capítulo 34.

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—Siento lo mismo por ti, Bin.

—¿Estás hablando en serio?—preguntó sin poder creerlo—No juegues con eso, Zhanghao.

Zhanghao tenía el rostro serio, pues él no estaba jugando, realmente hablaba en serio.

—No estoy jugando, ¿a casó me ves riendo?

—No, lo siento... es solo qué, no me lo esperaba—habló sin poder ocultar su sonrisa—No tienes idea lo feliz que me haces con eso.

—Si a partir de esta confesión cambias tu forma de ser conmigo, voy a mandarte a la mismísima mierda—se cruzó de brazos—Así que espero que sigas «conquistándome»

Hanbin soltó una risita, atrapó el rostro del pelinegro entre sus manos y le dio un pequeño beso en los labios.

—Prometo seguir haciéndolo, hasta el punto en el qué termines amándome.

—¡Oye, amar es un sentimiento mucho más fuerte!—frunció el ceño—¿Cómo podríamos amarnos?

—¿Y por qué no?—se encogió de hombros—No tiene nada de malo, puede pasar.

Zhanghao se mordió el labio inferior, ¿llegaría a amar a Hanbin algún día?

Y es qué, «amar» era un sentimiento muy fuerte y especial, lo sabía y no podía negarlo, tenía un poco de temor a eso, pues sus padres eran el ejemplo de qué el amor no era para siempre y Zhanghao no quería sufrir a causa de un corazón roto, no quería sentirse vacío el día en el que Hanbin se fuese de su vida, pero la verdad era que si se trataba de él, podía intentarlo.

—Si, cómo sea—se soltó de su agarre y se reincorporó en su asiento para continuar comiendo y no tener que seguir hablando del tema—Está buena la hamburguesa...

—¿Quieres ordenar algo más?

—No, está bien, me estoy llenando—contestó aún sin mirarlo, se sentía un poco apenado por la confesión que acababa de hacer, pues era algo nuevo para él—Gracias.

Hanbin quería decirle la verdad a Zhanghao, mientras comía en silencio no podía evitar mirarlo con ilusión, era tan hermoso, amaba cada detalle de su rostro y adoraba sus pequeñas manitas, realmente estaba enamorado de él, pero tenía miedo, miedo a que todo se arruinará debido a que le confesará que Minnie estaba esperando un bebé suyo, sabía que estaba mal en ocultárselo pero es qué no encontraba el valor para decirlo.

—¿Qué tanto me ves, eh?—preguntó al darse cuenta de qué no le había quitado la mirada.

—Lo siento, es qué eres tan lindo—le halagó y una vez más, Zhanghao sintió sus mejillas ruborizarse.

—Si, lo sé muy bien—guiñó un ojo y sonrió coquetamente—Qué bueno que lo reconoces.

—Eres increíble.

✹✹✹

Nunca le había pasado por la mente hacer ese tipo de cosas, es más, si meses atrás alguien le diría que estuviese buscando un regalo cursi para un chico, le diría que estaba loco. Sin embargo, las cosas habían cambiado drásticamente casi sin darse cuenta, estaba enamorado de Min y era un sentimiento difícil de ocultar.

Pues, cuando estas enamorado sueles pensar en esa persona todo el tiempo, la extrañas a pesar de tener poco tiempo que la viste, piensas en las cosas cursis que pueden hacer, como ir de la mano, tener citas y ese tipo de cosas y también, sueles gastar el poco dinero que tienes en regalos amorosos. Eso era algo absurdo y estúpido para Zhanghao, incluso ahora qué estaba haciéndolo, pero no podía evitar pensar en la reacción de Hanbin al recibirlo.

rude boy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora