Resulta que el chico detrás del mostrador, de nombre Ashton Sidoris, es mi jefe y dueño de Woodstock, un completo genio. Tiene 25 años y todavía no comprendo cómo alguien de su edad pueda tener una tienda tan genial como ésta. Llevo trabajando aquí dos semanas, y cada vez se vuelve mejor. En realidad, soy la única que trabajo para Ash, como lo llamo. Decidió que era hora de tener algún ayudante, y qué mejor persona que ama Radiohead como yo, dijo simpáticamente.
Detrás de toda esa apariencia de chico malo, con la barba bien larga y los ceños siempre fruncidos, más esos ojos desinteresados, existe el chico más simpático y tierno que he conocido. No hay un día donde no me ría a carcajada estando con él. Pasamos 7 horas al día juntos. Sería algo aburrido, pero todo lo contrario. Trabajar en el lugar de mis sueños, con alguien tan cómico como él, hace que olvide completamente a Joshua. Es más, ni siquiera hago el esfuerzo de recordarlo. Pero definitivamente mis sentimientos no cambiaron, y eso siempre me saca una mueca. Con Jean continúo teniendo una conversación, escasa, pero todavía la hay. Me ha contado que ha conocido a la chica de sus sueños, y está bastante feliz con ella. Y yo igual, estoy demasiado feliz de que haya encontrado al amor de su vida. Me invitó a una fiesta que estará haciendo en su casa este fin de semana, que sería dentro de tres días, y pregunté si podía llevar a mi jefe, se quedó en silencio durante varios segundos que pensé que se cortó la línea, pero luego aceptó.
-Hey, Ash… Este fin de semana un amigo mío estará haciendo una fiesta en su casa... Y…. eh, estaba pensando… -Sí. –suelta él cortamente mientras sigue leyendo The Rolling Stone Magazine. Yo continúo en silencio, quietamente mientras lo sigo mirando. ¿Ha aceptado sin preguntar de qué se trataba? Observo como deja de prestar atención a la revista y me mira. -¿Qué? –espeta. –Eh, sólo que… no creí que fueras a aceptar la invitaci… -No seas idiota, Fran. –dice mientras me saca la lengua.
-Eso fue muy infantil de tu parte, señor viejo. –recrimino. ODIA rotundamente que se lo moleste por su edad, fui consciente de eso cuando me dijo su edad y lo llamé de viejo. Me mira con una mirada de odio mientras lentamente se levanta de su silla y con total suavidad posa la revista sobre el mostrador. Sigue mirándome como si sus ojos soltaran rayos y me quitara la cabeza. Sale del mostrador y comienza a caminar lentamente con pasos bastante sensuales hacia mí. Oh no. Joder. Esto ya había sucedido unas cuantas veces. Comienzo a retroceder lo más rápido que puedo hasta que choco con el mostrador de “Heavy Metal Bands Álbums” y se caen algunos cd’s, pero no puedo tomarme el tiempo de recoger mientras el maldito anciano me mira con esa mirada. –Fran, sé una buena empleada y recoge los discos que has dejado caer al suelo –demanda Ashton con tanta suavidad y cinismo en su voz que no puedo evitar una risa muy histérica. Sigo retrocediendo hasta que giro para correr.
Pero el jodido hijo de su madre, para la avanzada edad que tiene, se mueve como el maldito Flash. Antes de que pueda correr, él ya me agarra del brazo y me estira fuertemente hasta que choco contra su pecho y los dos caemos derechito al piso. Hago un ademán de levantarme pero el, anteriormente flash, se convirtió en un maldito ninja y ahora está encima de mí. Tan malditamente cerca que puedo sentir nuestras respiraciones mezclándose. Está tan cerca, que cuando susurra, su aliento choca directamente contra mis labios. –Oh no, Frances. ¿Qué te he dicho con llamarme de esa manera? Eres una empleada muy desobediente. –habla y luego chasquea la lengua de manera reprobatoria. Yo solo puedo quedarme quieta. Y nos miramos fijamente mientras cada vez me pongo más nerviosa y mi respiración se hace irregular. Hasta que… oh gracias señor salvador que ha abierto la puerta de la tienda y ha hecho que Ashton y yo seamos capaz de volver a la realidad e intentar retomar compostura. Pero cuando intento levantarme, siento que él continúa frente mío y soy tan despistada que mi frente choca fuertemente con la suya.
-JODER ASHTON, ERES UN MALDITO BASTARDO –grito fuertemente que de seguro quién sea que acaba de entrar por la puerta, ha salido rápidamente. Me sobo la frente hasta que siento un líquido saliendo por donde más me duele. Observo como Ashton abre grandemente sus ojos. En ningún momento se ha inmutado por el golpe en la frente. –Muévete antes de que muera desangrada por tu culpa, maldito anciano. –continúo antes de ponerme a gritar como loca ya que el muy canalla comenzaba a hacerme cosquillas por los brazos. Sí, soy tan rara que tengo cosquillas en los brazos y él se enteró de la misma manera que me enteré que odiaba que lo juzgara por su edad. Escuchamos que alguien se aclara la garganta y caigo en la realidad.
Estoy en el piso, tirada, con mi jefe encima mío, mientras con una mano agarro mi frente desangrando y con la otra agarro fuertemente la camisa de Ashton. Me sonrojo completamente, mierda. Esta escena es digna de YouTube y varios o miles de visitas. Empujo fuertemente a Ashton mientras me pongo de pie de un salto. Cosa totalmente errada ya que comienzo a marearme y siento como alguien me agarra de los brazos. Y no, definitivamente no es Ashton.
Esa loción de perfume puedo reconocer en cualquier lugar. Parecería ayer que estuve abrazando a este hombre e inspirando fuertemente su fragancia.
Jodida mierda, Joshua está en la tienda.
Y observó toda nuestra escena con Ashton.
Puta madre.
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El Atractivo y la Gorda.
Romance¿Cómo tomarías el hecho de que tengas sobrepeso, y que tu nuevo vecino sea tan atractivo como si fuera el pecado en persona? Soy Frances, una chica apunto de cumplir 18 con problemas de peso, que luego conoce al ser más arrogante del planeta, llamad...