CAP10

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Nunca en mi vida di mi primer beso. Nunca en mi vida busqué un novio o intenté tirar onda con alguien. Eso jamás pasó. No sé si algún momento llegue a suceder, pero tampoco me hago ilusiones. El hecho de estar frente a Joshua, en mi dormitorio, jugando a las 20 preguntas y la primera que lanzó fue la de si ya di mi primer beso, es totalmente humillante. Miro hacia el basurero que está a un costado de mi cama para no mirar sus ojos color miel. Está frente a mí, y su mirada me intimida. Lo odio.

-Sí –miento mientras sigo mirando hacia el basurero. Noto que sonríe. Estúpido. 

-¿Enserio? –pregunta como si no lo creyera. Lo entiendo. Bufo 

–No, pero no descarto la idea, la resguardo para alguien, eh... Especial? –digo y no sueno para nada convincente, y para él tampoco.  

–Vamos Frances, no puede ser –dice él con una mirada traviesa en los ojos mientras se acerca. ¿Me besará? Oh Jesús, realmente me besará. No pienses demasiado, es alguien tan atractivo y ni tú puedes creer que quiera besarte, lanza mi subconsciente. Me sonrojo. 

-¿Qué.. qu... qué haces? –tartamudeo y me alejo mientras se acerca. 

–Dándote tu primer beso. 

-¡¿QUÉ?! –Grito. –Deb.. Debo ir al baño ahora mismo. –suelto y me levanto tan rápido que tropiezo y me caigo de culo. JODERRR! Cierro los ojos fuertemente al escuchar la carcajada de Joshua mientras lo veo levantarse, me extiende su mano para que la agarre y lo hago. Me vuelvo a sentar en la cama. Es tan estúpida la manera en que me afecta sólo con tocar sus manos. No me quiero imaginar si me besa con esos labios que ahora mismo comienzan a moverse y yo no entiendo lo que dice pero simplemente me quedo mirando, hipnotizada... 

-FRANCES! –grita. 

–Eh, eh, sí? –digo, necesito buscar algún escondite. 

–Decía que es tu turno de lanzar la primera pregunta –dice seriamente. Y yo casi pierdo la pregunta mientras busco como loca alguna opción. ¿El baño? No, él me preguntaría que me pasa. ¿Y si le digo que me siento mal y le pido que se vaya? No. Haría lo mismo. Ya sé, debajo de la cama... o 

–Joder, Frances, enfócate –dice 

–Ah sí.. –y antes de poder pensar la pregunta, mi boca suelta un -¿A qué edad perdiste la virginidad? –y la cierro rápidamente. Definitivamente debería esconderme debajo de la cama. Pienso. Me mira con los ojos abiertos y luego esa sonrisa.. oh dios, la sonrisa más engreída que conozco. Pongo los ojos en blanco. 

-¿A qué edad crees? –pregunta. 

–Creí que dirías que eras virgen. –le digo, totalmente sarcástica. Él sonríe. 

–Soy virgen. –dice, y comienzo a reírme. Realmente me río, fue como su no lo hubiera hecho en años, y lo es. Me rio tanto que las lágrimas salen de mis ojos. Suelto carcajadas tan poco femenina que parezco una foca hiperventilando con epilepsia. Luego de varios minutos consigo calmarme. 

–No.. joder, Joshua.. Eres –río un poco –eres realmente divertido. –lo miro, está seriamente. Oh no, enserio es virgen. 

–Espera.. Enserio, ¿enserio eres virgen? –pregunto mientras agarro el vaso de jugo de piña que está en la mesita de noche cerca de mi cama y luego de dos segundos el comienza a reír. Si yo parecía una foca epiléptica que estaba hiperventilando, él parece algo mucho peor. Como una cabra soltando gritos de mujer al parir. Su sonrisa es muy divertida y me río con él. 

–No, no soy virgen, tienes razón. –dice y comienzo a beber el jugo –La perdí a los 13 –dice y luego todo sucedió muy rápido.

Escupo todo el jugo por su cara justo cuando siento un flash de fotografía y miro a la puerta, mi madre tratando de contener su risa con una mano y con la otra una cámara fotográfica instantánea. Oh no, joder. En el tiempo exacto, en el lugar exacto. Me levanto rápidamente y antes de que pueda agarrarla, Joshua estira sus brazos y la agarra antes que yo. Maldito hombre de las cavernas con brazos de Slenderman. Mi madre desaparece y cierro la puerta, lo miro. Jugo de piña por su cabello, un poco en su rostro y el resto en su cárdigan azul, sin ninguna remera por debajo. Trago. Él sigue mirando la foto mientras se sienta en la cama, y me voy a su lado para mirarla. Es realmente lindo. Yo con mis ojos bien abiertos; una mano tiene el vaso y otra está en mi boca, mientras él tiene un rostro de sorprendido y el jugo por toda su ropa. –Dámela –le digo. –No, es mía. –Dice y la guarda en su bolsillo delantero. –Bueno, continuemos. –dice y yo cruzo los brazos. –No te saldrás con la tuya. –le digo. Y él me sonríe. -¿ah sí? –dice. –Ya me las pagarás.

El Atractivo y la Gorda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora