IX

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Dos horas y media después Roseanne salió del quirófano. La operación había sido algo difícil pero nada que no pudiese controlar, especialmente porque sabía que aquel hombre no moriría y de alguna manera eso la hacía esforzarse aún más por salvar su vida. Estaba comenzando a sentir el cansancio en su cuerpo y restregó sus ojos. Cuando volvió a abrirlos se sorprendió al ver un café frente a ella y cuando levantó más la vista vio que era Lisa quien le estaba ofreciendo el café. 

—¿Cómo salió la operación?—preguntó. Roseanne recibió el café y miró con curiosidad a la joven. 

—El hombre está bien. Lo trasladarán a la sala de cuidados intensivos para observarlo por la noche pero está fuera de peligro—explicó la doctora. 

—Eso es bueno—dijo Lisa con alivio. 

—¿Por qué me trajiste un café?—preguntó Roseanne bebiendo un poco de este. Se sorprendió cuando al probar notó que tenía la dulzura exacta. 

—Me imaginé que estarías cansada luego de aquella operación—explicó Lisa caminando a su lado—Y sé que has estado despierta por más de treinta horas— 

—Oh...—fue todo lo que dijo la doctora antes de volver a beber de su café. Luego recordó que Jimin siempre le hablaba del agradecimiento—Gracias— 

Lisa sonrió complacida y asintió con la cabeza. Roseanne no podía dejar de pensar en lo extraño que eran los humanos. Podían ponerse felices por las cosas más insignificantes pero también podían asesinar por algo igual de insignificante. Simplemente no tenía sentido. 

—¿Tienes hambre?—preguntó Lisa luego de caminar un rato en silencio—Podríamos pasar por la cafetería y comer algo— 

—Supongo que eso estaría bien pero debo confirmar que no haya ninguna emergencia—dijo Roseanne confundida por el comportamiento de Lisa. Tal vez realmente estaba enferma. O quizá sufría alguna enfermedad de trastorno de personalidad. 

—A decir verdad fue Kathy quien me dijo que te sacara de emergencias por unas horas—confesó Lisa mordiéndose una uña. 

—¿Por qué Kathy me querría fuera de emergencias?—preguntó Roseanne confundida. 

—Porque has estado más de 30 horas en el hospital y apenas has dormido. Supongo que no quiere que te agotes demasiado— 

—Para un doctor es normal estar incluso 48 horas sin dormir. Kathy no debería preocuparse demasiado—dijo Roseanne arrugando el entrecejo. 

—Sea cuales sean sus motivos, deberías obedecer. Ella es la directora de las enfermeras ¿sabes? No querrás tenerla como enemiga—le aconsejó Lisa con una sonrisa. 

—Bien. Supongo—suspiró—Vamos a la cafetería— 

Ambas se encaminaron en silencio. Después del código naranja todos estuvieron muy ocupados por lo que Kathy les aconsejó al resto de las muchachas que se fueran a casa. Sin embargo, le pidió a Lisa que la ayudara a conseguir que Roseanne comiera un poco por lo que fue la única de las practicantes que se quedó en el hospital. No es que le importara, había decidido que quería conocer más sobre la doctora y esta parecía la oportunidad perfecta para hacerlo. 

Cuando llegaron no pasó desapercibido para Lisa la manera en que la joven del mostrador le coqueteaba a Roseanne o la mirada curiosa sobre ella. Lisa se disponía a pagar su comida pero Roseanne se adelantó y entregó su tarjeta, pagando por ambas comidas. 

—No era necesario que hicieras eso pero lo agradezco—contestó Lisa mientras se dirigían a una mesa. Roseanne se mantuvo en silencio y tomó asiento en una de las mesas disponibles. Lisa tomó asiento frente a ella y comenzaron a comer en completo silencio. 

Until death do us apart (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora