ Soy un tonto por ti, Jeongin.❞ Bang Chan era el típico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el reci...