Margo
Hoy era martes ¿pero saben que tenía de especial este martes? ¡Que hoy se juega voleibol! Mi deporte favorito, del cual seré capitana pero el día de hoy tendríamos un juego amistoso con los del aula.
Nos encontrabamos en la cancha bajo el sol que justamente hoy estaba en su peor punto, estaba haciendo un calor de muerte pero ajá, el show debe continuar. La red estaba colocada en medio de la cancha dividiendo a los equipos, teníamos que ser dos equipos así que cada capitán tenía que elegir a su participantes. Los capitanes de este juego amistoso éramos casualmente Parker y yo. Yo tome a Santiago, a Vero, a Elena, Germine, a un chico alto y de piel morena llamado Julio, a Vips y a la chica nueva la cuál se llamaba Rain. Parker por otro lado se quedó con Angie (que literalmente pidió estar en su equipo), Anaís, Susana, Alan, Damián, a Luisa y a un chico llamado Victor. Los demás eran espectadores, ya que nadie más quería jugar.
Cada participante de los equipos se puso en su posición y el profesor explico muy rápido las reglas, a Parker y a mi nos separaba solo una red y yo estaba en plan ganar o ganar, y mientras tanto él estaba riéndose de mi, el tenía como esa maña de estar riéndose de mi en cada momento, así fue gracioso o no. imbécil.
El juego empezó y todos se lo tomaron muy en serio, la pelota iba de aquí para allá hasta que alguien anotara un punto, hasta el momento mi equipo iba ganando y el equipo de Parker iba perdiendo. ¿Que si me daba pena por él? Para nada, me gustaba verlo sufrir un poco.
- ¿Que pasa? ¿No te gusta el sabor de la derrota? - Lo provoque.
El se rasco la nariz y adopto su característica pose de superioridad, se agarró de la red y me habló con un tono que me puso los pelos de punta.
- No cantes victoria antes de tiempo, Margo. Te podrías dar mala suerte
- La mala suerte la tuve cuando te conocí, ese día mis manos salieron lastimadas. - Esperen ¿Que?
Eso sonó raro ¿verdad?
Si.
Mierda nunca quise que se escuchará de ese modo, su sonrisa se ensanchó y se despegó de la red.
- Que graciosa eres, Margo.
- Deja de hablar y acabemos con esto.
El tenía la pelota entre sus manos y me vio con una sonrisa malévola en los labios, alzó el balón a los cielos y la saco justamente a dónde yo estaba, el balón venía tan rápido que no podía ni darle y mucho menos quitarme, todo sucedió muy rápido... El balón impacto contra mi y el dolor en mi barriga fue inmediato, caí al piso de espalda con una mano aferrada a la boca del estómago, me dolía que jode, todo el mundo se acercó a mí para ver si estaba bien y no, no estaba bien.
Unas gruesas lágrimas se escaparon de mis ojos, ese balón venía con más fuerza de la normal, maldita sea, me había sacado el aire. El profesor se de acercó hasta dónde yo estaba y me pidió que me pusiera de pie, me levanté todavía con la mano en la barrita y el dolor punzante que está sentía. Más lágrimas corrían por mis mejillas y todos estaban cerca de mi menos el imbécil, al verlo algo apartado al resto las llamas de mi ira se encendieron por mil.
Puede que no me doliera mucho pero a mí me gustaba exagerar las cosas a mil, y al ver a Parker tan tranquilo solo quería ahorcarlo.- ¡Parker, maldito imbécil! - le grite a todo pulmón pero él ni se inmutó, me acerque hasta el pero ni se molestó en apartarse. - Eres... ¡Un maldito imbécil, me diste en la maldita barriga! ¿Te gustaría que yo te diera en los huevos? ¡Ah, si es verdad que no los tienes!
Le dije a la cara, el solo me miro de arriba a abajo y me dijo.
- Si estás esperando una disculpa no las vas a conseguir.
Eso me hizo molestar aún más, ¿Ni una maldita disculpa me podía pedir? ¿Que le costaba? ¿Se le iba a caer el pene por eso?
- ¡¿Cómo que ni te vas a disculpar?! ¡Me pegaste con el balón!
- No fue tan duro.
- ¿Que no fue...? Ojalá y te atropellen saliendo de aquí, y no te digo "Maldito, hijo de puta" porque tú mamá no tiene la culpa de tener una escoria como hijo.
El profesor no se había molestado ni siquiera en decirle algo a Parker, solo le pidió a Victoria que me llevará a la enfermería. Estaba molesta, las lágrimas que estaba botando ya eran por el dolor que sentí en ese instante, sino por la importancia que estaba sintiendo.
- Cálmate, Magie. Esto pasará.
- ¿Que me calme? - Mi voz estaba llorosa y con razón - Ese imbécil me dió en la boca del estómago con el jodido balón y entiendo que pudo haber sido un error ¿Pero ni un maldito "lo siento" me pudo decir?
- Estoy segura que no lo hizo con intención.
- ¡Claro que sí! Él me dijo que no cantará victoria antes de tiempo y me puso una sonrisa malévola antes de sacar la pelota a dónde yo estaba. ¿Coincidencia? No lo creo.
Ella se quedó callada y llegamos a la enfermería, la enfermera me estuvo tocando la barriga por un rato y estaba muy segura de que no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba haciendo, ella me dijo que no había sido para tanto y que iba a estar bien.
La verdad es que ya lo sabía, me saco el aire pero por lo menos no fue en otra parte.
A la hora de salida me volví a encontrar a Parker, a Anaís, a Santiago y a Vips recostados sobre el coche de Parker pero está vez ni los mire, no me mal entiendan, no tenía nada en contra de Victoria, Anaís o Santiago... Mi problema era con el imbécil de ojos avellana que ni una disculpa fue capaz de pedirme.
Yo creo que a él en su casita Nunca le enseñaron los buenos modales; gracias, por favor, lo siento, de nada. Literalmente eso era lo primero que uno se aprendia pero creo que no todos son educados. Pase al lado de ellos y pude sentir la mirada de Parker clavándose en mi espalda pero no le preste ni la más mínima atención, si es por mi se puede estar ahogando frente a mi y en vez de ayudarlo, le piso la cara para que se termine de ahogar.
Fuck Parker.
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Hey Imbécil
RomansaParker y Margo, dos almas unidas por un pequeño choque convirtiendo así a Parker en el peor enemigo de Margo. Odio, problemas, amor y pasión se convertirán en los acompañantes de estos dos individuos. Dicen que el odio va de la mano con el amor, ¿S...