Hey Imbécil

jueguitos de medianoche

Margo

La fiesta siguió su curso pero ya no tenía ganas de seguir bailando, me sente en la barra y llame al chico que estaba sirviendo las bebidas el cual me ignoro de una gran forma.

— Oye, chico. — El estaba hablando con unas chicas y no me prestaba ni la más mínima atención. — Idiota.

— Chico, dame dos cócteles, por favor. — Un chico de mi edad se sentó a mi lado y llamo al chico pero la diferencia es que está vez si presto atención.

— Llevo horas intentando que me haga caso.

— Estaba muy ocupado atendido a esas dos chicas, — Los dos nos giramos hacia un par de chicas no muy mayores que yo, una era pelirroja y la otra era castaña, lo único que tenían en común era que las dos eran hermosa. El volvió su vista a mi y me extendió su mano. — Manuel, mucho gusto.

— Magie, lo mismo digo.

El chico dejo los dos cócteles frente a nosotros y yo le di un sorbo, creo que tenía una adicción con los cócteles.

— ¿Por qué estás sentada aquí tu sola, Magie?

— Discutí con alguien y ya se me quitaron las ganas de seguir de fiesta.

— ¿Con tu novio?

— ¿Novio? — Solté una risita y tome el cóctel entre mis manos. — No, no soy de tener novios.

— Oh. — El se sorprendió y le dió un sorbo a su cóctel.

Repetí otra vez lo que había dicho y me di cuenta que eso había sonado muy raro.

— No, espera, no me gustan las mujeres. Bueno, tal vez una vez en quinto grado pero creo que solo estaba confundida— Yo empecé a reír y él me siguió el juego.

— Ya me había asustado. — Él se puso una mano en el corazón y siguió tomado.

Ya va, ¿Se había asustado? No entiendo.

— ¿Asustado? ¿Cómo por... Que? — Pregunté confundida.

— Porque no me gusta estar con gente homosexual. — Respondió como si fuera lo más normal del mundo.

Este chico ya me estaba cayendo mal.

— ¿Eres homofóbico? — Respondí dejando el cóctel a un lado.

— No, porque eso significa que me da envidia que un hombre se lo meta a otro hombre y ese no es el caso.

Joder, cómo es verdad que todavía existían cavernícolas en este mundo.

— Si sabes que ser homosexual no tiene nada de malo ¿Verdad?

— Eso dices tú, bonita.

Ahg, ese tipo ya me había asqueado por completo, ¿Cómo alguien en el siglo XXI podía seguir teniendo esa mentalidad?

Tome mi cóctel y me puse de pie, le lance una última mirada de asco antes de alejarme.

— Divierte tu solo, cavernícola.

— ¿Por qué te vas? ¿No nos estábamos divirtiendo?

Lo ignore y me fui en busca de alguna de las chicas, la verdad es que no tuve mucha suerte que digamos hasta que después de un rato me encontré con Vips abrazada con Roger.

— Oye, vamos a seguir la fiesta en casa de Santiago. ¿Te vienes?

Lo dude por un segundo, ¿Sería una buena idea? Al diablo, todo bajo los efectos del alcohol eran buenas ideas.

— Vámonos.

En el coche íbamos Roger, Vips y yo mientras que el otro coche estaban Anaís, Santiago y Lu. Rápidamente llegamos hasta la casa de Santiago y nos sentamos en su sala.

— ¿Y ahora que? — Les pregunté.

— Faltan dos personas. — Me aclaro Roger.

— ¿Quienes?

— Karla y Parker. — me dijo con obviedad. — Karla me dijo que ya venían en camino.

— ¿Vienen juntos?

— Si.

¿Que esperabas, estúpida? ¿Que dejara a su NOVIA tirada?

Hay momentos en los que mi mente podía ser taaaan cruel.

Me tiré en el mueble de la sala de Santiago dónde el ya se había sentado para besarse con Anais, a mi otro lado Vips también se estaba besando con Roger y Luisa fue al baño así que eso me quedaba... Ser lamparita por el resto de mi vida. Tal vez no sea tan malo, o sea, si me sentiré mal a ver tanto amor en el aire cuando la persona que yo quiero tiene novia pero seré feliz por mis amigos ¿No es así?

Saque mi teléfono he intente olvidar que habían dos parejas dándose amor a mi lado y que yo estaba más sola que la misma palabra, y me puse a ver Tik Toks. Pasaron como cinco minutos cuando ya habían tocado a la puerta, las personas a mis lados ni siquiera se movieron así que yo me pare y fuí a abrir, al frente de mi estaban Parker y Karla está última con los brazos cruzados, yo me hice a un lado y los dos pasaron.

— Dios mío y uno aquí solito. — Soltó Parker viendo a las parejas amándose intensamente.

Santiago se despegó de Anaís (lo cual nunca pensé que podría ser posible) y le dedicó una sonrisa a Parker.

— Ahí tienes a Margo para que también se pongan creativos.

Yo puse mi mejor cara de asco y él se dió cuenta de eso.

— Con él ni muerta.

— Oookay. — Parker se sentó dónde yo estaba hace un momento y les pasó los brazos por los hombros de los cuatro.

Parker me vio directo a los ojos y yo le devolví la mirada, pasamos así unos segundos antes de que yo volviera la vista a mi teléfono, Karla también se puso a ver su teléfono y sentía que estaba como molesta, ¿Por qué? ¿Problemas en el paraíso?

Me acerque hasta donde estaba Karla y me senté a su lado, ella estaba también viendo videos así que decidí verlos con ella un rato, pasaron unos treinta minutos hasta que me canse y me puse de pie.

— Okay, muchachos, se pueden seguir chupando la sangre en otro momento pero ¿No íbamos a seguir la fiesta?

Los cuatro se voltearon hacia mi (incluído Parker) con cara de “¿Tas loca, muchacha?”

— Ajá, ¿Y que tienes en mente? — Preguntó Karla dejando su teléfono a un lado.

Lo pensé un momento y puse una sonrisa malévola al tener el juego perfecto para noches cómo estás y la verdad es que tenía muchos trapitos que sacar al sol.

— ¿Y si jugamos “Yo nunca, Nunca”?

— ¡Siiiiii! — Grito Anaís de la nada, creo que le gustó la idea.

— Bueno. — Roger y Victoria se pusieron de pie junto con Santiago y Anaís.

Parker fue el único que se quedó sentado en el mueble, Santiago fue a la cocina y volvió con unos vasos, y una botella entre sus manos. Los siete nos sentamos en un círculo en el piso y Parker soltó un suspiro antes de sentarse con nosotros, se sentó al lado de Roger que estaba frente a mi y no me despegaba los ojos.

Dios mío, ¿Por qué mierda me veía tanto?

Aparte de imbécil era un acosador y pensar que fue él el que dijo que me iba a poner una denuncia por acoso.

— ¿Quien empieza? — Pregunté ansiosa.

Y fue ahí cuando el caos se desató en la sala se Santiago.