Cɑpítulσ Dσs.

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Llego al centro médico y el aroma a desinfectante hace que arrugue mi nariz un poco.

Tener el sentido del olfato más sensible que lo demás no ayuda en nada.

-¡Gael!

Una enfermera se acerca corriendo y agarra mi brazo, llevándome hacia algún lugar del hospital.

Los gritos de algunos enfermos resuenan junto a muchas personas reclamando, pidiendo ayuda.
En los últimos días los incidentes han aumentado, por lo que es razonable la cantidad de demanda.

-¡Es un desastre! ¡¿Qué haces aquí solo?!- ella continúa tirando de mi brazo.
Llegamos hasta un pasillo algo desolado y me suelta.
-¡Demonios, no deberías estar aquí solo!

-¡Lo sé! ¡Pero jamás dejaría que mis hermanos vinieran a este lugar!

Ella suspira profundamente, totalmente agotada.

-No dejes que el director te vea o llamará a los oficiales.

-Eli, me llamaron para decirme que mis padres están aquí.

Eli es la enfermera que siempre me atiende cuando vengo a notificar que sigo en las mismas condiciones.
El director de este lugar me advirtió que, si me veía solo, avisaría a las oficinas de gobierno para así encerrarme en algún lugar.

Daba miedo, mucho miedo. Sin embargo, ambos se preocupaban por mí, por mi condición como Omega.

-Bien, ven conmigo.

Volvemos al bullicio y veo a varios del personal correr de un lado a otro, algunos hasta con manchas de sangre en sus uniformes.

-Hubo un accidente grande. Muchos murieron.- llegamos a la parte donde la mayoría de los enfermos se quedan.
-Gael, necesito que te prepares para cualquier hecho.

El lugar es espacioso y hay varias camillas divididas por cortinas.

-Lo estoy.

No es cierto, no estoy listo para esto.

Recorremos hasta el final de la habitación y ella se detiene, agarra unos papeles que cuelgan de la camilla sin mover la cortina.

Aprieto mis manos en busca de liberar los nervios, sin embargo, su semblante no ayuda mucho.

-¿So-Son ellos?

No responde, mira la hoja con detenimiento y luego camina hacia otra cama. Agarra los papeles de esa y los lee.

-Eli...- mis piernas tiemblan y no sé si podré sostenerme más tiempo.
-¿Qué sucede? Por dios, ya dime.

Ella gira a ver y niega con suavidad. Mi respiración se corta y comienzo a temblar.

-Lo siento, tus padres no lograron sobrevivir.- mueve las cortinas.

Allí está mamá, su rostro está pálido y aún lleva la ropa llena de sangre y suciedad.
Me acerco y mi mano temblorosa de posa sobre la de ella.

-Mamá... Pero, ¿cómo...?

-Ambos estuvieron involucrados en el accidente, el autobús fue golpeado por un carro y terminó perdiendo el control, chocaron contra un viejo edificio.- mueve la otra cortina y veo papá en las mismas condiciones, excepto que él está más herido.

Mis piernas terminan por ceder y caigo al piso. Las lágrimas salen sin parar y no logro tranquilizarme.

-Gael, tienes que ser fuerte. Tus hermanos te necesitan.- Eli me ayuda a levantar y agarra mis hombros.
-Debo irme, alguien vendrá para decirte que es lo que sigue.

En Este Mundo Maldito, Tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora