JOSHUA JETT #3
Ya es la hora de contarle a Frances toda la historia, no puedo hacerla vivir con la incertidumbre de haberla dejado sin ningún motivo. No quiero que sufra más. No me quiero alejar más de su lado. Ella, tuvo tal impacto en mí que no puedo dejar de pensar en ella ni un segundo.
Por eso la miro fijamente mientras comienzo a limpiarle el labio, que tiene su propia sangre. Es tan distraída.
Un movimiento brusco por mi parte, hace que ella salte y grite. Estoy jodidamente enojado. Demasiado rabioso. La miro con una cara de o-te-callas-o-te-callo y se queda quietamente. La limpio correctamente, y hay un silencio en el dormitorio. Siento como comienza a crecer toda la tensión. El silencio es un poco incómodo, entonces suelto. –Cristhine. –digo sin más ni menos. -¿Eh? –suelta con una mirada confusa. -¿Quién es Cristhine? –pregunta con un tono de voz que resalta su molestia, y sonrío mentalmente ya que trataba deliberadamente de evitar que se note lo molesta que está al escuchar ese nombre de mi boca. Ella fue una muy buena amiga de infancia. –suelto. –Nos llevábamos muy bien, sus padres y mis padres son de alta sociedad y muy buen amigos, por ello, nosotros también lo fuimos –por un momento sé que duda de la palabra "fuimos" pero rápidamente se le pasa –éramos muy cercanos, tan cercanos que todos comenzaban a vernos como una bonita pareja de niños con sentimientos encontrados, pero inocentes, por ser niños. Todo iba de maravilla entre nosotros, hasta que fuimos creciendo y nuestros padres nos presionaban para andar juntos. De hecho, seríamos la real pareja perfecta –acentúo con las manos haciendo unas comillas, las últimas cuatro palabras. –Claro, nuestros padres tenían suficiente dinero como para comprar toda una isla, y éramos muy atractivos, entonces, en definitiva, éramos tal para cual. Hasta que no aguantamos. Y ella se enamoró. Justamente de la persona errada. Un chico, de sociedad bastante baja, se conocieron en la universidad mientras yo me mudaba para acá –digo, y noto cuando su rostro lentamente comienza a perder color, y se vuelve pálida. Termino de contarle toda la historia, de que en el parque Cristhine me dijo que estaba embarazada y por eso le abracé. Frances escucha atentamente todo lo que le digo, con la mirada fija en el piso, mientras juguetea con sus manos. Está nerviosa. Me pongo nervioso cuando no dice ni una palabra.
-Pero eso no explica el hecho de que hayas desaparecido. –susurra, con tanto dolor que siento algo fuerte en mi pecho y me dan ganas de abrazarla y no soltarla nunca más. Dios.
-Bueno, en realidad no te conté el final –le contesto. -Resulta que Cristhine vino en mi busca, para hacerme saber que a mi madre le han disparado en el pecho, cuando intentaban asaltarla. –termino y noto como me mira con los ojos llenos de dolor, que ya no esconden ningún sentimiento más. Una lágrima cae, luego otra, y otra. Me rompo lentamente, mientras observo cómo intenta apagar los sonidos de su llanto.
ESTÁS LEYENDO
El Atractivo y la Gorda.
Romance¿Cómo tomarías el hecho de que tengas sobrepeso, y que tu nuevo vecino sea tan atractivo como si fuera el pecado en persona? Soy Frances, una chica apunto de cumplir 18 con problemas de peso, que luego conoce al ser más arrogante del planeta, llamad...