Lloro tanto que posiblemente el agua en mi cuerpo se ha agotado. Lloro por el hecho de que mi vida siempre fue una miseria, echando de lado a mis padres. Lloro por el hecho de que alguien como Joshua haya sufrido la misma cantidad que yo, pero de diferente manera. Lloro por ser una egoísta. Por ser una estúpida. Por pensar que por todo lo que he pasado, otra gente no estará sufriendo por sus propios problemas. Lloro por creer que soy la única con graves problemas, cuando estaba totalmente equivocada, y eso se demuestra en Joshua y su cara de dolor en estos momentos. Lloro por todo y absolutamente todo.
Me hecho directamente a sus brazos y lo abrazo fuertemente. No sé en qué momento me levanté de la cama, y en qué momento lo hizo él. Pero una vez que lo abrazo, retrocedemos dos pasos y medio hasta que mi espalda choca contra la pared y lentamente vamos descendiendo juntos. Me siento la peor persona del mundo. Lloro sobre la remera de Joshua mientras inhalo profundamente su esencia. Probablemente dentro de unos minutos me arrepentiré de haber hecho esto, pero maldita sea, lo he extrañado como nunca. Y ahora mismo, no lo negaré delante de nadie. Amo a este chico. Un completo imbécil, pero a la vez una persona demasiado comprensiva y que estuviera sufriendo, mientras yo lo estaba odiando. Seguimos con nuestro abrazo, que dura tanto que no me doy cuenta que mi celular comienza a sonar con Pink de Aerosmith. Nos separamos, hasta que nuestras frentes se tocan, y simplemente puedo cerrar los ojos. En definitiva, de seguro me veo como la mierda.
Me levanto y agarro mi celular. Es mi madre. Oh joder. Miro la hora. ¿Cómo mierda pasó tan rápido el tiempo que son pasadas de media noche? La llamo de vuelta y le miento que a la mañana le dije que saldría con Jean y que de seguro ella se había olvidado, supongo que duda, pero luego me manda un beso y pide que me divierta. Rodo los ojos. Enserio, tengo los padres más raros.
Me giro y veo a Joshua, ya de pie. Mientras me mira con los ojos rojos. Eso solo sería una señal. Estuvo llorando conmigo. Y por solo un motivo. Su madre.
-¿Cómo lo estás llevando? –susurro mientras me siento en su cama. –Cada día es duro, pero supongo que bien. –dice mientras se sienta a mi lado, con nuestros brazos rosándose por la cercanía.
-Joshua, yo.. –empiezo. –No te disculpes, no tienes la culpa de absolutamente nada. –me interrumpe. Niego fuertemente con la cabeza. –No, enserio. Yo, yo necesito disculparme por todo lo que ha pasado hoy. Por gritarte, golpearte, y también, porque cuando no estabas conmigo, se me pasó por la cabeza, comenzar a odiarte. Pero eso jamás sucedería, porque siento algo muy profundo por ti. Me he enamorado de ti. Y fui una egoísta. Creyendo que me dejaste por ser totalmente lo contrario a Cristhine y que te has dado cuenta que simplemente soy una pérdida de tiempo.. Cuando –trago un nudo que me creció en la garganta –cuando tú te has pasado sufriendo lo mismo que yo, si no es mucho más. Soy una estúpida, una maldita egoísta. Pero no entiendo por qué no me lo dijiste. Estuve devastada todos estos meses. Te he extrañado como nunca. Y.. y no sé lo que nos pasará pero puedes contar conmigo siempre. Por favor, recuérdalo. Yo sólo… -y vuelvo a llorar. Me tapo el rostro con las manos y sigo llorando. Y él no se inmuta. No hace absolutamente nada. –Siento lo de tu madre, Josh. –le digo, aún con mis manos en el rostro, y éstas amortiguan mi voz. –Sigue en silencio y frunzo el ceño. ¿Por qué no dice absolutamente nada? Levanto la vista y veo que me mira fijamente con algún tipo de brillo especial en sus ojos. ¿Por… por qué no me dices nada? –susurro, totalmente nerviosa. Y luego se asoma una risa por su rostro. Una risa hermosa. Que hace notar esos hermosos hoyuelos. Una risa tan sincera que me corta la respiración y algo comienza a crecer en mi pecho. -¿Qué? –pregunto totalmente confundida. Y luego me besa.
Maldita sea como besa este chico.
He extrañado sus besos, su labio. La manera en que mueve sobre los míos y hace que automáticamente los dedos de mis pies se tuerzan. Es demasiado maravilloso para ser real. Pongo mis brazos por su cuello mientras nos levantamos al unísono para acostar mi cuerpo en la cama y él quede encima mío. Este beso es totalmente diferente al que nos hemos dado anteriormente. Termina el beso demasiado rápido para mi gusto, y protesto con la garganta cuando escucho su risa. Está demasiado feliz para el momento lleno de tensión y lágrimas que acababa de venir. –Dilo de nuevo. –susurra mientras lentamente mueve su nariz sobre la mía. Trago. Ese gesto es totalmente tierno. -¿Decir qué? –susurro mientras sorbo mi nariz de la manera más asquerosa.
Me mira, y sus ojos se oscurecen, como algo dentro de él ha cambiado. Me mira de una manera demasiado profunda, demasiado intensa, tan “demasiado” que todo mi cuerpo se eriza y a la vez tiembla. De mover lentamente su nariz, sobre la mía, ahora mueve lentamente sus labios, rozando mi mentón, mi mejilla izquierda, mi cuello, mi lóbulo y luego mi cuello. Se queda ahí, y yo simplemente cierro mis ojos. Es demasiada intimidad, para alguien como yo; tan poco experimentada.
-Dijiste que te has enamorado de mí, Frances. ¿Lo haces?
Me tenso completamente y hago memoria en qué maldito momento le he confesado eso. Oh mierda.
Oh mierda.
Jodida mierda.
Trago el enorme nudo del tamaño de una pelota que creció en mi garganta, y no tengo el coraje suficiente para mirarlo a los ojos. Así que me separo rápidamente, lamentado el hecho de sentir un gran vació cuando no estoy cerca de él, y odiando el hecho de que él me haga sentir eso. Miro mis manos, que últimamente se volvieron demasiado entretenidas para mi vista, cuando estoy con él.
-Yo, eh… -comienzo balbuceando. No es necesario mentir. ¿Para qué? Ya es hora de que haga algunos cambios, de que comience a hacer lo que me gusta. Lo que malditamente me plazca. Ya es hora que deje de ser una jodida cobarde.
-Sí. –le digo con total horror de levantar la vista y ver que está más blanco que la harina y me abandone, para siempre. Pero al mirarlo, su reacción es totalmente opuesta a la que estaba esperando. Se queda quieto, sí, pero me mira de una manera, que me hace querer esconder bajo la cama por lo tan intensa que me devuelve. Y, al siguiente segundo, está abrazándome tan fuerte que temo romperme la espalda, aunque eso sería imposible. Le devuelvo el abrazo, y me besa en la cabeza. Varias veces.. Decenas de besos por todo mi rostro que hace enamorarme más de él. No sé si es lo correcto. No sé si es lo incorrecto. Pero ¿a quién malditamente le molesta? A mí, no. Y por lo que veo, a él tampoco. Entonces, todo está bien.
Suelta el efusivo abrazo y noto esos hoyuelos, por la sonrisa que me da. Es simplemente demasiado hermoso para ser real.
-Estaba tan malditamente esperando que me dijeras eso el segundo día que me conociste. Pero no, me dijiste todo lo contrario. Me llamaste de tantos nombres muy poco apropiados para esa boca tuya, y me hipnotizaste con lo que eres Fran. Esos meses que no estuve, estaba devastado. Yo, yo me he enamorado de ti. –confiesa y pareciera como si el tiempo se ha congelado. Mis ojos están tan abiertos que en segundos saldrían di mi rostro. Mi boca está tan abierta, que bien, una manzana entera podría caber en ella. Y estoy tan malditamente quieta que La Estatua de La Libertad sentiría envidia.
Estoy demasiado sorprendida, tan sorprendida que reacciono sólo cuando siento la palma derecha de Joshua rozar mi mejilla izquierda. Estoy demasiado cansada por todos los sentimientos que tuve en cuestión de segundos. Me dan ganas de llorar por Joshua, de sonreír por su confesión. Me dan ganas de hacer de todo, pero a la vez de hacer absolutamente nada. Estoy tan confundida. Lo miro, y él sigue con su palma sobre mi mejilla. Sonrío. Realmente sonrío.
Y de lo único que soy capaz es de asentir, y darle un casto y ligero beso en sus labios.
-No sé cómo malditamente en la tierra eso es posible. Pero estoy demasiado feliz. –le digo.
-Sabes, tengo una gran obsesión por las chicas que escuchan rock y llevan playeras de cualquier banda, todo el maldito día. Pero, la púa de Joe Perry, definitivamente sumó puntos. –dice en broma y le saco la lengua. –Eres increíble, y me encargaré de decírtelo todos los días de mi vida. –susurra sobre mis labios, sintiendo el aire fresco que emana de su boca.
-¿Sabes? Tengo una cosa loca por los tatuajes. Eso te sumó muchos puntos. Varios. –le digo.
-Oh no, tengo mucho más para mostrarte que solo mis tatuajes, nena. Estoy seguro que, otra cosa será la calificación más alta. –dice descaradamente mientras me guiña un ojo.
-Necesitamos trabajar duramente con ese ego y arrogancia tan grande que tienes. –suelto tratando de aparentar lo más seria posible, pero mi pequeña sonrisa me delata.
-Eso es lo que más ama de mí. –murmura mientras nos volvemos a abrazar. Suelto un lento, placentero y silencioso suspiro. No sabes todo lo que amo de ti, Joshua Jett. Definitivamente no.
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El Atractivo y la Gorda.
Romance¿Cómo tomarías el hecho de que tengas sobrepeso, y que tu nuevo vecino sea tan atractivo como si fuera el pecado en persona? Soy Frances, una chica apunto de cumplir 18 con problemas de peso, que luego conoce al ser más arrogante del planeta, llamad...