Margo
Otra vez a la misma tortura, otra vez a esa prisión a la que muchos llamaban instituto. No podía regresar ahí otra vez, después de las mejores vacaciones de mi vida tengo que regresar, dicen que lo bueno no dura para siempre pero yo quería que por lo menos durará un poco más, pero como todos dicen... Lo bueno dura poco.
Estaba frente al espejo de cuerpo completo que estaba en mi habitación y tengo que admitir que aunque no me gustará ir al instituto, el uniforme me quedaba como anillo al dedo. El uniforme consistía en una falda de cuadros color azul marino, una camisa blanca de vestir con una chaqueta del mismo color que la falda y una corbata, si, me veía muy bien la verdad aunque solo fuera a estudiar, pero es que uno nunca sabe cuándo se vaya a encontra al amor de su vida. Mi cabello castaño claro caía como cascada a los lados de mi cara, mis ojos verdes se veían más brillantes por el maquillaje que aunque era leve hacía resaltar mis facciones.
— ¡Margo, date prisa! — Los gritos de mi papá para que me diera prisa hacían de todo menos motivarme.
Tome mi bolso y me apresuré para bajar las escaleras a toda velocidad, papá ya me estaba esperando impaciente en el coche para llevarme al instituto. ¡Yey, que alegría!
¿Si notan el sarcasmo?
Vivía a veinte minutos del instituto o sea que relativamente vivía muy cerca, pero papá estaba empeñado en llevarme el primer día a clases (como todos los años) Rápidamente llegamos al instituto, había un montón de gente saliendo y entrando. Le pedí a papá que me dejara en la entrada que yo podía caminar y la verdad es que no me importaba caminar un poquito para poder entrar del todo, papá me dejó en la calle de enfrente o sea que lo único que tenía que hacer era cruzar la calle, facil. Tome las correas de mi bolso y me convencí mentalmente de que esté sería un buen año, estaba cursando mi último año de instituto lo que significa que dentro de poco les diría “Chaoooooooo” a todos.
No tendría que ver a ninguno de esos pejelagartos más nunca en la vida, tenía que admitir que eso me hacía tanta alegría como tristeza pero no era el momento para pensar en esas cosas.
— ¡Magie, Magie! ¡Aquí! — Giré mi cabeza para ver quien era la dueña de aquella voz que me estaba llamando y no me sorprendió ver a Victoria gritando como una loca. Vips (como le decía de cariño) era una chica algo alta, de cabello corto y ojos tan oscuros como la noche, ella era una chica morena muy bonita aunque a veces le costaba creérselo.
La ví y la saludé, ella me hizo una seña para que llegara hasta donde estaba que por cierto estaba al otro lado de la calle, agarre bien mi bolso y corrí hacia donde estaba ella pero antes que pudiera llegar sentí algo chocar contra mi... Había sido un maldito coche negro.
¿De dónde mierda había salido?
Caí al suelo con la mitad del brazo doliendome porque literalmente caí sobre el, no tenia ni la menor idea de lo que estaba pasando, la cabeza me empezó a doler pero nada grave, apenas y me había robado pegó igual me dolió.
— ¿Estás bien? — Preguntó la persona que está a en el coche.
¿Que si estaba bien?
¡¿Que si estaba bien?!
¡Noooooo!, Mierda, no estaba bien, me había chocado con el coche y ¿eso era lo único que tenía para decir? Vaya mierda.
— Me chocaste, Imbécil. Claramente no estoy bien. — Le respondí todavía estando en el suelo.

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Hey Imbécil
RomanceParker y Margo, dos almas unidas por un pequeño choque convirtiendo así a Parker en el peor enemigo de Margo. Odio, problemas, amor y pasión se convertirán en los acompañantes de estos dos individuos. Dicen que el odio va de la mano con el amor, ¿S...