Capítulo 34: El amor es ardiente

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Sirio

Llegamos al edificio. Ella se tensó apenas y era que, al parecer, estuvo por aquí antes de que esos hombres se la llevaran, pero era un lugar enorme. De todas formas, yo estaba con ella, y no iba a dejar que nadie se le acercara.

Nos dejaron pasar sin siquiera preguntar. Mi camisa blanca con las siglas de la organización alejó a los posibles molestosos, excepto a estos lentes, que ahora me estaban sugiriendo diversos hoteles con habitaciones especiales para "luna de miel". ¿Qué...?

Uhm. Era de lo que habló Max hacía poco.

—Hola, dulzuras... ¿En qué puedo ayudarles? —preguntó una mujer de piel morena, desde su escritorio.

—Queremos firmar para...

—Sí —interrumpió—. Muy bien, enseguida.

Salió hacia otra oficina y Marien me miró. Tenía la ilusión en su bonito rostro. La señora regresó con unos papeles, se percató de mis lentes oscuros, al parecer. Mi chica lo notó y se apresuró a explicar.

—Eh, él tuvo una cirugía en los ojos y...

—Oh no, bebé, no hay problema alguno. Aquí... lean y firmen, y necesitaré sus identificaciones.

Le pasé la mía a Marien por debajo para que la mujer no viera mis uñas. Luego de eso, aprovechamos que salió a escanearlas, o algo así, y firmamos. Leímos, además, algunas pautas. Me percaté de la palabra "cónyuge" que se refería a mi compañera. También la palabra "esposa", que sí la conocía.

—Se ven lindos juntos —murmuró la señora, que ya había regresado y llenaba algunas formas—. Bueno, eso es todo. Aquí tienen su partida de matrimonio.

Marien recibió el papel que tenía algunas decoraciones celestes y doradas.

—Gracias. —Lo guardó bien y nos pusimos de pie.

—Espero que se mejore de la vista, jovencito —me dijo con entusiasmo.

—Gracias...


Caminamos por las calles.

—Eso fue rápido. Ella fue muy amable.

—Lo sé.

—¿Hay más humanos que hablen así, de esa forma dulce a los demás?

—No muchos, pero sí, algunos lo hacen. Por ejemplo, la madre de Rosy.

—Interesante. —Y tenía sentido, ya que Rosy hablaba así a veces.

Me sorprendió, y era que las personas mayores en mi pueblo no te dedicaban ni una sonrisa a veces. Eran muy estrictos.

Los lentes siguieron mostrándome cosas y recordé...

—¿Los humanos hacen algo especial después de casarse?

—Uhm, sí.

—Porque Max preguntó si habíamos tenido una "luna de miel" o algo así, luego de unirnos, y la verdad, no sé en qué consiste.

—Bueno, usualmente la pareja viaja a algún lugar nuevo para conocer, suelen quedarse en algún hotel, y también... —Bajó la vista, enrojeciendo apenas—. Hacen el amor...

—¿Hacer amor?... Interesante forma de llamar a las cosas. Es lo que hacemos, ¿verdad? Es decir, siento que es así, cada vez que te toco o te beso, es mágico.

Rio entre dientes.

—Sí, hay varias formas de hacer amor.

—En todo caso, llevarte a mi ciudad cuenta como algo nuevo también.

Ojos de gato SirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora