Euphoria

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Margo

Las cosas entre Parker y yo estaban más que tensas, podíamos ser capaces de vernos por horas y no hablarnos o bueno... Yo no era capaz de hablarle, no quería verlo, estaba molesta.

Por fin llegó el viernes y hoy era la fiesta, hoy si me iba a poner bien perra porque vida sola hay una y momentos como estos muy pocos, las muchachas y yo ya habíamos comprado las entradas, y estábamos listas para la mejor noche.

Estábamos organizadas así: Conductora: Victoria. Copiloto: su servidora (o sea yo). En los puestos de atrás estaban: Anaís, Lu y Karla.

En camino a la mejor fiesta  y nosotras parecíamos unas diosas, llegamos al estacionamiento y entramos como en las películas cuando un grupo de gente entra a un lugar con una gran música de fondo, yo en lo personal creo que la música que nos acompañaría de fondo sería el inicio de SYM de Rihanna.

La música adentro del lugar estaba por encima de lo fuerte, literalmente tenías que gritar para que alguien te pudiera escuchar y con todo y eso no escuchabas bien.

Todas nos separamos en diferentes direcciones, Karla vio a unas de sus compañeras y se fue a hablar con ellas, Lu vio a un chico que le gustó y fue a hablarle ya me gustaría a mi tener esa valentía, Anaís por otro lado vio a Santiago a lo lejos y ahora le estaba metiendo la lengua hasta la garganta, vaya, eso fue rápido,  y Vips se encontró con Roger y ahora estaban hablando un poco apartados de la multitud.

Vips me contó que cuando se quedaron solos el día en el que él se partió la boca se pusieron a hablar y según ella tuvieron química, y la verdad es que si lo creo, se ven bien juntos.


Yo me pedí un trago en la barra y luego de beberlo me fui hasta la pista de baile a bailar, hoy me quería divertir y eso era lo que iba a hacer, está noche no iba a terminar como la otra que me emborrache y termine siendo llevaba a casa por el imbécil, hoy no.

La música sonaba por todo el lugar y yo me movía de un lado a otro, mi cuerpo se movía al compas de la música y la atención de la gente estaba puesta en mi, me subí sobre una silla y baile con más ganas, la gente estaba empezando a cantarme victoria y eso me motivaba más.

Dios esto, daba tanta pena ajena y yo era conciente de eso, pero igual seguí bailando.

Las chicas se acercaron hasta la masa de gente que me estaba viendo bailar y empezaron a gritar ni nombre.

— ¡Margo, Margo, Margo, Margo! — Empezaron a gritar al mismo tiempo y yo solté una risita de diversión.

Iba a seguir bailando cuando alguien me jaló de la silla y me subió contra su hombro, ¡Me estaban cargando como si fuera un saco de verduras! Le golpeé la espalda a la persona está ni se inmutó, solamente me estaba ignorando.

— ¡Oye, bájame! — Nada. — ¿Que no me escuchaste? ¡Que me bajes ahora o te voy a...!

Me dejó en suelo y yo sentí que le mundo se me estaba moviendo, me llevo a un lugar apartado de la fiesta donde se podía hablar de forma normal.

— ¿Te gustó montar ese espectáculo? — La voz de  Parker me taladro los oídos y yo levanté la cara.

— ¡¿Es enserio, Parker?! — Intenté rodearlo pero el fue más rápido que yo y me bloqueó el camino. — ¡Déjame pasar!

— No. — Respondió cruzándose de brazos.

— ¿Por qué no? — Chillé.

— ¿Por qué no me has hablado en estos días?

¿De verdad me iba a preguntar eso? Y yo que pensé que el idiota no podía ser más idiota.

— ¡Porque no quiero hablarte!, Porque me caes mal, no te soporto. — La mentira me brotaba de los poros.

— Sabes que no es por eso.

— ¿Y eso a ti que? ¡Anda a bailar con tu novia y déjame a mi disfrutar la noche! — Otra vez hice el ademán de pasarle por el lado pero el me tomó de la muñeca y me freno.

— Margo, Karla no es mi novia.

— Si y yo soy Spiderman.

— ¡Mierda, te estoy diciendo la verdad!

— ¡Pues, no te creo!

El apretó la mandíbula y se tocó el puente de la nariz con frustración.

— Lo que escuchaste no era así. — Intento convencerme pero yo estaba firme.

— No me importa. — Mentí.

— Karla no es mi novia. — Volvió a repetir. — Mi mamá pensó que si pero no, Karla era solo un ligue.

— Pues, que bueno.

— ¡Deja de actuar como si nada de eso te importara! — Perdió la paciencia y me estaba matando con la mirada.

— ¡Es que no me importa!

— Claro que sí.

— Que no.

— Que si.

— ¡Que no! — El me tomo la cara y me dió un beso pero está vez no se lo devolví.

— ¡No! ¡Ya estoy cansada de que cada vez que quieras me trates mal, me lastimes, me quieras humillar para luego venir darme un beso y volver al comienzo! Estoy harta, te lías con cualquier chica que se te cruce y no te importan sus sentimientos. Estás mal, Parker, no se qué mierda tienes en esa maldita cabeza tuya  pero eso no te da el derecho de tratar a todos como si fueran unas mierdas. Me dijiste que habías dejado de salir con Karla y fue una mentira. Eres un imbécil pero yo soy aún más imbécil por pensar que podrías cambiar, por ilusionarme, soy mucho más imbécil que tú por enamorarme de alguien que no le importa nada, eso de que el chico malo cambia por la chica buena y se enamoran es un cliché barato, y tú nunca vas a cambiar por nada ni por nadie. Abre los ojos ahora para que no lo hagas cuando te quedes solo.

Lo deje con la palabra en la boca y volví a la fiesta sin mirar atrás, Vips estaría orgullosa por lo que acabo de hacer, fuí hasta la barra y me pedí lo más fuerte que tenían, el chico me dió una bebida azul brillante con una pequeña sombrilla. Me lo tome de un trago y las energías volvieron a mi.

No volví a pensar en Parker en toda la noche y la verdad es que no quería saber más nada de él, por lo menos en un tiempo.

Hey Imbécil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora