CAP 26

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JOSHUA JETT #4


No aguanto verla llorar. Algo en mi pecho duele con sólo verla.

Actuamos instintivamente y al unísono, chocamos en un abrazo con demasiados sentimientos para describir. Nos abrazamos por segundos, minutos, mientras me emociono por lo que sucedió con mi madre, lloro por el hecho de que hice sufrir a la persona que ahora mismo, es lo más importante. Lloro porque Frances llorar en mis brazos como si todo fuera el fin. Puto marica, me dice una voz en mi interior, e irónicamente río en mi mente porque, si me preguntaban, meses antes de conocer a Frances, si me veía en esta situación de llorar porque me duele su dolor, me reiría hasta llorar. Pero ahora, está sucediendo exactamente eso. En el abrazo retrocedimos dos pasos hasta que su espalda toque la pared, y caigamos lentamente al piso.

Ella inhala mi aroma. Me tenso. Amo cuando hace eso. Amo. Quién diría que amarías lo que ésta chica hace.

Pierdo la noción del tiempo, del lugar, de todas las cosas, hasta que escucho la voz de Steven Tyler en el celular de Frances. La están llamando. Es su madre. Le pregunta dónde está. Ella dice que, hoy temprano le dijo que estaría en lo de Jean. Me dan ganas de golpear la pared cada vez que escucho su nombre. Son pasado media noche. Joder, definitivamente con Frances pierdo toda la noción. Me levanto del piso mientras ella cuelta.


            -¿Cómo lo estás llevando? –susurra mientras se sienta en mi cama. –Cada día es duro, pero supongo que bien. –digo, mientras me siento lo suficientemente cerca suyo cómo para que nuestros brazos se rocen. –Joshua.. Yo... -y ahí venía su disculpa innecesaria. -No te disculpes, no tienes la culpa de absolutamente nada. –le digo, mientras ella niega fuertemente con la cabeza. –No, enserio. Yo, yo necesito disculparme por todo lo que ha pasado hoy. Por gritarte, golpearte, y también, porque cuando no estabas conmigo, se me pasó por la cabeza, comenzar a odiarte. Pero eso jamás sucedería, porque siento algo muy profundo por ti. Me he enamorado de ti. Y fui una egoísta. –y no escucho nada más.

Algo en mi interior se derrite, algo extraño sucede, algo que sólo esas cinco palabras consiguieron hacer, en tantos años. Me he enamorado de ti. Estoy feliz, ¿por qué? Claro que sé porqué.  Lo supe ese mismo día que estuve lejos de ella, en el entierro de mi madre. Ese día donde debería estar triste, pero por alguna razón, pensar en ella, en Frances, me hacía sentir de todo menos triste. Pensar en ella me traía muchos sentimientos al instante, tantos que me confundían demasiado, hasta que caí en la realidad, y ya no podía negar lo innegable. No podía evitar lo inevitable. Me he enamorado de ti igual, Frances.


            Ella sigue parloteando todo lo que se guardó en ella, pero yo simplemente no quito de la cabeza esas cinco palabras.

Cuando –traga –cuando tú te has pasado sufriendo lo mismo que yo, si no es mucho más. Soy una estúpida, una maldita egoísta. Pero no entiendo por qué no me lo dijiste. Estuve devastada todos estos meses. Te he extrañado como nunca. Y.. y no sé lo que nos pasará pero puedes contar conmigo siempre. Por favor, recuérdalo. Yo sólo... -y vuelve a llorar. Se tapo el rostro con las manos y sigue llorando. Debería sentirme horrible porque ella llora y yo sonrío como si me gané la lotería del año. Se da cuenta que no me inmuto, pero no sabe que estoy sonriendo porque sus manos ocultan sus ojos. –Siento lo de tu madre, Josh. –continúa, aún con las manos en el rostro, que amortiguan mi voz. –Sigo en silencio mientras la miro como si fuera la mejor creación hecha en la tierra. Frunce el ceño. Es hermosa. Sin prejuicios, sin estereotipo, con tanta empatía en su ser. Es la mejor persona.

Levanta la vista y la miro fijamente. -¿Por... por qué no me dices nada? –susurra, totalmente nerviosa. Sonrío como nunca sonreí antes. -¿Qué? –pregunta totalmente confundida.


Y yo solo puedo hacer una cosa.


Besarla.


Besarla como si fuera el último día de nuestras vidas.


Y amarla como si no hubiera un mañana.

El Atractivo y la Gorda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora