Until death do us apart (Chaelisa)

XXIII

El día terminó sin que tuvieran la oportunidad de continuar la conversación. 

Roseanne tuvo una operación de casi cinco horas y luego se dedicó a enseñarle algunos procedimientos más avanzados a cada una de las chicas. Cuando parecía que por fin tendría un descanso, tuvo una nueva operación de último minuto y cuando terminó, las chicas ya habían terminado su práctica hace horas. 

—Luces molesta—comentó Jimin cuando vio a Roseanne entrar al departamento. Esta se quitó su chaqueta y la dejó sin cuidado sobre el sofá. 

—Estoy cansada—respondió la doctora con un suspiro. Aunque no era sólo eso. También se sentía frustrada porque seguía sin saber qué hacer con Lisa. 

—¿Turno difícil?— 

Roseanne se encogió de hombros y sacó una cerveza del refrigerador antes de desplomarse en el sofá frente a su hermano. 

—¿Estás así solo por el turno o tal vez cierta enfermera es la responsable?—preguntó Jimin. Roseanne arqueó una ceja y Jimin suspiró con derrota—Escuché a Lisa hablando con sus amigas. Les dijo que querías terminar las cosas con ella—

—¿La estás espiando, Jimin?—preguntó Roseanne arrugando el entrecejo. No le gustaba la idea de Jimin o cualquier otro espiando a la joven. Podían llamarle sobreprotectora o posesiva, no le importaba. 

—Te habría preguntado directamente pero los últimos días has estado muy ocupada—se defendió Jimin—¿Crees que no sé que pasaste el fin de semana con ella? Creí que acordamos mantener la distancia— 

—Yo no acordé nada—respondió la doctora y Jimin suspiró. 

—¿Seguirás negando que tienes sentimientos por ella?—

—Cielos, ahora suenas como Gabriel—se quejó Roseanne apoyando su cabeza en un cojín—¿Por qué no me puedo librar de todos ustedes?— 

—¿Por qué no dejas de estar enfurruñada y me dices qué sucede?—ofreció Jimin—No entiendo qué pretendías pasando el fin de semana con ella si planeabas botarla en cuanto acabaras— 

—No es así—repuso Roseanne frunciendo los labios—No quería botarla. Ni siquiera lo había considerado... Y no lo digas así. Suena como si fuera algún objeto desechable y no lo es—

—Habla conmigo, Roseanne—le pidió Jimin.

—¿Cuál sería el punto, Jimin? Sé cual es tu postura en cuanto a Lisa se refiere asique discúlpame si no creo en tu imparcialidad—

—Soy tu hermano, Roseanne—insistió Jimin—Prometo que no voy a juzgarte. Sólo te escucharé, como cualquier hermano escucharía a su hermana. Anda, habla conmigo— 

Roseanne no estaba segura si eso es lo que quería hacer. Pero no podía hablar con nadie más sobre esto, asique ¿En realidad tenía otra opción? Le dio un largo trago a su cerveza y tras considerarlo por un minuto más, finalmente decidió contarle lo que estaba pasando. Jimin la escuchó con atención y no la interrumpió en ningún momento. 

—¿Sabes? Si no tuviésemos que considerar tu verdadera identidad, no tendría ninguna duda que ustedes están hechas la una para la otra—comentó Jimin. 

—¿Por qué dirías algo como eso?—preguntó Roseanne. 

—Porque es así. Y lo que Lisa dijo en la azotea... Bueno, ella tiene razón—continuó Jimin—Ella reconoció y aceptó sus sentimientos. Pero tú no quieres hacerlo porque tienes miedo— 

—No tengo miedo— 

—Roseanne... Vamos, puedes repetirlo mil veces si eso te hace sentir mejor pero ambos sabemos la verdad—