Diluvio

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Margo

Llegue a mi casa con la cabeza palpitando del dolor, subí las escaleras dirigiendome a mi habitación. Al entrar lo primero que hice fue lanzarme en la cama, tenía tanto sueño que pensé que en cualquier momento me iba a dar un colapso físico y mental.

***

Viernes por la mañana y estaba lloviendo a cántaros afuera, no sabía cómo iba a llegar al instituto, podría pedirle a papá que me llevará pero el se había ido hace un buen rato.

Dios mío, ¿Por qué a mí?

Tome mi paraguas y me dirigí hasta la parada del transporte público, mis zapatos blancos se están ensuciando por los charcos que pisaba a mi paso, los coches pasaban y pasaban hasta que por fin pude visualizar a lo lejos el transporte.

Al subir me senté en uno de los puestos de la ventana que estaba cerrada, no había casi gente me imagino que era por el clima que nadie quería salir de sus casas y los entiendo, yo tampoco tenía ganas de salir. Con este tiempo lo que me provocaba era estar acostada en mi camita viendo una película y comiendo algo grasiento que me hiciera engordar 5kg.


Las gotas de lluvia iban cayendo en el cristal de la ventana y yo solo tenía ganas de dormir, el motor del colectivo empezó a hacer un ruido raro y se paró de repente, ¡Ay, no!
¿Es que no podía pasar un jodido día sin que me pasará algo?, El conductor nos dijo que podíamos bajar o nos podíamos quedar adentro pero que no lo podrían arreglar en un largo tiempo, tome mi paraguas y baje del transporte, me quedé a mitad de camino bajo un diluvio ¿Que hacía ahora?, En coche se llegaba en veinte minutos pero andando no tenía ni la menor idea, creo que si caminaba lo suficientemente rápido podía llegar en unos diez minutos ¿Verdad?

Peroooo si daba la vuelta podía regresar a mi casa, pero hoy tocaba química y no podía faltar. Oh, Dios, ¡¿Por qué me pones estás pruebas a mi?!

Tome con fuerza mi paraguas y apresuré el paso para llegar lo antes posible. Charcos, coches, lluvia, simplemente hoy no era mi día. Camine lo más rápido que pude hasta que un coche se paró a mi lado, conocía ese coche a la perfección porque ese maldito coche fue el que me atropello cuatro días atrás.

Parker me echo una ojeada rápida y en su cara se hizo una enorme sonrisa de superioridad, ¡el muy imbécil se estaba burlando de mí! ¿Quien se creía que era? Claro, como anda en coche y yo a pie cree que es mejor que yo pero no, ese imbécil no era mejor que yo.

- Holaa, María, ¿Cómo estás? - El sabía perfectamente que mi nombre no está María y que lo estaba haciendo por puro placer para verme molesta.

- Sabes perfectamente que ese no es mi nombre, imbécil.

- Yo que te iba a llevar al instituto para que no te siguieras mojando pero ya que estás de grosera... - Subió el vidrio poco a poco y yo baje mis defensas.

El motor de su coche rugió pero antes que se fuera yo me le adelante y le toque la ventana, él bajo el vidrio y me dedico una sonrisa inocente.

- ¿Necesitas algo? - Me preguntó muy sonriente.

- Llévame al instituto, por favor. - Sone tan patética pero me importaba tres hectáreas de mierda, me estaba mojando los zapatos.

- Claro que te voy a llevar, compañera de mi corazón. - El sarcasmo lo hacía ver mil veces más imbécil.

Dios mío, Margo, tienes que dejar de usar tanto la palabra imbécil.

Él le quitó el seguro al coche y yo abrí la puerta del copiloto para poder subirme, pero antes que lo hiciera el me freno en seco.

- Ey, ¿Que crees que haces? - Me lo preguntó como si yo estuviera matando a un animal indefenso.

- Subirme al coche, ¿Que no es obvio?

- No así, - Me vio de arriba a abajo y me señaló los pies. - Quítate los zapatos.

Este tenía que estar bromeando, solté una carcajada profunda pero al ver que este no se reía la mía se fue apagando poco a poco.

- Es una broma ¿Verdad? - Esto no podía estar pasando.

- ¿Tengo cara de estar bromeando, Margo? - No, no la tenía. Es más, estaba muuuuuy serio.

- Así que si te sabes mi nombre.

- Si, si me lo se, estudias conmigo y no me cambies el tema. Los zapatos... Ahora.

No me quedo más que maldecirlo en vos baja y quitarme los estúpidos zapatos, me los quité a regañadientes y el pareció muy satisfecho. Creo que si no me hubiera quedado hablando con el imbécil y hubiera seguido caminado ya estuviera en el instituto.

Los primeros segundos de silencio fueron algo (muy) tensos, ninguno de los dos hablaba y la tensión se podía cortar con un cuchillo, hasta que Parker decidió acabar con el silencio.

- ¿Por qué te dicen Magie y no Margo? - Tenía la vista puesta en el frente.

- No lo se, - Me dejé caer sobre el asiento - Toda mi vida me han llamado así, creo que eres el único que me ha llamado Margo desde hace mucho tiempo.

El se quedó en silencio y yo me dediqué a observarlo con más detenimiento. Una de sus manos estaba agarrando el volante con fuerza mientras que la otra la tenía recostada en la ventana, sus ojos color avellana estaban puestos fijamente en el camino, había que admitir que Parker no estaba nada mal pero lo que tenía de atractivo lo tenía de imbécil y mal educado. El me dedico una mirada de un micro segundo y volvió a poner su característica sonrisa de superioridad, ¿Por qué mierda se creía superior? ¿Y por qué siempre se estaba riendo? ¿Y por qué me afectaba tanto?

- ¿Quieres una foto? Si me sigues viendo de esa forma voy a tener que poner una denuncia por acoso.

- Ni en tus sueños, imbécil.

- Me estabas cayendo tan bien hasta que decidiste volverme a insultar. - Ladeó la cabeza para verme directamente a los ojos.

- Ay, que pesar. - Me puse la mano en el corazón como si lo que acababa de decir de verdad me hubiera lastimado.

El soltó una risita ronca y aparco el coche en el estacionamiento, por fin habíamos llegado, rápidamente me puse los zapatos, abrí el paraguas y baje del coche,sin siquiera darle las gracias, me fui directo al aula y me senté junto a Vips, ella me dedico una mirada curiosa pero decidió quedarse callada.

- Ni preguntes. - Le solté dejando caer mi cara sobre la mesa.

- No iba a hacerlo.

Parker entro al aula y se sentó al lado de Angie no sin antes dedicarme una sonrisa fugaz, minutos después el profesor de Inglés hizo su aparición diciendo que guardaran silencio o nos quitaría puntos.

Me tocó quedarme callada y ver como Angie caía cada día más en las redes de Parker.

Hey Imbécil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora