Hey Imbécil

No soy una niña

Margo

No recordaba muy bien que era lo que había pasado el sábado, tenía pequeños recuerdos pero nada completo. Recordaba haber ido a la fiesta con Vips, recuerdo ver a Parker ligando con una chica que según Vips se llamaba Karla y recuerdo haber bebido uno que otro cóctel, luego de eso todo era borroso.

Otra vez era lunes y estaba en la casa de victoria esperando que ella terminará de arreglarse para irnos al instituto juntas, la mamá de Vips no estaba en casa así que teníamos que agarrar el transporte público para poder llegar, Victoria estaba frente al espejo de su sala echándose labial y máscara de pestañas, el uniforme del instituto le quedaba increíble y es que a muy pocas personas les quedaba mal el uniforme.

— ¿Que demonios paso el sábado?

Vips se dió la vuelta y se puso a guardar un montón de cosas en su bolso, metió allí un monton de maquillaje y pensar que ella era una de las que no llevaba ni un lápiz.

— ¿En serio no recuerdas nada de lo que pasó?

— Recuerdo a Parker hablando con esa chica Karla y de ahí todo es muy confuso.

— De todo lo que te paso ¿Solo recuerdas a Parker? Bueno, por ahí dicen que uno recuerda lo que le importa.

Yo le tire un cojín a la cabeza y ella lo atrapó en el aire con una sonrisa en su cara.

— Uno, no me importa Parker y dos, Si, solo recuerdo eso.

Ella cerró su bolso y se lo colgó de un hombro.

— Bueno, según y que te tomaste como siete cócteles, y que casi te desnudas en la piscina, ah, y te fuiste con Parker.

— ¿¡Que?! — Me puse de pie tan rápido que unos cojines se cayeron al piso — ¿Y tú dejaste que me fuera así nada más?

— En mi defensa, yo estaba haciendo la cola para hacer pipí y cuando salí ya te habías ido con Parker.

— ¿Y-y tú? ¿Te quedaste sola?

— En realidad no, me quedé con un amigo de Parker. Muy simpático de hecho.

— Uyyyyyyy, ya te gustó. — La señale con un dedo y ella lo aparto de un manotazo.

— Claro que no, solo te dije que es muy simpático.

— Si, ajá, como tú digas.

— Cállate y vamos que llegaremos tarde.

— Si, cámbiame el tema.

Llegamos al instituto y Vips se sento en los asientos del fondo como era costumbre,  lo raro es que ahora Santiago y Parker se sentaban cerca de ella, al parecer se había hecho muy buenos amigos y la verdad es que Santiago me caía muy bien, Parker por otro lado...

Parker la verdad era un punto y aparte.

Iba a sentarme con ellos pero Elena me hizo una seña para que me acercara. Estaban Germine, Vero, Elena y Angie sentados en un círculo, pero  lo que llamo mi atención es que Angie tenía todo el maquillaje regado, estaba llorando a moco sulto. Yo solté mi bolso en uno  de los asientos del frente y me acerque hasta Angie.

— ¡¿Que paso?! — Pregunté alarmada.

Angie levantó la vista hacia mi y me di cuenta que tenía los ojos rojos como si hubiera estado llorando desde hace rato.

— Pa-Parker me di-dijo que ya no quiere tener na-da conmigo — y volvió a llorar.

Vero le estaba acariciando el cabello mientras que Angie secaba  todo su dolor con un pañuelo, Germine le dijo algo a Angie como que dándole fuerzas y yo solo pude lanzarle una mirada rápida al imbécil que se estaba riendo con Santiago y Victoria. Imbécil.

El profe llegó al aula y todos tomaron sus asientos, Angie se sentó con los ojos manchados de negro por tanto llorar, la pobre parecía un oso panda.

El profe paso lista y una chica apareció por la puerta de repente, todos nos giramos hacia ella y ella paso dando los buenos días. Era una chica alta, de ojos cafés y grandes, tenía una melena hermosa de color negra y tenía luz propia, si, esa chica llamaria la atención a dónde sea que llegara.

— Perdone la tardanza, profesor. El coche se averió. — Ella se sentó detrás de mi y saco todas las cosas de su bolso.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó el profesor para poder ponerla en la lista.

— Rain, Rain Von karma.

Esa chica de piel morena tenía un nombre que en mi vida había escuchado, la verdad es que si le quedaba bien.

Llegó la hora del descanso y mi plan fue esperar a que todos salieran y quedarme sola con Parker, tenía que dejarle unas cosas en claro. La verdad eso tomo tiempo porque había una compañera que no quería salir, después de un rato por fin pude estar a solas con Parker, me le acerque y el se quedó confundido por la situación.

— ¿Por qué le dijiste a Angie que ya no querías tener nada con ella? La lastimaste, imbécil. — Una mesa nos separaba pero mi pose desafiante no me la quitaba nadie.

— Si no mal recuerdo fuiste tú la que me dijo que la dejara.

— Espérate un momento, ¿Cuando yo dije eso? Nunca le pediría a nadie que dejara a una amiga mía y mucho menos te lo pediría a tí.

— El sábado en mi coche. — El se dió cuenta que no tenía idea de lo que estaba hablando y se empezó a reír — Espera, ¿En serio no te acuerdas? Wou, y pensé que yo era el imbécil.

— Bueno, tome de más ¿Okay? — Me crucé de brazos muy digna. 

— Y si que tomaste de más, ¿No recuerdas todo lo que hicimos en mi coche?

El se acercó a mí y se puso a jugar con la corbata de mi uniforme, yo lo aparte de un golpe y él se echó a reí otra vez.

— Se que no paso absolutamente nada. Eres imbécil, no abusador... hasta donde yo se.

— Tienes razón, eres una niña y a mi no me gustan las niñas.

Por alguna razón eso me dió en el ego, mierda, como una patada que va directo hacia el ego.

— Pues, que sepas que a mí no me gustan los imbécil y ¡Wou! Tu eres uno de ellos.

Me dí la vuelta y salí del aula a toda velocidad dejándolo solo con esa estúpida sonrisa de superioridad que ponía todo el tiempo.

Que ganas de borrársela con una cachetada.

¿Quien se creía ese imbécil para decir que yo era una niña? Hace tiempo que dejé de ser una niña para que venga ese mama racho a decir que yo era una, un niño será él que le falta la madurez para saber que a las mujeres no se les trata así.