PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA]

[26]

Eran las 6:00 am y Sana apenas llegaba a casa, luego de pasar toda la tarde y la noche con Nayeon, estaba sumamente cansada de fingir que estaba contenta.

No lo estaba.

Pasó casi todo un día separada de Tzuyu, ¿Y si se cayó? ¿y si se había cortado con algo?

¿Si Tzuyu estaba en peligro?

Apenas estacionó su auto, colocó las llaves en la puerta sin miedo a romperlas, abrió la puerta desesperada y entró.

Aunque no le costó mucho encontrar a Tzuyu, estaba justo unos pocos centímetros alejada de la puerta, dormida mientras abrazaba sus piernas.

– ¿Tzu? – Sana alzó sus cejas un poco sorprendida.

¿Tzuyu la esperó toda la noche junto a la puerta?

Cerró la puerta tras ella cuidadosamente  para no hacer ningún ruido, lentamente comenzó a acercarse a Tzuyu quedando recostada a su lado. Sana nisiquiera podía creer que de verdad Tzuyu se había dormido ahí.

Sus ojos se abrieron de par en par cuando unos delgados y frágiles brazos rodearon con ternura su cuerpo, abrazándola con cuidado. Tzuyu ya sabía que Sana estaba en casa.

Sana arqueó sus cejas y miró a Tzuyu con amor y ternura.

– Perdón por llegar tarde –

[•••]

– ¡Aquí está el desayuno! – Dijo Sana pasandole ese pequeño plato de comida a Tzuyu.

Aunque no hubiera dormido en la noche, Sana se sentía con bastante energía, estaba segura de que ese abrazo de Tzuyu le había quitado todo el cansancio.

– Gracias –

Hubo un pequeño silencio mientras Sana comenzaba a comer con ganas, como si todo fuera cotidiano, una familia normal que se enfrentaría a un nuevo día. Sin embargo, a Tzuyu la consumía la curiosidad.

– ¿Dónde estuviste toda la noche? – Preguntó.

Sana alzó sus cejas y sonrió con algo de malicia.

– Si te digo que estuve con otra chica... ¿Te pondrías celosa? –

– Para nada – Respondió, Sana hizo un pequeño puchero.

– Estuve con Chaeyoung, fui a una fiesta–  Dijo Sana despreocupada.

¿Por qué hablarle de Nayeon cuando podía simplemente mentirle? De todas formas, podría engañar a Tzuyu de mil y un formas y la taiwanesa nunca se daría cuenta.

– Entiendo – Dijo Tzuyu, mirando la comida con un poco de asco.

– ¿No te gusta lo que te cociné? –

– No tengo mucha hambre –

– Pero lo cociné para nosotras – Sana tomó la tostada de pan y la acercó a Tzuyu.

– Sana, por favor – Tzuyu desvío su mirada y no comió del pan que Sana le ofrecía.

Sana solo rodó sus ojos y puso la tostada en el plato, tomó el plato con el resto de comida y lo tiró al suelo.

– Ya no sirve – Dijo para seguir comiendo.

Tzuyu se asustó un poco, pero a juzgar por la cara de Sana tal vez no tenía intensiones de pegarle. Sólo se veía un poco enojada.

– ¿Cenaste anoche? –

– No –

– Deberías comer más, estas muy delgada, cualquiera podría confundirte con un esqueleto –  Sana terminó de comer y llevó sus cosas al lavaplatos.