XXXV

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—¿Qué haces aquí?—preguntó Jimin arrugando el entrecejo. 

Lisa estuvo un buen minuto golpeando la puerta esperando que Jimin le abriera. No iba a irse sin verlo y preguntarle por Roseanne. Lo que no esperaba era verlo de aquella manera. Jimin, quien normalmente tenía una intachable imagen, parecía no haber dormido en días. Su cabello rubio y desordenado caía sobre sus ojos y estos estaban inyectados en sangre. Tenía ojeras que hacían parecer que no había dormido en días y su camisa estaba arrugada y fuera del pantalón. En una de sus manos tenía una botella de whisky casi vacía y Lisa estaba segura que lo había interrumpido en mitad de su misión Ahogar las penas con alcohol.  

—Necesito hablar contigo—respondió Lisa—Es sobre Roseanne— 

Lisa lo escuchó maldecir por lo bajo. 

—Ella no está aquí asique puedes marcharte—respondió Jimin e intentó cerrar la puerta pero Lisa lo detuvo. 

—Sé que no está aquí. Es por eso que necesito tu ayuda—continuó Lisa—Necesito encontrarla, Jimin— 

Jimin suspiró con frustración y negó con la cabeza. 

—Roseanne no quiere verte, Lisa. Si quisiera verte, entonces estaría aquí ¿no lo crees?— 

—No es cierto—dijo Lisa con seguridad—Roseanne no me habría salvado si realmente no quisiera volver a verme. Me salvó del incendio, Jimin. Y temo que esté en problemas por eso— 

—¿Qué te hace pensar eso?—preguntó Jimin arrugando el entrecejo. 

—Porque lo he visto...—respondió—En sueños. No sé si son sueños, pero... No dejo de verla, Jimin. Y tengo que ayudarla—

—¿La viste en sueños?—repitió Jimin confundido. 

—Si... No sé como explicarlo... pero desde que me visitó en el hospital sigo teniendo el mismo sueño—Lisa sentía un nudo en el estómago al recordar la condición en que Roseanne se encontraba en sus sueños. 

—¿Qué ves en tu sueño?—cuestionó Jimin.

—A Roseanne... en un lugar muy oscuro y frío. Está de rodillas, encadenada y dos  barras metálicas están enterradas en... su cicatriz—dijo Lisa y se mordió el labio con nerviosismo antes de continuar—El lugar donde solían estar sus alas—

—¿Qué carajos...?—murmuró Jimin más para sí mismo que para Lisa. Este pasó una mano por su cabello con frustración—Está bien ¿Quieres ver a Roseanne? Te llevaré con ella— 

Lisa abrió los ojos con sorpresa ¿Eso era todo? ¿Sería así de fácil? Sintió tanto alivio que tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no abrazar a Jimin y besar sus mejillas en ese mismo momento. 

—¿Ahora?—preguntó Lisa. 

—Ahora—confirmó Jimin. Este dejó caer la botella al suelo sin ninguna preocupación y cerró la puerta tras él. Lisa arrugó el entrecejo confundida pero comenzó a seguirlo cuando se hizo paso al elevador. 

—¿Adónde vamos?—

—Ya te lo dije, te llevaré a ver a Roseanne—respondió Jimin casi con aburrimiento mientras presionaba el botón del último piso del edificio. Lisa decidió no cuestionarlo y esperó en silencio. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al pensar que por fin volvería a ver a Roseanne. 

—¿Estás recuperada?—preguntó Jimin tomándola por sorpresa. Lisa lo miró sin entender y eso debió reflejarse en su rostro porque Jimin se explicó—Luego del incendio— 

Until death do us apart (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora