Capítulo 14

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Ellie

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Ellie

"Ellie, por favor, perdóname y déjame pasar para poder explicarte mi verdad".

—¡No la quiero porque me la sé de memoria! —grito con coraje, recordando sus mensajes de texto los cuales nunca contesté. Y otra imagen llega a mi mente, la de mi hermano vestido como un dominante, con una malvada sonrisa de superioridad junto a una mujer de cabello corto y rubio, desnuda y atada a un poste de cruz. Una chica casi idéntica a Lorelle.

Siento una repulsión enorme y vuelvo a vomitar. Cuando termino estoy temblando toda y sudando como nunca antes en mi vida. Sentada en el suelo del baño me recuesto de la pared sintiendo mi cabeza a punto de estallar del dolor. Me abrazo a mí misma tratando de controlarme, ¡pero no puedo! ¡Quiero diazepam! ¡Lo necesito porque literalmente me estoy muriendo! Duele. Todo duele. Mi cuerpo, mis ojos, mis dientes. Y mi piel arde y todo tiembla. No sé qué hora o qué día es, y jamás me he sentido tan sola y abandonada como en este momento. Solo estoy yo con mis pensamientos que son como una película constante y que me están cortando en pedazos. Es lo que merezco por ser egoísta y haberle mentido a todos.

Con desesperación busco en mi cuello, pero no está la cadena con el trébol que me regaló Nicolás en mi cumpleaños número quince con su primer sueldo en McAllister. Y vuelven las comparaciones entre el hermano de ahora y el que he conocido toda mi vida; el protector, cariñoso y filántropo, versus el dominante, abusivo...y un asesino. 

—No. Dios, ayúdame —susurro llorando desesperada, mis hombros sacudiéndose con fuerza—. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste, Nicolás? ¿Qué pasó? ¿Qué nos pasó? —me lamento entre sollozos con un dolor desgarrante y sintiendo mi cabeza muy pesada.

"No te dijimos nada porque lo hicimos con la más fiera intención de protegerte, hija".

—Caramba muchas gracias, ¡para la próxima no me excluyan de algo que me partirá en dos en el futuro! —Rio con histérica respondiendo a los extractos de la desastrosa conversación que tuve con mis padres y que son como una bofetada. 

Ellos no saben que estoy aquí, no les dije nada. No quise. Porque debo mantenerme alejada del entorno que me metió justamente en este lio. Y los estoy odiando con una furia ardiente por haberme mentido, por no haberme protegido cuando le suplicaba que no nos dejarán con la abuela. Esa vieja amargada es la raíz podrida de todos mis males. De mis inseguridades.

"Mírate, eres tan patética como una rosa muerta. Siempre llorando asustada y pegada como un maldito parásito a tu inútil hermano. ¡Eres nadie y serás nadie toda tu jodida vida!".

—¡Pero sigo viva, maldita bruja, y tú estás muerta! ¡Muerta! ¡Muerta! —grito tanto que siento como mi garganta se quiebra junto con partes de mi alma.

"No estoy muerto, princesa, todavía te sigo esperando en el mismo lugar con una bolsa de diazepam tan grande como mi pene".

El aliento me abandona. —¡No! ¡No! ¡Bestia, vete al infierno! —grito retrocediendo ante las amenazas de el Pulpo, odiando con todo mi ser el que siempre sonría con triunfo y que me llame princesa.

Conectado a ti (Dragon's Family Series #4) CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora