EXTRAS

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Primera Navidad de Joshua y Frances

 


-¡ERES UN MALDITO INFELIZ JOSHUA JETT! –grito con todas mis fuerzas cuando siento algo helado, que recorre toda mi columna, en el interior de mi blusa. Escucho la carcajada de Joshua como si una cabra estuviera teniendo un orgasmo. No me pregunten cómo sé el sonido de una cabra teniendo un orgasmo. Es la primera navidad que pasaremos juntos, los dos. Ya que, como mis padres están de viaje justo en esta fecha, que raro, Joshua también está solo, pero por cómo somos una pareja, decidimos pasar juntos, pero qué coincidencia. De cualquier manera estaríamos juntos, pero, ahora es más como privado. Sólo nosotros. Nuestra primera navidad.


            Resulta que, Joshua es tan inteligente que se olvidó de que existe navidad, y que la gente normal festeja la navidad, y que también la gente normal tiene un árbol de navidad, pero como sé que mi querido novio, no es normal, y no es como la gente normal, no tiene un maldito árbol de navidad. Cuando me lo contó, sus mejillas se enrojecieron de una manera tan tierna que entonces decidí no decir ninguna grosería a su "sexy persona" como él diría, y fuimos a comprar lo necesario para un jodido árbol.


Mientras yo, tranquila y buena novia, estaba poniendo el último detalle del árbol, que sería la estrella, siento que cubos de hielo bajan lentamente por mi espalda, por lo que doy un grito, y a la vez un salto. –¡TE VOY A MATAR ESTÚPIDO! ¡Y NO ME IMPORTA SI NOS VEMOS EN EL MALDITO INFIERNO! –gruño mientras giro lentamente con una mirada asesina hacia Joshua que, el muy maldito sigue tirado al piso. Miro por todos lados, y cuando mis ojos posan en los baldes de pintura que hay en una esquina, sonrío. Se preguntarán que hacen ahí los baldes de pintura, bueno, él decidió que quería poner un poco de vida a su casa, entonces decidimos comprar pintura y hacer nosotros mismos.


            Mientras él sigue tirado, riendo como un perro viejo teniendo un orgasmo e infarto, yo tranquilamente y con la sonrisa más inocente en mi rostro, voy en busca de los baldes. Agarro tres. Amarillo, rojo, y verde. Oh si Joshua Jett, el chico malo de todo el vecindario será un maldito pony.

Lentamente me pongo a centímetros suyos y comienzo a derramar los tres baldes a la vez como una ninja. Creo que de mi boca sale una risa tan malvada que hasta Maléfica sentiría envidia. –Señora y señores, les presento al nuevo integrante de My Little Pony! –digo con demasiado entusiasmo, mientras las carcajadas de Joshua cesan, y las mías comienzan a surgir.

Debería haber traído la videocámara que tenía en mi casa para grabar el rostro de Joshua. Está para morir de risa. ¡JA! La venganza es dulce, maldito y sensual Joshua.


-No... -dice lentamente mientras se levanta y repasa su mirada por él mismo. –Jodidamente no lo has hecho. –dice, tan seriamente que dejo de reír. Levanta su mirada hacia mí, y trago. Oh oh, creo que no era una buena idea, Frances. Dice una voz en mi interior. –Tú comenzaste. –le digo a la defensiva. Y él camina lentos pasos hacia donde me encuentro. Parece un león, o un leopardo o un jodido tigre en busca de su presa. Lento, tranquilo, y con toda la seguridad del mundo para luego saltar en ella, y comerla. –Esto es pasarse de la raya. –dice, totalmente serio. –No puede ser que no hayas aguantado la broma, Joshua. –le digo con un nudo en la garganta. –Broma. Mis. Pelotas. –dice secamente.


Estoy jodida.


Mis ojos se rebuscan por alguna salida. Mi espalda toca la pared, y estoy como a cuatro pasos de él. A mi lado tengo un mueble, y al otro lado, está otro mueble. La puerta está como a siete pasos largos. Si me muevo un poco seré capaz de llegar hasta la salida. Él acorta otro paso más. Solo nos distancian tres pasos.


Tomo una profunda respiración.


-Vamos Joshua, fue solo una broma. –digo con una sonrisa nerviosa. Miro fijamente la puerta que está a siete pasos, y creo que él se da cuenta de la próxima cosa que haré, por lo que corre directamente hacia mí.


Sus brazos están a cada lado de mi cabeza, y tengo su pecho pegado directamente en mi pecho. Baja su cabeza de manera que mis ojos miran los suyos, nuestras narices se rozan y nuestros labios están a centímetros de tocarse. Mi respiración se vuelve irregular.


-¿Te crees muy lista, no, mi hermosa Frances? –dice él mientras huele mi cuello. De alguna manera la pintura no ha caído en su rostro. Yo muevo más el cuello, de manera que le doy más acceso a él. Mis manos se apoyan en su hombro lleno de pintura.


            Mi mente quiere ir a la realidad, que, enserio hemos hecho un desastre, pero los labios de Joshua rozando lentamente mi cuello, no me permite. Trago el enorme nudo que ha crecido. Siento miles de mariposas en mi estómago, o tal vez simplemente quiero vomitar, no lo sé.


-Tú comenzaste. –susurro y me dispongo a decir unas cuantas palabras más cuando él me calla con un beso.


Un sensual, y terriblemente lento beso, que, me hacen doblar los dedos de mis pies. Sus labios se mueven al unísono con el mío. Su beso es cariñoso, lento, con tanto amor que es inevitable no enviar mis manos a su suave cabello.  Lo estiro suavemente y todo, absolutamente todo cambia. El beso de alguna manera se vuelve más salvaje. Es como si ambos necesitáramos más, como si no estamos conformados con solo esto. Mi necesidad de tocarlo es tan grande que hago un ademan de sacar su remera. Él, con una sonrisa encima de mis labios, accede fácilmente, y levanta los brazos. Una vez fuera su camisa, mis manos van para todos lados.


Sé que lo próximo, me hará sentir un poco rara, y sé que tendré demasiada vergüenza como para sacarme mi blusa. Él tiene un cuerpo para matar mil demonios, y yo no. Pero sus siguientes palabras me hacen borrar cualquier pensamiento. –No pienses demasiado, Frances. Simplemente, disfruta. –me dice mirándome fijamente a los ojos. –Obviamente si quieres. –me dice y lo vuelvo a besar.


Por supuesto que quiero esto.


¿Cómo no iba a querer esto?


Lentamente dejo que meta su mano en mi blusa, y comience a tocar el cuerpo que alguna vez querría dejar de tener, pero con su toque tan cariñoso y tan atento, ya me hace olvidar cualquier cosa que no desee de mi cuerpo.


Levanto mis brazos, y lo próximo que sé, es que, ambos estamos desnudos toda la parte de arriba.


Olvido todo.

Quién fui. Quién soy.


Olvido todo el sufrimiento que alguna vez viví.


Olvido todo el dolor que alguna vez sentí.


Olvido absolutamente todo.


Y simplemente me dejo amar por Joshua, de la misma manera que él se deja amar por mí.

El Atractivo y la Gorda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora