Desde que conocí a Joshua, todo ha cambiado. Es como si fuera más consciente de lo que soy, y también me encuentro más segura de mí misma. Y eso es raro porque de vez en cuando, Jean y yo nos chateamos, o a veces conversamos por teléfono. No soy una chica que se hace ilusiones con un chico cuando conversan, pero él es bastante agradable y a veces siento como si quisiera impresionarme, pero no me siento muy segura de mí misma con él, que cuando estoy con Joshua.
Estamos caminando con Jean por el shopping cuando vamos a comer algo. Hacemos nuestros pedidos, y observo como la camarera nos mira, a uno y luego a otro, como si fuera un juego de tenis y mirara la pelota. Luego se fue. Sé exactamente lo que pensaba.
Jean cada vez me sorprende más, es alguien tan divertido; le sale naturalmente. Me encanta. Dice que soy muy genial y hace que me sonroje en la mayoría de las conversaciones.
-Enserio, me encanta haberte conocido Frances, eres realmente la persona más divertida y hermosa que conozco –dice, tranquilamente. Me vuelvo a sonrojar. –Gracias –musito. Luego de eso, en el camino a mi casa, me dice que mañana estará organizando una fiesta y que, le encantaría que vayal. No lo niego y acepto. Entonces queda que me pasará a buscar a las 19. Y nos despedimos.
Al bajarme del auto, noto por el rabillo del ojo que Joshua está en su patio mirando hacia mí, y voy con la sonrisa más estúpida en mi rostro. –Hola sobrino de la cantante más genial del mundo –le digo. –Hola chica, veo que saliste con el rarito de la pizza, ¿eh? –dice totalmente distraído y frunzo el ceño. Antes, cuando Jean me habló sobre la fiesta, pensé en Joshua y que seguro querría ir, así que le pregunté si podía invitarlo, y dudó por un momento, pero luego aceptó. –Oye –digo totalmente haciendo pasar de largo su comentario. –El rarito mañana hará una fiesta, y estás invitado. –Dije mientras entraba a mi casa. Enserio pienso que hace un esfuerzo sobrehumano para dejar de ser idiota, pero sigue siendo imposible.
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Me pongo un par de medias largas y una pollera de cuero un poco encima de la rodilla, una remera colorida, encima mi chaqueta de cuero y mis botas de color verde musgo. Veo la hora y faltan cinco minutos para que Jean venga a buscarme. Me miro en el espero y veo mi maquillaje, un poco de polvo, delineador de ojos y los labios bien rojos y mi cabello suelto. Lista. Veo que tocan la puerta y bajo. Cuando le dije a mis padres, no tuvieron problemas y me dejaron ir. Abro la puerta y veo a Jean, tan impresionante con un par de botas militares, unos jeans claros y una remera negra. Todo su cabello perfectamente desordenado como si recién se levantara de la cama. Me da una sonrisa. –Estás demasiado hermosa, Frances. –Dice, todavía no me acostumbro a que un chico me halague, pero puedo notar que él es muy sincero y eso me gusta. –Muchas gracias, lo mismo digo –y le guiño un ojo, luego nos vamos a su casa. Una casa realmente impresionante. Nunca creí que él o su familia tuvieran tanto dinero. Cómo dijo que la fotografía era su pasión y que se dedicaba a eso, creí que era de una familia normal y humilde como la nuestra. Pero veo que estaba totalmente impresionada. Su casa es como un castillo, pero en versión pequeña. Igual sigue siendo gigante.
Cuando caminamos a su casa, se puede escuchar el sonido de la música bastante alta, y algunas personas. Me sorprende todo lo que hay dentro de ella. Todo es sumamente elegante y patéticamente costoso. Entramos y veo que ya hay bastante gente. Todos nos miran de una manera extraña y Jean agarra mi mano, luego vuelven a la normalidad. Nos adentramos más y consigo ver a Joshua en la cocina; ¿Cómo consiguió llegar antes que yo?
Cuand estoy a punto de ir para saludarlo, noto que una mano con unas uñas perfectamente pintadas de color rosa se posan en su hombro y veo que una cabellera rubia se acerca a lo que sería su labio. Sé exactamente de quién se trata y ella me mira. Me da una sonrisa tan burlona y luego lo besa. Fue como si hubiera recibido un puñetazo en el estómago. Me dan ganas de vomitar. Le digo a Jean si nos podemos ir a tomar aire fresco y nos vamos al patio por la puerta trasera.
Obviamente ellos tienen una relación, se nota. Y obviamente hacen bastante buena pareja, me digo. Jean se fue a traerme una bebida y yo me quedo a mirar el cielo. Siento un movimiento en la espalda y noto que unas piernas se sientan a mí lado. No es necesario deducir quién, porque me familiaricé con la hermosa fragancia de esos perfumes, y esos vans negros.
-Aquí estás, eh? –me dice Joshua chocando sus hombros con los míos. -¿Cómo me encontraste si estabas bastante ocupado? –le suelto, y cierro la boca. Sí que eres estúpida.
-Vi a Jean, y ayer me dijiste que vendrían juntos, entonces me fui y le pregunte. –me dice. Me mira fijamente de pies a cabeza y yo comienzo a sentirme nerviosa. –No me mires así, me molesta. –le digo. –Estás muy linda, Frances. –me dice, pero no sé si creerle. –Josh, bebé –escuchamos que alguien dice y me tenso al oír esa voz; él lo percibe. –Estaba buscándote y… -se calla y me mira. -¿qué haces con éste fenómeno? –suelta. Hago un ademán de levantarme y Joshua me frena. –Amber, no seas así. –gruñe él, y veo que Jean se acerca con bebidas en ambas manos y se para a mi lado. –Creo que todavía no nos presentamos –dice ella con una voz tan cínica. –Soy Amber. –me mira como si fuera la cosa más asquerosa y extiende su mano. –Frances –y le doy un apretón antes de soltarla. –Oh, Jean querido, necesito un refresco. –suelta ella y agarra la bebida –Per… -Jean está bastante confundido. –Bueno Josh, te espero en el baño. –le susurra ella lo suficientemente fuerte como para escuchar, y me tenso. Luego todo pasó muy rápido. Escucho un pequeño grito bien actuado de Amber y siento como algo frío fluye por mi cabello directamente hacia mi espalda, doy un salto. Esa maldita perra lo hizo…
-Ups, perdón. –dice, de la manera más bien actuada y me dice al oído para que sólo yo escuche. –Maldita gorda fenómeno, no te le acerques si no quieres lamentarte el resto de tu vida –susurra. Joshua y Jean están muy callados. Y yo simplemente quiero irme de aquí. Ella se va con una sonrisa triunfal en sus labios y yo salgo corriendo. –FRANCES! –gritan los dos. Me giro.
-Hay un baño en el segundo piso, a la izquierda –dice Jean mientras él y Joshua dan una pelea con las miradas. Ruedo los ojos, sólo falta que aparezcan rayos de los ojos de los dos y comience la lucha.
Al limpiarme todo, salgo del cuarto, y en el pasillo escucho tres voces de chicas. Una más chillona que la otra. –Y no creerán la cara que puso el fenómeno cuando sintió la bebida por su espalda – reconozco esa voz. La maldita perra. Siento un movimiento por las escaleras y entro al baño, escucho otra voz y me desmorono. Fue el mayor error que cometí.
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El Atractivo y la Gorda.
Romance¿Cómo tomarías el hecho de que tengas sobrepeso, y que tu nuevo vecino sea tan atractivo como si fuera el pecado en persona? Soy Frances, una chica apunto de cumplir 18 con problemas de peso, que luego conoce al ser más arrogante del planeta, llamad...