Salgo corriendo de ese lugar, noto la mirada de espanto de Joshua, la cara de felicidad de Amber y sus dos perras que me dan ganas de vomitar.. Nunca me sentí tan humillada. Jamás. Nunca me sentí un ser tan despreciable. Nadie nunca jamás me había humillado de esa manera. Escucho mi nombre, pero solo tengo que salir de ahí. Falta poco, ahora no. Ya vas a llegar.
Al salir por la puerta me rompo. Las lágrimas salen de mis ojos como una versión pequeña de las cataratas del Niagara. Corro lo más rápido que mi peso me pueda permitir, siento que tiemblo, siento que todo se desmorona a mí lado. Todavía no puedo creer lo que acabo de escuchar. Al llegar a la puerta vuelvo a escuchar mi nombre, reconozco esa voz. Ojalá nunca lo hubiera conocido. Ojalá nunca hubiera simplemente jugado conmigo. Ojalá todo esto sea un simple sueño. Al salir de la casa, rompo a correr a correr lo más rápido posible que mis piernas pueden, y luego me apoyo por un coche. Mientras el recuerdo vuelve como un flashback.
-Mierda, Amber. ¿Por qué le hiciste eso a Fran? –espeta Joshua; así que él fue quien llegó al pasillo justo antes de que salga del baño. Escucho las risas de Perra mayor y de sus seguidoras. –Ay, querido Joshua. No es posible que te encariñes con la gorda fenómeno–dice cruelmente, y hasta puedo pensar esa sonrisa tan llena de veneno en su boca. –Aparte, creo que estás a punto de ganar la apuesta. Definitivamente se está enamorando de ti –continúa. Dejo de respirar.. ¿Apuesta? ¿ De qué mierda de apuesta hablan? Y luego caigo en la idea que Joshua apostó que me enamoraría de él. Siento que me voy a caer. –Joder, cierra la boca de una puta vez –susurra grita Joshua. Las lágrimas están a punto de salir, creo que definitivamente mi corazón se rompió. El dolor es tan agudo que no aguanto. –Sabes? Pensé que en definitiva creí que serías su amigo porque te caería genial, pero veo que solo sientes pena por esa –suelta Amber. Las lágrimas corren en silencio por mi rostro y antes de escuchar lo que Joshua está por decir, salgo corriendo como una bala no sin antes captar la mirada de horro que Joshua me da.
Nunca me sentí así. Las personas que me humillaron alguna vez en la vida, siempre eran porque no me conocían y por el hecho de ser gorda. Nadie nunca trató de ganarse mi amistad para ganar una puta apuesta. Me siento como la mierda. Utilizada, jugada, y muchas peores cosas. El dolor que siento, no lo sentí jamás. Es porque te gusta me dice una voz, y no lo niego. Me doblo mientras caigo directamente al piso con mi espalda recostada por la parte trasera del auto de algún desconocido. Comienzo a llorar más fuerte. Comencé a gustarme de él, y lo supe cuando comenzábamos a pasar más tiempo, juntos. No me hacía la loca idea de ilusionarme y pensar que tal vez, algún día, él vea lo inferior a lo exterior y se guste de mí. Pero tampoco rechazaba la idea. Pero definitivamente estaba demasiado equivocada. No puedo ver nada más cruel que apostarme si me enamoraría de él. Vaya saber cuál fue la apuesta. Escucho unos pasos, y veo que alguien me extiende la malo. No lo dudo, y él tampoco. Me abraza fuertemente. Sigo llorando fuerte en sus brazos. Jean siempre estuvo para mí, al igual que Jess pero nunca pude vero porque sólo tenía ojos para el maldito imbécil que apostó mi persona. Lo odio. Definitivamente lo odio. –Vamos –dice, y me lleva para la casa. Entro y cierro o más suave posible la puerta principal para que mis padres no me pillen y voy directamente a mi cuarto. Me encierro, y en días, no salgo. Sólo para comer o beber agua. Pero nada más. El día luego de eso se puso mucho peor cuando Joshua quería hablar conmigo. Y el día siguiente a ese, y otro.
Hacer frente a mi madre todos estos días fue una tortura, no paró hasta que le conté lo sucedido y le hice prometerme que no se meterá en mis asuntos. Lo mismo con mi padre. Algunas que otras veces Jess me llamaba para saber cómo lo estaba sobrellevando, y lo mismo hacía Jean, pero él llamaba continuadamente. Apreciaba enormemente ese gesto suyo. Algún día lo compensaré.
Los días pasaron y sigo echa una jodida mierda. Ya perdí la cuenta, ¿tres semanas? ¿Un mes tal vez? No recuerdo, pero parece una eternidad luego de lo ocurrido. Mi única compañía fue la comida. Siempre. Y eso me pone más triste. No volví a saber de Joshua nada más, me llamaba y enviaba mensajes pero no los leía ni contestaba. Jean se preocupaba por mí, siempre que llamaba me decía que tenía que salir y dejar de pensar en él. Que no podía dejar que esa barrera crezca cada vez más. Me dijo que las únicas barreras son las mentales, y ahí cedí. Hoy nos reuniremos a charlar un poco.
Luego de vestirme demasiado simple y muy asquerosa para mi gusto. Salgo a reunirme con él en algún parque del jodido planeta. Y para mejor aún, él parque donde nos fuimos el día de mi cumpleaños con él. Jean me ve y me abraza. Realmente me abraza, pero ya no siento nada. No lloro porque no hay lágrimas. No siento dolor porque se acabó. Ya no siento nada. Parecería que me rompieron el corazón y los sentimientos se fueron, irónico. Nos sentamos en algún banco y hablamos. Me pregunta cómo lo llevo y por mi rostro debe notar la respuesta porque sigue hablando. Luego de un momento, me dice algo que me sorprende. –Me gusto de ti, Frances. Y no me mires por favor con esa cara, porque no es un milagro. Eres una chica fantástica, hermosa y no me importa tu físico. No es un problema para mí. –dice todo tan rápido que me quedo fascinada. Le sonrío sincera y tristemente, aunque es el primer intento de sonrisa en todos estos días de infierno. –Pero sé que tu corazón ya tiene dueño –continúa y abro completamente los ojos. -¿Co.. cómo? –susurro. ¿Qué está diciendo? –Sé que sientes algo por el idiota de Joshua. Lo vi en tus ojos aquel primer día que nos conocimos. Lo mirabas y tus ojos brillaban de un color tan hermoso. –me sonrojo, y me dan ganas de llorar. –Eres demasiado bueno para mí –le digo. –No, incorrecto. No hay alguien lo suficiente bueno para ti Fran –me dice, y me abraza. Sí que sabe cómo hacer sentir mejor a alguien, éste chico en definitiva merece a alguna chica hermosa que lo ame de manera descontrolada.
-Te esperaré –susurra. –Todo lo que quieras. –continua muy despacio y siento algo en mi pecho. Es demasiado bueno, y lo aprecio demasiado. Pero no puedo. No cuando me siento tan mal y despreciable, aunque él borró un poco de ese sentimiento.
-Gracias –le susurro y me besa en la frente. No creo haber perdido todo. Aún me queda un verdadero amigo, con sentimientos sinceros y no malos, me digo. Y me viene a la mente esa sonrisa perfecta con los hoyuelos más hermosos. Mierda.
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El Atractivo y la Gorda.
Romance¿Cómo tomarías el hecho de que tengas sobrepeso, y que tu nuevo vecino sea tan atractivo como si fuera el pecado en persona? Soy Frances, una chica apunto de cumplir 18 con problemas de peso, que luego conoce al ser más arrogante del planeta, llamad...