Capítulo 18

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Carl

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Carl

Después de la reunión con mis hermanos en el club, vengo por Ellie como he hecho estos últimos días luego de nuestro viaje a las montañas Peaks y de nuestra tarde de diversión en la bolera al día siguiente. La que dijo que sí a mi proposición sin compromisos, pero voy despacio con ella porque no quiero ser otro patán en su lista. Cosa que me tiene en las jodidas nubes y con una erección y una sonrisa permanente que hace que mis hermanos bromeen al respecto, pero es algo que no puedo evitar porque ella siempre está conectada a mi mente. Y necesito besarla y tocarla como esta últimas noches, pero al abrir la puerta y verla, otra vez hay que algo no está bien. Tuvo que ser una crisis porque sus ojos están levemente irritados, pero no hay miedos ni dolor, hay calma.

Preocupado, enseguida la llevo a mi pecho diciéndole: —¿Por qué no me llamaste, Ellie? ¿Hablaste con Lorelle, con Clooney al menos? —beso su cabeza—. El doc Brandon, mis padres o las chicas también te ayudarán si no te respondo, cosa que no pasará porque lo haré al primer tono —digo sin acusaciones, pero ella permanece muy quieta en mis brazos, sorprendiéndome gratamente y anhelando más cuando su presiona más su abrazo antes de soltarme. 

Se aleja y me mira para aclararme: —No fue una crisis, Carl, aunque sí me descolocó mucho.

Sostengo sus manos. —Dime que pasó, nena —le pido para entender y ayudarla.

Suelta mis manos después de un pequeño apretón, se abraza a sí misma, mira al suelo, toma aire y cuando me mira, en su rostro hay diversas emociones. —Recibí una llamada de Liberty.

Mierda. —¿De Nicolás? —En el club sabemos que su hermano sigue respirando y que paga por protección—. Si te ha alterado de alguna manera volveré a Liberty y encontraré la forma de golpear el infierno fuera de él aunque sea tu hermano —mi tono es duro, rotundo.

—¿De la misma forma en que volviste por Antonius Sires y regresaste con una herida en tu sien mientras yo estaba internada? —cuestiona y me le quedo mirando también—. El agente a cargo de mi caso me llamó hace una hora para decirme que el Ogro está encarcelado —descruza los brazos y se acerca a mí—. Alguien lo dejó tirado y golpeado frente a la estación de policía con documentos que comprobaban su identidad y sus crímenes.

Silbo: —Entonces me alegra jodidamente mucho que lo hayan atrapado y que tu pesadilla haya terminado, Ellie —menciono con seriedad eso último y apartando un mechón de cabello de su suave rostro que no deja de observarme con intensidad, tratando de descifrar mis códigos, los de mi club. 

—A mi también me alegra que haya terminado, Carl —susurra con la voz entrecortada por la emoción, y el alivio en su rostro es evidente.

El que deseaba ver, el que ella merecía. 

Justicia.

Porque esto es lo que soy, lo que somos. Un MC que cree fielmente en acabar con los abusos, y lo que le hicieron a Ellie White debía resolverse, y quería darle un cierre y paz mental porque su familia, la policía o su hermano preso nunca iban a dársela. Me lancé de buena gana cuando ella me llamó con los detalles del tatuaje de ese escurridizo hijo de puta e hice mi magia. Y lo encontré. Y mis hermanos estaban ahí conmigo para ajustar esa cuenta abierta y muy dolorosa para esta hermosa mujer. Y no puedo evitar que una sonrisa de satisfacción expanda mi boca mientras recuerdo mi segundo viaje a Liberty y cómo el Ogro gritaba por clemencia.

Conectado a ti (Dragon's Family Series #4) CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora