Cuidado con lo que ves

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Margo
Tres días después.

Parker se inclino y le susurro algo en el oído a Angie provocando que está se empezara a reír. Si, Angie estaba enculada del imbécil. Ellos se despegaron y el salió por la puerta del aula con una sonrisa decorando su cara mientras que Angie regresaba con nosotras, no pasaron ni dos segundos cuando las muchachas la empezaron a bombardear con preguntas.

— ¿Que te dijo? — Preguntó Elena muy curiosa por saber que era tan gracioso para que Angie estuviera sonriendo así.

— Me dijo que me iba a estar esperando en una de las aulas del primer piso dentro de un rato. — Respondió ella con una alegría muy notoria.

— ¿Y que le dijiste? — Le pregunté.

— Que si, obviamente.

Vero se puso de pie dramáticamente clavando las manos en su mesa, le dedico una sonrisa de victoria a Angie y la señaló con un dedo.

— Mi querida amiga, — Comenzó ella — Déjame decirte que tú estás enculada y nada más ni nada menos que de Parker.

— ¡Eso es mentira! — Angie también se paró y mientras que Angie tenía la cara fruncida, Vero tenía una sonrisa de victoria en su cara. Si, la escena era muy graciosa pero ellas parecía que se la estaban tomando muy en serio.

— ¿Ah, si?

— ¡Sii!

Vero ladeó la cabeza y le señaló la puerta del aula con la misma.

— ¿No es ese Parker con Anaís? — Le pregunté yo a Angie.

Está voltio la cabeza como el exorcista y les juro que hasta a mí me dolió, se dió la vuelta tan rápido y al percatarse que no había nadie se volvió hacia nosotras con la cara roja de la vergüenza y la ira.

No puedo creer que cayera en esa trampa tan básica.

— ¿Viste como si estas enculada? — La provocó Elena.

Angie tomo sus cosas y despidió salir del salón sin ni siquiera despedirse de nosotras, las chicas y yo intercambiamos una mirada algo (muy extraña), y dijimos todas al mismo tiempo.

— Está enculada.

— Esperen, ¿Eso significaba que yo gane? — Nos preguntó Veró.

— Eso parece. — Le dije.

Ella empezó  a  aplaudir de felicidad porque no se tendría que cortar un mechón de su cabello, yo por otro lado estaba preocupada por Angie, o sea porque dicen que las personas que conectan rápido y se empiezan a tratar como novios sin serlo siempre terma mal ¿Verdad?, Yo no quería que Angie terminará herida pero una parte de mí me decía que eso exactamente lo que iba a pasar y simplemente no lo quería.

Me despedí de las chicas y me puse a buscar a Vips para irme con ella, la estuve buscando por todo el instituto y creí encontrarla pero cuando me asome en una de las aulas para ver si era ella me lleve la escena más desagradable de toda mi jodida vida... era el imbécil besando a Angie de una manera que si mi madre los viera me mandaría a mi a un convento por manchar mis ojos con el pecado, sonaba exagerado pero era la verdad. Para que se hagan una idea Angie estaba sentada sombre uno de los asientos principales y Parker estaba en medio de sus piernas agarrándola por el cuello y besándole hasta el alma a la pobre Angie que se veía que lo estaba pasando a lo grande.

¿Enserio se habían agarrado tanta confianza en tres días?

Si a mí me tomo dieciséis años de mi vida dar un pico y con la peor persona posible.

— ¿Que estás haciendo? — La voz de Vips a mi espalda hizo que pegará un brinco que casi me caigo de culo por la impresión.

La tomé den brazo y empecé a correr por todo el pasillo alejándome de esa maldita aula, cuando  estábamos en el patio del instituto Vips me freno y me vio con una cara de “¿Niña, estás loca?” y puede, solo puede que si estuviera un poco loca, pero quería estar los más lejos posible de esos dos.

— ¿A quien estabas espiando, Magie y por qué te asusto que te pillara?

— Emmmmmmmm, — No sabía que decir, ¿Le tenía que contar lo de la apuesta? ¿Sería una buena idea? Porque era algo de Angie y Vero , La mirada de hielo de Vips hizo que me rindiera en dos segundos. — Bueno, te lo digo.

— Te escucho.

— Hace tres días, o sea el primer día de clases, Angie y Vero estaban diciendo que Parker estaba bueno y Elena propuso una apuesta inocente.

— ¿Una apuesta inocente? — Preguntó Vips algo confundida.

— Si, una apuesta inocente. — Me tome unos segundos y seguí contándole — La apuesta consistía en qué Angie tenía que hacer que Parker se enculara de ella en una semana y si lo lograba Vero se tendría que cortar un mechón de cabello, y si Angie se enculaba de Parker Angie se cortaría un mechón.

— Me parece la cosa más estúpida del mundo, Magie.

— ¡Es que lo es! Yo intenté ponerle un freno a todo eso porque tenía un presentimiento de que terminaría mal pero ninguna quiso escucharme.

— ¿Y entonces?

— Angie al final se enculo a lo grande de Parker y cuando te estaba buscando para irnos juntas llegué a esa aula y pensé que estabas ahí, entonces me asome y ví a... Parker besandose de una forma poco sana con Angie. Es que yo también, sabiendo que se iban a estar besando por Dios sabe dónde debí de tener más cuidado.

Vips se quedó muy quieta cuando vio algo destras de mi, yo me voltee para ver qué era lo que la había sorprendido y me encontré con los ojos color avellana de Parker. Mierda, mierda por tres.

El me dedico una sonrisa de superioridad y se agachó un poco para estar a mi altura, el muy imbécil me superaba en tamaño por una cabeza, cuando se acercó a mí me susurro algo muy a lo bajo que casi, solo casi, no escuchaba.

— Cuidado con lo que ves, Margo. — dicho eso paso por mi lado y se fue.

Me volteé hacia Vips la cual estaba viendo como Parker se alejaba para luego volver a mi.

— ¿Y bueno? ¿Que te dijo?

— Me dijo que tuviera cuidado con lo que veía.

— Mierda.

— Si, eso fue lo que pensé.

— Vente, creo que ya es hora de irnos.

Y nos dirigimos a la parada del transporte público para irnos a nuestras casa.

“Cuidado con lo que ves, Margo”

Esa frase se fue repitiendo una y otra vez en mi cabeza.

Maldito imbécil.

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