CAP 16

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Cada tatuaje en mi cuerpo tiene un significado importante para mí. Pero a cual le tengo más cariño, es a mi primer tatuaje. Unas rosas cubriendo dos pistolas, encima de mi pecho izquierdo. El motivo fue, la banda que me hacía olvidar lo duro que era mi vida, mientras escuchaba sus canciones a todo volumen. Guns N’ Roses tiene la manera absurda de volverme loca. Esa banda de chicos malos, que ahora ya no son más que leyendas vivientes, estaba en el momento que más los necesitaba.

Y el hecho de salir de la ducha, secarme el cabello con una toalla y a lo lejos oír la voz de Axl Rose cantando que todos necesitamos tiempo para nosotros mismos; que necesitamos algo de tiempo, solos; me detuvo de secarme el cabello para agarrar el cepillo y cantar con ello las últimas estrofas de November Rain a todo pulmón.

            Al salir de mi cuarto ya con unas botas bajas de cuero negro, unos jeans negros y mi remera sin mangas con el logo del Appetite For Destruction bajo a la cocina con la intensión de tomar el desayuno con mis padres y freno totalmente en seco, por la visión del maldito invasor en mi cocina, que tropiezo con una mesita que no sé de dónde mierda surgió y comienzo a maldecir. –JODER PUTA MESA DE MIERDA! –grito tan alto ya que, estoy segura, dentro de mis botas, mi dedito pequeño está sangrando.

Joshua escupió todo su leche con cereal que tenía en la boca, se tiró al piso y comenzó a reír como un jodido ganso.

-Maldito infeliz, deja de reírte. Recuerda que existe el karma –gruño todavía sintiendo el terrible dolor en mi pie. -¿Dónde demonios están mis padres? Y ¿por qué mierda estás en mí casa, preferentemente en mí cocina con lo que sería mí desayuno en tu boca, antes de parar en el suelo? –espeto.

            Espero… y espero. Y nuevamente espero. Hasta que por fin su risa de ganso drogado a terminado.

            -No lo puedo creer –dice todavía tirado en el piso mientras con su brazo, tapa sus ojos. Esa maldita bella sonrisa con hoyuelos desaparecerá en cuestión de segundos cuando mi puño destroce su perfecta dentadura. –Respondeme –gruño.

-Bueno, hoy me levanté temprano, salí de la cama con mi sexy bóxer –mientras me mira descaradamente y trago fuerte –para luego abrir las cortinas de mi cuarto y encontrarme con que es un bello día para ir de paseo a algún lugar con mi chica. –dice tranquilamente y yo suspiro. –Tu chica? No soy tu chica. No eres mi dueño –le digo aparentando enojo pero fallo rotundamente. Su sonrisa es más grande. –Bueno, decía por Paris –dice y definitivamente mi puño golpeará su rostro. Hablaba de su maldito auto. Un puto auto con un maldito nombre.

            -Infeliz –digo yéndome para la cocina y prepararme algún desayuno digno de mi persona.

            -Entonces –continúa como si más –pongo un poco de Guns N’ Roses para bañarme, pero en la ducha, escucho como la voz de un loro mezclado con un gato maullando intentando cantar las últimas estrofas de November Rain arruinando completamente la canción… -me sonrojo notablemente. Oh, joder. Me ha escuchado cantar. Mierda. –Y luego recuerdo que mi novia vive cerca, así que decidí ir a su casa para invitarla a almorzar, pero cuando llego a la puerta, mis suegros la abren adelantándose. Les digo que vengo por ella, y me dicen que pase, me sirva el desayuno, y la espere porque enseguida bajará. También me dicen para que la avise de que hoy tienen que ir a trabajar bien temprano ya que les apareció un problema y no estarán todo el fin de semana. Luego entro a desayunar, y mi despistada novia choca contra una mesita al sorprenderse con mi belleza de imagen y creación, en su cocina, comiendo su desayuno. –termina la historia con un rostro de mucho orgullo para mí gusto. Me sonrojo por el hecho de que me quiera ir a llevar a almorzar. Porque sea tan atento y comprensivo, porque sea tan tierno conmig… -Hey maldito infeliz, no canto como un loro mezclado con un gato maullando. –digo totalmente molesta.

            -Era broma, Fran. –dice mientras se acerca y me besa en la frente con sus manos a los lados de mi cadera, por la mecera, y me aprisiona con su cuerpo. –Y qué dices? –susurra mirando tan fijamente mis labios que aprieto los dedos de mis pies por su cercanía. -¿Decir qué de qué? –pregunto totalmente tonta. -¿Vamos a almorzar juntos como una digna pareja? –pregunta. Sólo puedo asentir porque continúo quieta.

Al desayunar todo, vamos a su casa para recoger a Paris, la maldita camioneta de Joshua.

Llegamos a un bonito bar-resto de comida mexicana, todo era hermoso. Tenía colores vivos, así como retratos de paisajes de México, como también sombreros de mariachis y demás cosas. Nos quedamos en alguna mesa cerca del bar, y llega una camarera, rubia, con las tetas más falsas que he visto, casi saliéndose de esa diminuta blusa. Su mirada está posada quieta y únicamente en Joshua. Ruedo los ojos. Es increíble el efecto que tiene en las mujeres. Desde las más putas hasta las más santas. Estoy segura que al bajarnos del auto, una abuela fijó su mirada en su increíble trasero y luego se mordió el labio. Joder. Fue asqueroso. Nos pregunta, más bien, pregunta a Joshua qué pedido haremos para comer. Él me pregunta y distraídamente elijo algo de la carta, la camarera ni siquiera mira para mi lado, y su mirada sigue fijamente en la de Joshua. Los celos me comen las entrañas, y no aguanto. –Amor, no deberías pedir nada que contenga queso o cualquier comida con lactosa, ya que eres intolerante a ella. ¿No querrás repetir la misma escena dónde no llegaste a tiempo en el baño y lo hiciste en tus pantalones, o sí? –pregunto tan inocente como puedo, mierda, enserio podría ser la nueva estrella de Hollywood si continúo así; Tom Cruise, ya llegaré.

            Joshua me mira con los ojos bien abiertos, mientras la camarera se retira rápidamente con una cara asqueada cuando consigue los pedidos. No aguanta y suelta una gigante carcajada, mientras yo simplemente me muerdo los labios para no sonreír.

Joshua sigue con si carcajada y yo distraídamente miro el mantel que tengo enfrente, con unos diseños bastante raros. –Mierda, Frances. ¿Por qué hiciste eso? –dice divertido. No admitiré que estoy celosa por él. Nunca. Jamás. Eso sería triplicar su maldito ego. Oh no, Joshua. Olvídatelo. –Nada, era muy mal educada al no poner su vista en mí cuando le hice el pedido. Obviamente estaba embobada observándote, con esos tatuajes que te dan la apariencia de chico malo, ya que eres bastante atractiv… -mierda, mierda, puta mierda.

Y ahí está, esa maldita sonrisa engreída. ¿Por qué no solo cerré la boca? Pero no, tenía que continuar hablando para agrandar el ego de este idiota que es más grande que el Titanic. –Digo, fue una mal educada. –termino en seco. –Ah, sí? –pregunta inocentemente mientras acerca su rostro lentamente. –S… sí. –tartamudeo. –Bien, pues yo diría que sonaste bastante celosa y molesta. Pero la realidad es que la camarera fue bastante descortés admirando esta belleza de hombre. Concuerdo contigo –argumenta con una carcajada y simplemente ruedo los ojos mientras una sonrisa se asoma en mis labios.

Maldito sexy arrogante chico malo.


El Atractivo y la Gorda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora