capítulo 13.

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—No me gusta tu letra—se quejó Zhanghao y le quitó la carpeta en dónde estaban escribiendo—Deja qué lo haga yo.

—Mi letra está bien—se la arrebató de vuelta—Lo haré yo.

Llevaban un poco más de veinte minutos en aquella cafetería y no habían logrado ponerse de acuerdo en nada, cosa qué había comenzado a irritar a ambos.

—¡Dame eso!—volvió a quitársela y sacó su pluma favorita que tenía la tinta de color rosa para comenzar a escribir.

—No me gusta ese color, no lo hagas con ese—le interrumpió y Zhanghao azotó el lapicero a la mesa y sobó la sien.

—Cállate y déjame hacerlo como quiero.

—Odio ese color—contestó con el rostro serio y sin mirarlo—Hazlo con el azul.

—A mi me encanta, así que lo haré con el rosa y punto.

—¿Siempre tiene qué ser lo que tu quieres?.

Zhanghao rodó los ojos y suspiró.

—Siempre.

—No estoy dispuesto a eso—dijo con los brazos cruzados—No lo haré.

—¿Ah, no?

—No.

Al parecer el chico no estaba dispuesto a cumplir todos sus caprichos o al menos eso quería hacer creer, pero Zhanghao era más astuto y sabía conseguir lo que quería.

—Por favor—hizo un pucherito—Entenderás que me gusta mucho el color rosa y por lo tanto, quiero hacer nuestra tarea con ese color.

—Si crees qué eso te va funcionar, estás equivocado.

Zhanghao tomó su mano bajó la mesa y la acarició, mientras lo miraba con una sonrisa según el, inocente.

—Por favor... solo está vez, ¿si?

—¿Qué gano yo?

—¿Qué es lo que quieres?—pestañeo varias veces sin quitar la sonrisa de su rostro.

Hanbin lo pensó por unos segundos y a pesar de darle un poco de pena, lo dijo.

—Salgamos.

—¿Qué?—preguntó sorprendido, no esperaba eso.

—Hagamos algo divertido—respondió sin querer demostrar mucho entusiasmo.

—¿Quieres hacer algo divertido, eh?—sonrió coquetamente, pero eso no era a lo qué se refería LM.

—No es lo qué piensas, solo quiero salir un rato—se encogió de hombros—Vayamos a la playa, al parque, no sé, sinceramente no tengo ni una jodida idea, pero quiero hacerlo.

—Mmmh—frunció el ceño—No es una cita, ¿verdad?

—No, no lo es—aseguró.

—Esta bien, no hay problema—asintió y tomó de vuelta el lapicero rosa—Ahora déjame terminar.

✹✹✹

—Regresó a las ocho, ¿okey?—Zhanghao asintió—A esa hora debes estar listo, no quiero venir y qué apenas te estés pintando las uñas o transformándote con maquillaje, qué se yo.

—No tengo qué hacer eso, soy lindo naturalmente, ¡ahora mismo no tengo ni una gota de maquillaje!

—Si, como sea—encendió de nuevo el motor de su motocicleta—Te veo en la noche.

—¡Bien!—contestó y observó al chico marcharse de ahí.

Cuando llegó a su casa, se dio cuenta de qué una chica lo esperaba sentada en las escaleras de la entrada.

rude boy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora