CAP 9

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Un día a la vez, me digo, cada vez que me recuerdo de todo. El dolor continúa, pero hice un gran progreso al no afectarme tanto como antes. Ya casi no pienso en Joshua, paso mucho tiempo con Jean. A veces salimos al cine, a tomar helado, o simplemente a pasar el tiempo. Como ahora mismo. Sentados en la entrada de mi casa, riéndonos de los chistes más tontos que escuché en mi vida. Es demasiado simpático, y muy apuesto. Pero el hecho de que quiera pasar tiempo conmigo y me quiera hacer sentir mejor, es doblemente lindo.

Lo miro a los ojos y noto que se tensa. Su sonrisa flaquea y su mirada se vuelve fría como el invierno, en ese par de ojos celeste cielo. Vuelvo la cabeza y me tenso. Realmente me tenso. Ahí está. Parado como una estatua, con el brazo estirado para abrir la puerta trasera, mirando para acá; mirándome tras esos anteojos de sol que le quedan estupendamente bien. Es increíble lo hermoso que es y cómo puede sacarme el aliento con tan solo mirarlo. Los tatuajes que se asoman por las mangas de su remera, esos jeans cortos y unos vans… negros. Me quedo helada. Él hace lo mismo y Jean comienza a levantarse,  se de lo que es capaz y antes de que haga algo estúpido lo agarro de  la mano. Joshua mira nuestras manos unidas y se tensa. Mira para otro lado y con una mano comienza a tocar su cabello. Lo conozco demasiado para mi propio bien. Está en una lucha interna.

Yo continúo sin moverme y Jean anda diciendo algo. Creo que no le estamos escuchando, porque seguimos mirándonos hasta que lo veo moverse para acá y reacciono. Me levanto en un ademán de entrar para la casa antes de que venga lo que tiene que venir. –Frances –susurra Joshua, en su voz hay tal dolor que me hace frenar en seco y lo miro. Realmente lo miro y me doy cuenta de que tiene ojeras, y parece demacrado. –Por favor, sólo… Yo sólo, necesito hablar contigo. –continúa, y lentamente se acerca. Miro a Jean y veo que lo mira fijamente. Le digo que espere adentro y me vuelvo a sentar, soy tan estúpida.

No le digo a Joshua que se siente a mi lado, porque se queda parado a unos cuantos metros. Mentalmente agradezco eso. Por lo menos tiene un poco de inteligencia. Estar tan cerca de él es como si fuera que todo mi cuerpo vuelve a sentir y comienza a reaccionar de manera muy loca. Siento la tensión. Lo sentimos. Pero a la vez siento esa corriente eléctrica como la primera vez que me agarró de la mano. Soy tan ilusa.

Sigo mirando fijamente a una piedra cerca de mis pies, esperando a que comience. No tuve que esperar mucho. –Yo… yo realmente lo siento Frances. Estoy destrozado, no tienes ni idea… -lo miro con tal enfado que no puedo controlar el temblor en mi voz. –DESTROZADO?! –Grito y me levanto de un salto. -Acaso tienes una idea de cómo malditamente me siento yo?! –articulo. –No! No la tienes. Fue.. fue lo –tomo un profundo respiro. –Fue lo peor que sentí en toda mi vida. Fue la cosa más repugnante y decepcionante que me han hecho. Nada… -continúo –Nada se compara con esto –termino con un susurro.

Luego de varios minutos, vuelve a hablar. -Podemos.. podemos solo ir a caminar un rato? –pregunta. Y no me queda otra cosa más que asentir.

No sé cuánto caminamos, pero paramos hasta que estuvimos frente a un hermoso lago. Toma asiento en el pasto y yo hice lo mismo, con una suficiente cantidad de centímetros  separando nuestros cuerpos. Nos quedamos mirando el agua, tan tranquila y llena de paz, por varios minutos hasta que comenzó a hablar.

-Eres una chica genial, Frances. Y no tienes ni idea. No lo dejas ver por tu físico, y no me mientas, lo sé. –miro para otro lado-. No eras la típica chica que conozco. No lo eres –afirma, moviendo su cabeza en señal de negación y mirándome. Definitivamente no, pienso. –Me caíste bien. Demasiado. Tienes una gran personalidad. Tantas chicas hermosas sin personalidad y tú lo tienes todo -dice y bufo, ruidosamente. –Ya quisiera –susurro y sonríe. – No tienes ni idea, verdad? Bueno entonces, ese será mi primer trabajo contigo, luego de ganarme tu amistad. –continúa y lo miro con una cara de “qué demonios?” –Me utilizaste –digo con tanto dolor en a voz que siento su cuerpo temblar igual con la distancia que llevamos. –Lo sé, y no tienes ni idea de como me siento –habla. La noche que te vi con tus amigos, aquel día en la pizzeria, esa misma noche yo estaba con Amber.. – dice seriamente y me tenso completamente con tan solo escuchar ese nombre.

-Fui tan estúpido. Estaba tan enojado. ¿Cómo podrías simplemente impresionarte que Jean y conmigo no? Sé que sueno egoísta, pero.. –acaso dijo eso enserio? -¿De dónde demonios sacas que no me impresionas jodido idiota? –grito y me levanto de un salto. Lo apunto con el dedo –Eres un completo imbécil, ¿cómo no lo entiendes? Desde el día en que te conocí me sacaste el aliento. ¿Quién cómo tú habla con gente como yo? –sigo gritando –y sabes? –Continuo-  Insisto, eres el mayor canalla de todo el universo –mi voz comienza a fallar. –No.. no tienes idea por todo lo que pasé, y aun así me trataste como la mierda. Eso.. eso no te lo perdono, jamás. –termino con apenas un susurro y me voy. –Joder, Fran!! –grita y siento que viene detrás de mío. Me agarra del brazo y me empuja contra su pecho, está tan cerca que siento su respiración. Me muevo con toda la fuerza del mundo y sólo consigo parecer una estúpida. ¿Cómo tiene tanta fuerza si soy mucho más grande que él? –Por favor, no me toques –le digo mirando para otro lado. El recuerdo de haber escuchado que solamente fui una apuesta es como un balde de agua fría. No me suelta, pero afloja su agarre y consigo separarme unos centímetros. –Sigues invadiendo mi espacio, antes de que te arranque las bolas y te las haga comer, suéltame –espeto, a esta instancia estoy bastante enojada. Él simplemente se ríe. ¿Acaso estamos en un concurso de chistes? Maldito idiota.

-Fran, por favor. No me dejas terminar. –me dice conteniendo su risa. –Lo de la apuesta no duró un día, cuando Amber me dijo que apostáramos a que te enamoraría en pocos días, no miento, me sedujo la idea. Pero, luego, me di cuenta que sería un idiota... –Oh, enserio? Porque todavía no dejaste de serlo, no creo que dejes de serlo en un buen tiempo –le gruño. Sonríe –Qué? –espeto. –Nada, eres muy graciosa. –sonríe más grande. –En fin, -continúa- lo de la apuesta terminó ese día, le dije que no quería hacerlo, no me importan una mierda mis guitarras –me dice, y lo miro fijamente. –Bueno, tal vez sí, pero recuerda, soy multimillonario –dice mientras guiña un ojo y recuerdo cuando le pregunté por sus padres y habló tan secamente que me sorprendió; dijo que ellos no le importan, ni él a ellos. Que son multimillonarios porque tienen una cantidad absurda de compañías petroleras por todo el mundo. –Pero no hay manera en el infierno que te obligue a que vuelvas a ser mi amiga. Lo que hice no tiene perdón. Pero siempre fuiste una amiga muy especial para mí. –Dice mirándome a los ojos. Amiga especial. Claro, sus sentimientos no van a ir más lejos que eso. Soy una boba.

Asiento. –Bueno, entonces, todo bien. –le digo y me mira sorprendido. –Bueno, entonces.. ¿Qué pasa con Jean? -le miro sorprendida, ¿A qué viene eso?.

-Últimamente estuvo mucho tiempo conmigo, sabes. Él me apoyaba cuando… -no consigo terminar y él entiende. Noto que se tensa. –Sí, soy un idiota –musita secamente.

Luego de eso regresamos a la casa.

-Quiero que sepas que pienso volverme a ganar tu amistad. –dice orgullosamente, levanto una ceja. -¿Ah sí? –pregunto. –Sí, empezando con esto. –saca de su bolsillo unas entradas de Aerosmith, la que me había regalado en mi cumpleaños, la que le pedí que guardara ese mismo día. El concierto es en algunos días; pensaba si él igual me invitaría, o simplemente ya descartó la idea. Eso me saca una sonrisa. –Gracias -le digo y agarro una. Cuando está por entrar a su casa le grito. –Oye, Joshua! –frena. –Acuérdate que no soy tan fácil de sorprender. –Eso ya lo veremos, Fran. Me gusta lo difícil. –dice guiñándome un ojo y entra. Sonrío, muevo la cabeza. Es tan exasperante. Estoy feliz de que no haya tocado el tema donde admito que me impresiona. Entro a mi casa y noto que Jean ya no está. ¡Mierda!

El Atractivo y la Gorda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora