Cɑpítulσ Quiƞce.

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Otra semana pasó y así se completó nuestro primer mes en esta ciudad.
La lluvia parece no cesar y los días se volvieron opacos, llenos de humedad.

No ha pasado nada extraño ni hemos tenido algún problema. La mordida en mi cuello cicatrizó rápidamente, Aldo me prometió que no va a mencionar el tema en el informe para Miriam y sólo pondrá que mi estado es estable, que no necesito ninguna pareja.

Y aunque quisiera seguir en la búsqueda de alguien, es peligroso. Samuel no parece tener intenciones de compartir a su Omega.

-Niñas, ya me voy. No salgan, está muy feo afuera.- digo, me coloco la bufanda y saco uno de los paraguas. Hoy llevaré el de Lilly, es de color rosa clarito.

-¡Sí!- ambas responden, están viendo la televisión. Descubrieron una serie animada muy llamativa y la ven todas las tardes.

-Dylan, llámame si ocurre algo.

Veo que asiente distraído, sus ojos no se despegan del libro.
Ha estado decaído estos últimos días.
¿Ocurrió algo en la escuela?
Quiero preguntarle, pero no quiero meterme tanto, por algo no me ha dicho.

Salgo de la casa y abro el paraguas. Por suerte, llueve muy suave.

-¿Irás conmigo hoy también?-
Después de pedirle que mantuviera su distancia, Samuel no apareció ante mí, pero siento su mirada en cada momento del día. Volvimos al inicio de nuestra relación.
-No vuelvas a molestar a los clientes.- advierto.

Ayer, sin previo aviso, varias frutas cayeron sobre dos mujeres. Ninguna salió lastimada.
Sé que fue Samuel, ya que pude sentir su molestia antes de que sucediera el accidente.

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-Gael, ¿podemos ir?- Alice me muestra la pantalla del celular.
-Es un parque de diversiones, está en la zona este hoy y mañana, después se va a la zona rosa.

Observo el anuncio. Está algo cerca y la lluvia se detuvo, sólo está nublado.

-Bien, hoy es mi día libre.- agarro el celular y entro a la página.
-Dile a tus hermanos.

Alice se va corriendo para la habitación.

El parque está abierto durante todo el día. Son las cinco de la tarde, podemos ir ahora. Las entradas se consiguen en el lugar y hay regalos para los niños/as que asistan.
Hay varios juegos y puestos de comida.

-Vamos todos, hermano. Dylan dijo que quería entrar a la casa embrujada.- dice Alice, trae sus zapatillas en un mano y en la otra el cepillo para el pelo.
-¿Me haces un peinado bonito?

Agarro el cepillo y lo quedo viendo. Nunca he hecho un peinado, a las niñas les gusta llevarlo suelto.

-Sí, veamos que encuentro aquí.- señalo el celular y le sonrío apenado.
Me siento y ella se coloca entre mis piernas.
-Mira, este se ve bonito y sencillo.- le muestro la imagen y ella agarra el celular, viéndolo detenidamente.

En Este Mundo Maldito, Tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora