capítulo 41.

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Maratón 1/3.

A pesar de qué Zhanghao había intentado hablar con el dueño de la cafetería, parecía imposible. Ese señor siempre estaba ocupado y apenas tenía tiempo para sus empleados, le era totalmente difícil hablar con él, por lo que una vez más, le tocaba trabajar junto a Hanbin. Trato de pensar positivo y las cosas no estarían tan mal si ignoraba por completo al chico y le dejaba en claro que tampoco le hablase. Y así estuvo por las primeras tres horas de trabajo, ninguno de los dos se miraban y mucho menos se hablaban o así fue hasta que Zhanghao entró a la bodega en donde solían besarse y darse cariños, lo que provocó que se sintiera triste y extrañara mucho más al peliazul que tenía a tan solo dos metros.

Estaba tan cerca, pero tan lejos...

—Sung—habló sin pensar en lo que estaba a punto de hacer—¿Puedes venir?

Hanbin asintió rápidamente y sin pensarlo entró.

—¿Qué pasa?

—Es qué yo... eh, yo—pensó que excusa poner—No alcanzó esa bolsa de café, ¿puedes pasármela?

—Claro—la agarró para después entregársela.

—Gracias...

Hanbin también se sintió mal al estar ahí junto a él y recordar cuando solían besarse y decirse cosas cursis. Era tan difícil para ambos.

—¿Es todo?—Zhanghao asintió—Bien, me encargaré de las mesas.

—Espera— agarró su brazo suavemente y lo miró fijamente, en sus ojos se podía notarse lo mucho que lo extrañaba y moría por estar con él—Hanbin... te extraño.

Se había atrevido a decirlo, ya no podía soportar callarse ni un minuto más, lo extraña y mucho.

—Yo también te extraño.

—¿Por qué tuviste que acostarte con ella?—le reclamó.

—Fue antes de conocerte, no puedo evitar algo que ya está hecho, lo siento tanto...

Zhanghao posó las manos sobre su pecho y las deslizó hasta dejarlas alrededor de su nuca, Hanbin no perdió el tiempo y con una mano tomó su mejilla para acariciarla con la yema de su pulgar.

—Créeme, si pudiera retroceder el tiempo lo haría sin pensar, así podría estar contigo y no tener que sufrir al estar sin ti.

—Odio admitirlo, pero siento tantos celos de Minnie—se mordió el labio—La odio tanto, no puedo soportar que te vayas a casar con ella.

—Siento lo mismo que tú—aseguró—Pero sus padres me han amenazado con quitarle todo a mi madre, no puedo hacerle eso, ella se ha esforzado tanto... se qué son capaces y tienen el poder de hacerlo.

Zhanghao se puso en su lugar y se sintió mal por él, tenía que casarse con alguien que no amaba por las consecuencias de sus actos.

—Debiste cuidarte, existe la protección, Sung—suspiró—En fin, lo hecho, hecho está.

—Te lo juró, estoy seguro de que en todas las veces que estuve con ella me cuidé, no sé que sucedió.

Y entonces Zhanghao comenzó a sospechar... ¿y si el bebé realmente no era de Hanbin?

—¿Qué tan seguro estás de eso?—alzó su rostro y lo acercó más a él suyo.

—Un 90%, pero lo sé, ese diez es demasiado...

Definitivamente sus sospechas estaban comenzando y no se iba a quedar tranquilo. Pero no le dijo nada a Hanbin, en su lugar rompió la distancia entre sus labios y lo besó. De por si amaba tanto sus dulces labios, pero cuando pasaba tiempo de no haberlos besado y volvía a hacerlo, se sentía como la misma gloria, tan delicioso y adictivo.

rude boy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora