Cɑpítulσ Tɾeiƞtɑ ʮ Siete.

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—Iré solo a la tienda hoy.— digo mientras observo al señor Abbey sacar un poco de mi sangre.

Samuel está a mi lado observando también los movimientos de Aldo.

—¿Pensaste en buscar un compañero?

Desvío la mirada y me topo con la de Samuel. No puedo buscar a alguien compatible teniéndolo a él.
Veo que rueda los ojos y sonrío ante su gesto de disgusto. Ha estado mostrando más emociones.

—¿Quién es el jóven que visitas tan frecuente? Sé que lo sabes, Jack y Karla están allí para cuidarte.

Asiento y me remuevo incómodo. Más que cuidarme, me vigilan ante el más mínimo movimiento. No me molestaba, pero ahora pienso en tener espacio para mí.

—Es alguien que conocí, quizás pueda ser mi compañero.

Samuel asiente, extiende una mano y palmea mi muslo.

—¿Le dijiste que eres un Omega? Aunque, aquí todos saben sobre ti.— guarda las cosas y se quita los guantes.
—¿Cómo te sientes con los nuevos supresores?

—Bien, no me hacen daño.— sonrío con culpa y miro la gasita en mi brazo. Ha estado sacando varias muestras.

—Eso es bueno, dime cuándo te queden pocos.

—De acuerdo.

No los he estado tomando, Samuel me los quitó cuando vio que me sangraba la nariz. Dijo que es dañino para mí cuerpo.

Salgo de la oficina y respiro profundo. Estar en esta casa me resulta cada vez más difícil. Sin embargo, las niñas son felices y Dylan está entusiasmado por las enseñanzas de Aldo.

—No quiero...

—Ven conmigo, Gael.— su voz, dulce y tentadora, llega a mis oídos como una caricia leve. Volteo a verlo y él sólo levanta una ceja, formando una expresión de confusión.

¿No lo dijo él?

—Vamos.— decido ignorarlo y agarro su manga para que me siga hasta la entrada. Lo suelto y me coloco mis zapatillas junto con la gorra.
El clima sigue siendo cálido, algunas veces bastante caluroso.

—¿Quieres ver el mar, Gael? Podemos ir ahora.— apoya una mano en mi espalda y me hace salir de la casa.

—Pero tengo que ir a la tienda...

—Sólo iremos unos minutos.— sonríe un poco y termino por aceptar.
Samuel está siguiéndome todo el día, ahora hay algo que quiere hacer y no puedo negarme.

—¡Hermano!

Lilly y Alice aparecen juntos a Jack. Samuel sigue tirando de mi ropa hasta que una de las niñas llega a abrazarme.

—¿Qué hacen aquí, niñas?— devuelvo el gesto y miro a Lilly, quien se quedó a un lado de Jack.  Su rostro está serio y al ver a Alice, ella también está igual.

—Las clases se cancelaron. ¿A dónde vas? ¿Podemos ir contigo?

—¿Por qué se cancelaron?

—Hermano, iremos contigo a la tienda.— Lilly agarra mi brazo y tira de él hasta llevarme al auto.
—Jack nos llevará.

—Oigan, esperen...

Ninguna me escucha. Cuando subimos al coche, me suelto de ambas y las miro con enojo.

—Vimos a Samuel junto a ti.

—Sí, hermano, él estaba por agarrarte. Seguro quería lastimarte.— Lilly cruza sus brazos. Mira a Jack, quien escribe algo en su celular.

En Este Mundo Maldito, Tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora