Contéstame

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Capítulo corto solo para saber que paso después de que Margo se fue, este capítulo no es obligatorio leerlo.

Les mando un beso, chao.

Parker

— ¿Que acaba de pasar? — La voz de Luisa me regreso a la realidad después de un rato.

— Voy a llevar a Magie a su casa. — Dijo Victoria poniéndose de pie.

— Yo voy contigo. — Intente ponerme de pie pero poso su mano en mi hombro haciendo que me quedara quieto.

— Creo que lo mejor es que tu te quedes aquí.

— Pero...

— Pero nada, Parker, quédate aquí. — Dicho eso se fue de la casa.

— Creo que yo ya me debería ir. — Karla se puso de pie y Luisa repitió su acción.

— Y yo.

— Yo las llevo. — Roy también se puso de pie así que yo también lo hice.

— Yo también me voy con ustedes. — Anaís se despegó del lado de Santiago después de darle un corto beso en la boca.

Yo también tenía ganas de irme de ahí lo antes posible pero Santiago me lo impidió.

— Tu te quedas.

Los demás salieron de la casa y solo nos quedamos Santiago y yo en la sala, el recogió los vasos que estaban el el piso y los llevo hasta el fregadero, al terminar de medio arreglar me lanzó una mirada de “¿Que fue eso?” y sorprendentemente eso fue lo que salió de su boca.

— ¿Que fue eso?

— ¿Qué fue que? — Me senté en el sofá y saque mi teléfono.

— Lo que acaba de pasar. — Dijo con obviedad.

— Solo estamos jugando y ella no aguanto presión.

— ¿Pero era necesario sacarle en cara todo eso?

— Ella empezó.

— No, — Me quitó el teléfono de las manos y se lo metió en el bolsillo. — No te excuses como un niño pequeño. Sabes que yo te apoyaría en todo, Parker, pero esto ya es mucho incluso para ti.

— ¿Y que se supone que quieres que haga? ¿Que le suplique una disculpa? Por favor, Santiago, no me hagas reír.

El se quedó callado por el momento antes de tomar mucho aire.

— ¿Que te pasa con esa chica?

— Nada, Margo es solo para un rato y ya, no quiero tener nada serio con nadie y mucho menos con ella.

— ¿Y por qué te alteras tanto con ese tema?

— Mierda, Santiago, no uses psicología barata conmigo que no la necesito.

Me puse de pie y él se quedó en la sala sin protestas, iba a salir de la casa pero en ese momento él me habló.

— Te encanta esa chica ¿Verdad?

En vez de salir por completo de la casa lo que hice fue volver a entrar cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria.

— ¡Claro que me encanta esa chica! Y eso es lo que me jode tanto.

— Awww, eres tan tierno.

— Vuelves a decirme tierno y le digo a Anaís lo que me dijiste en estos días.

El se quedó callado y levanto las manos en señal de rendición, yo me senté en el mueble y el se sentó a mi lado.

— ¿Por qué la tratas así?

— ¿Así como? — Pregunté confundido.

— Así. Un día la tratas bien y al otro como si fuera una mierda, tu forma de demostrar cariño  es muy extraña.

— Claro que no.

— Yo creo que sí.

— ¿Que sabrás tu?

— Oye, tengo novia y es amiga de la tuya así que se como más o menos piensan las mujeres.

— Margo no es mi novia.

El me puso una mano en el hombro y por un momento llegué a pensar que me diría algo importante pero lo que hizo fue darme un golpe en la nuca.

— No es tu novia porque no haces nada, Parker. La chica se ve que muere por ti y tu lo único que haces es alejarla más.

— ¿Desde cuándo te volviste psicólogo?

— Desde que me hicieron un drama por decirle “gracias”  a la cajera de una tienda

Pasamos un rato más hablando y yo decidí irme a mi casa, me subí en mi coche y por alguna extraña razón sentí la extraña necesidad de arreglar las cosas con Margo, así que tome mi teléfono y entre en su contacto. Lo había sacado hace tiempo de un grupo que tenemos todos los del salón y aproveché la oportunidad de tener su contacto aunque nunca le llegue a escribir nada, ví que su última conexión fue hace quince minutos y al final empecé a escribir.

Parker: Podemos hablar?

Ella se conecto dos segundos después de que le mandara el mensaje y no tardo en responderme.

Margo: Quien eres?

Claro, ella no tenía mi número.

Parker: Soy Parker, podemos hablar?

Pensé que me volvería a escribir pero solo se limito a dejarme en visto así que volví a insistir.

Parker: Mira, se que estuvo mal que te sacará en cara todas esas cosas pero de verdad quiero hablar.

Margo: Voy a dormir, por favor no me escribas más.

Parker: Margo, no actúes así.

No hubo mensaje de regreso.

Parker: Margo, solo quiero arreglar las cosas contigo.

Visto.

Parker: Okay, te voy a dejar dormir pero en cualquier momento nos vamos a ver y vas a tener que hablar conmigo. Buenas noches, Margo.

No me respondió, solo me dejó en visto y decidí que lo mejor era dejarle su espacio para que pensará.

Sus palabras en la fiesta volvieron a mi como un jodido recordatorio que estoy totalmente jodido.

“Estás mal, Parker, no se qué mierda tienes en la maldita cabeza  pero eso no te da el derecho de tratar a todos como si fueran unas mierdas.”

Ella tenía razón, estaba completamente jodido y ella ya se cansó de lidiar con eso.

Estaba apartando a la única persona que no quería apartar...

Hey Imbécil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora