capítulo 11.

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El estómago de Hanbin comenzó a sonar, no había comido nada desde la tarde y tenía demasiada hambre, por lo qué espero a que Zhanghao saliera del baño para avisarle qué se marchaba. Mientras tanto, Zhanghao se estaba dando una corta y rápida ducha, odiaba sentirse sucio después de tener relaciones sexuales con alguien, se sentía usado, pero prefería sentir eso, a sentirse solo. Cuando terminó, se colocó un short gris de tela y se quedó con el torso desnudo y salió del baño con una pequeña toalla alrededor de su cuello.

—He vuelto—habló para llamar su atención y el peliazul se le quedó viendo de arriba hacía abajo sin poder evitarlo, ¿por qué tenía que ser tan bonito, pero a la vez sexy?

—Te estaba esperando, ya tengo qué irme.

—Uh—frunció los labios y su rostro cambió a uno triste—¿Por qué?

—Tengo cosas qué hacer—mintió, pues lo único qué tenía que hacer era cenar algo, tenía tanta hambre que sentía que podía desmayarse.

—No te vayas—pidió Zhanghao mientras se sentaba a su lado y recostaba su cabeza en el hombro de esté—Quédate conmigo.

Una de dos, Zhanghao se sentía muy solo o le gustaba la compañía de Sung. Porqué nunca había querido estar con un chico por mucho tiempo, literalmente solía correrlos de su casa cuando estos ya le aburrían.

El estomago de LM volvió a sonar y entonces se llevó una mano encima de esté.

—¿Tienes hambre?—preguntó el pelinegro con una sonrisa—Puedo hacerte algo de cenar, ven vamos abajo—le tomó de la mano para bajar las escaleras y llegar a la cocina.

Hanbin no se negó, tenía demasiada hambre y no podía esperar a llegar a su casa, además de qué no podía negar que estando con Zhanghao se sentía cómodo.

—¿Qué te gusta? la verdad no sé cocinar mucho, puedo prepararte ramen, macarrones con queso, espagueti y hum, un sándwich.

—¿Puedes hacerme un sándwich y también un poco de ramen?—pidió con un poco de pena y Zhanghao asintió con un guiño.

—De acuerdo, haré eso—contestó mientras sacaba las cosas para preparar el sándwich e intentaba hacerlo lo más rápido que podía. Mientras tanto, Hanbin observaba cada uno de sus movimientos y pudo notar qué hacía todo con delicadeza, ninguno de sus movimientos fueron bruscos como los de Hanbin solían ser, era completamente diferente a él, delicado y muy femenino.

Y eso le gustaba, incluso podía compararlo con una chica, pero al hacerlo, por alguna razón se sentía mal, ¿cómo podría compararlo?

—¡Listo!—le entregó el sándwich en un plato y le sirvió un poco de soda en un vaso—Disfrútalo.

—Gracias—sonrió y sin esperar más, comenzó a comerlo.

Zhanghao se dio la vuelta y tomó una pequeña cacerola para llenarla de agua y calentarla en la estufa, Hanbin no podía dejar de mirarlo mientras comía, su espalda no era ancha, al contrario, era delgada y su cintura pequeña, su piel era tan bonita y suave, se notaba qué se cuidaba y hacía ejercicio, pero no lo suficiente para quedar marcado. Y ni hablar de su lindo trasero y piernas, eran largas a pesar de no ser tan alto.

Estaba tan concentrado viéndole, que no se dio cuenta cuando su teléfono comenzó a sonar.

—Hanbin.

—¿Eh, si?—parpadeó varias veces para salir de sus pensamientos.

—Te están llamando—apuntó el celular y Hanbin se levantó de la mesa para salir al patio y contestar.

Después de que Zhanghao echará las verduras, tapó la cacerola y espero a qué estuviese listo, mientras tanto, se sentó en la mesa para esperar a LM.

rude boy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora