Cɑpítulσ Oƞce.

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-¿Qué quieres? Tengo clases.

En cuanto entré al edificio, no pude ni ingresar al ascensor. Luke me agarró de brazo y me arrastró hasta una esquina.

-¿Piensas que fuí yo quien mandó a Peter a golpearte?

-Si, y gracias a eso hemos tenido muchos problemas. Ya no quiero ni mirarte.- cruzo los brazos y desvío la mirada hacia una ventana.

-No lo hice, tampoco lo mandé a tirarte agua.- busca mi mirada y sonríe de forma inocente.
-Te molesto porque quiero tu atención, ¿no lo notaste?

Lo quedo mirando como si tuviese un tercer ojo.
-Por supuesto, hice un curso de adivinación. Espera, sacaré mi bola de cristal.- hago que reviso mi mochila.

-No seas idiota. Me gustaste en cuanto te vi...

-Claro, ahora las miradas indiferentes son de amor. Mira, a esa persona también le gusto.- sonrío y señalo a una estudiante que iba pasando.

Ella frena y nos mira, curiosa por haber sido señalada.

-Sigue caminando.- ordena Luke, la chica obedece al segundo.

Suspiro. El timbre suena y palmeo su hombro.
-Escucha, el que me vean contigo significa peligro para mí.

Antes de que pueda responder, un profesor se acerca.

-Stewart, ¿qué hace aquí? Vaya a clases y no moleste a sus compañeros.

Hago un gesto con mi mano y susurro.
-¿Lo ves?

Me marcho, escuchando como el profesor se disculpa con Luke y lo llena de elogios.

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Observo el gran letrero y suspiro antes de ingresar al lugar.

Aunque este centro no es como al que iba, aun así se siente el ambiente pesado. Cualquier hospital lo tendría.

-Buenos días, ¿en qué podemos ayudarle?

-Soy Gael Stewart, me dijeron que debía venir a este centro.

Los ojos de la chica se abren con emoción y sale de detrás del escritorio. Toma una carpeta y hace un gesto para que la siga.

Los pasillos se ven limpios y lujosos. Estoy en la zona sur, por lo que el anaranjado está por todas partes.

-Sus documentos llegaron ayer y el doctor Abbey está más que encantado de ser él quien siga su caso.

-¿Abbey? ¿Es familiar del dueño de las escuelas?

La chica frena sus pasos y gira a verme.
-El doctor Abbey es dueño de todo lo que ves, esta ciudad le pertenece. No hay otra más segura, y todo es gracias a él.- continúa caminando y llegamos hasta el final.
-Pase.- abre la puerta y deja que ingrese primero.

En Este Mundo Maldito, Tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora