Hey Imbécil

Fin de curso

Capítulo final.

Margo
...Tiempo después...

Por fin después de tantos años soportando exámenes, exposiciones, talleres, trabajos y mil cosas más, por fin la pesadilla ya se habría acabado.

Hoy era el final de mi era en el instituto y la verdad es que este año me trajo muchas sorpresas y problemas también, conocí nuevas personas y bebí mucho alcohol, esa parte no hay que decírselo a mis padres.

Santiago y Anaís se seguían comiendo la boca en cualquier lugar.

Lamentablemente Roger y Vips se separaron ¿Lo raro? Es que se seguían tratando como si nada.

Se podría decir que Angie y yo medio arreglamos las cosas pero no volvimos a ser amigas, ella seguía teniendo un revestimiento hacia mi que aunque Vero y Elena intentaron hacerla entrar en razón está no quiso y simplemente me alejo.

Rain me cae muy bien la verdad, somos amigas, bueno, yo la concidero una amiga. Es una chica muy espontánea y divertida.

Empecé a tener trato con los de la otra sección por medio de Parker y Vips, Karla y yo empezamos a hablar no la podía llamar amiga porque no había tanto trato pero por lo menos si podía mantener una conversación con ella sin que los celos me comieran por dentro,  también conocía a algunas compañeras de Karla pero todavía no era nada sólido.

¿Y Parker? ¿Que paso con Parker?

Bueno, desde el día de mi cumpleaños todo fluyó cómo el agua, este último tiempo llevamos una linda relación, nos tratamos como novios y en otros momentos como enemigos, pero bueno, nosotros tan normales tampoco éramos.

Hoy fue el acto de fin de curso y la verdad si llore, llore porque aunque esos pejelagartos en muchas ocasiones me hicieran molestar los quise mucho. A algunos, no a todos.

Muchos se fueron a un lugar y otros a otro lugar, yo me fui con Vips, Santiago, Anaís, los de la otra sección, Rain y Parker a casa de una chica de la otra sección llamada Valentina, no la conocía muy bien pero cualquier lugar que implicará no estar en mi casa era bueno. Había música, pintura, comida y más.

Tenía la cara llena de pintura y toda mojada, mi camisa blanca se transparento llamando la atención de algunos, en otras circunstancias me hubiera dado vergüenza pero al ver a todas las chicas igual se me pasó, Susana la chica que estudiaba conmigo lo estaba dando todo junto con Alan, Anaís se había quitado los zapatos y también estaba mojada.

Vips no estaba tan mojada porque era la que tenía mi teléfono, el de Rain y el de ella, los muchachos estaban jugando con un balón mientras que nosotras estábamos jugando con unos globos.

Después de un rato Rain y Parker se pusieron a cocinar unos perros calientes, todos estábamos comiendo y la música estaba de fondo.

Recordar todo lo que pasó este año escolar me daba un sentimiento raro en el estómago.

Recordar cómo me emborrache con cócteles, cómo fui con los muchachos y juntos compramos unos panes, mi primer acercamiento con Parker.

Parker...

Y pensar que nuestra historia empezó con una chica siendo atropellada y un imbécil que no sabía pedir disculpas... ¿Cuántas cosas habían pasado desde ese momento?

¿Cómo olvidar cuando fuí hasta su casa para hablar y terminamos en una guerra de agua? ¿Cómo olvidar lo del pasillo?

No sé crean, todavía no olvido lo mal que me sentí bajo esa cama escuchando lo que escuche, no lo voy a justificar porque se que
hizo mal pero intento olvidar.

No me importa que Karla este cerca de Parker porque aunque se que tuvieron algo eso fue antes de mi y ahora Parker está conmigo.

Parker se acercó hasta donde yo estaba y me abrazo por los hombros.

— ¿Que tienes?

— Nada, solo... Pensando.

—  ¿No tienes frío? —  Preguntó viéndome la camisa mojada.

— No, ¿Por?

—  Porque Rain te está viendo de una forma no muy amistosa. — Me susurro en el odio.

— ¿Y? — Pregunté divertida. — ¿Celos, Parker?

El resoplo y puso los ojos en blanco.

— Claro que no.

— Ya... Entonces no hay problema con que tenga la camisa mojada ¿O si?

—  Margo, estás jugando con fuego. — Me advirtió.

— Perfecto para secarme.

Él me volteó la cara e intento darme un beso pero yo quite la cara para que no lo hiciera, su cara fue de confusión absoluta.

— Aquí no, Parker.

— ¿Si no es aquí, entonces dónde?

— En tu casa puede ser, - me di la vuelta y le susurré en el odio. - Hay más privacidad.

— Pervertida.

— ¿Que te puedo decir?

Él me dió un beso en la mejilla y se fue a jugar otra vez, si, estaba loca por James Parker y no sabía si eso era bueno o malo.

Después de tantas cosas vividas y yo estaba allí, viendo jugar a la persona que me traía loca.

Y es allí cuando te das cuenta que ese imbécil que un día te cayó tan mal se puede convertir en la persona que más quieres y que a veces lo que se odian si se llegan a amar.

¿Fin?