capítulo 36.

719 73 14
                                    

Por primera vez en su vida estaba experimentando el dolor de una ruptura y debía admitirlo, dolía demasiado. Tal vez no había tenido algo serio con Hanbin, pero su corazón estaba ilusionado con el hecho de llegar a tenerlo... en verdad había creído que podía, pero se equivocó.

Era de mañana, se encontraba mirándose en el espejo sin poder creer lo fatal que se veía, se había pasado la madrugada sin poder dormir y por ratos, llorando. Solo podía pensar en Hanbin, en lo mucho que le gustaba, en lo triste que era la situación y también en los celos que sentía, era absurdo, pero le daba mucho coraje pensar en Hanbin y Minnie teniendo sexo, no podía soportar aquello.

«¿Por qué mierda no se cuidó?» pensaba con enojo.

Y es qué, le molestaba el hecho de qué fuese tan idiota para no cuidarse, ¿a casó era un niño?

—¿Qué esperabas qué sucedería, imbécil?—preguntó en voz alta, mientras se maquillaba para ocultar sus ojeras. No estaba dispuesto a qué los demás supieran cómo se sentía, no podía ser débil frente a los demás, sería el mismo Zhang Zhanghao de siempre, buscaría atención con otros chicos y pronto olvidaría a Hanbin.

Sonaba tan fácil, claro que podría hacerlo...

Una vez que terminó de arreglarse, se miró por última vez al espejo y estaba tan divino como siempre.

—Buenos días, cariño—le saludó su madre—Despertaste más temprano de lo habitual.

—Lo sé, ¿tienes tiempo para llevarme a la universidad?—ella miró su reloj y asintió.

—Claro, pero debo llevarte ya—cogió su bolso, Zhanghao tomó una manzana y ambos salieron para subir al auto.

—¿Estas bien?—preguntó al verlo tan serio y pensativo.

—Si, lo estoy—fingió una sonrisa—Solo estoy pensando en el examen que tengo hoy.

—Te deseo suerte, Zhanghao.

—Gracias, mamá.

Llegaron al edificio, se despidió de ella y bajó del auto para entrar y dirigirse a su primera clase. Rogaba para sus adentros no encontrarse con Hanbin ni con Minnie, pues deseaba no volver a verlos nunca más en su vida.

Mientras caminaba, saludaba a los demás con una sonrisa coqueta, lo sabía, lo miraban porque se veía realmente divino, pero no recordaba que aquello le hacía sentir tan vacío.

Y para su mala suerte, se encontró con Sung Hanbin.

—Zhanghao—se puso enfrente de su camino—¿Podemos hablar?

—No—intentó escabullirse por un lado, pero Hanbin no lo dejó irse.

—Por favor—rogó en un hilo de voz y entonces, Zhanghao lo miró, tenía los ojitos hinchados, las ojeras era muy notables y se veía triste. Aquello le hizo sentir un pequeño dolor en el pecho, pero tenía que ser fuerte.

—No, Hanbin, déjame pasar—dejó de mirarlo—Voy tarde a mis clases.

—Veámonos después de tu clase, necesito hablar contigo.

—¿De qué?—preguntó—Ya me dijiste todo ayer y yo también ya te di mi respuesta, te pedí que no me buscaras, por favor, déjame ir.

—Zhanghao, no seas así—habló con la voz quebrada—Mírame, solo hazlo.

Alzó su mirada para verlo y sintió un nudo en la garganta.

—Estoy jodido, no dormí nada pensado en ti—habló sin dejar de mirarlo—No quiero que te vayas, Zhanghao, no lo hagas...

rude boy ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora