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– Lalalalalala – Cantaba Sana mientras limpiaba su hogar.

Tzuyu se encontraba sentada en el sofá de la sala con sus manos esposadas y en ropa interior.

Había pasado una semana, el tiempo para la taiwanesa era lento y matador ¿cuanto le costaría salir de ahí?.

No había avanzado mucho, pero todo era poco a poco, su plan era que Sana le tuviera confianza, por eso no iba muy a la defensiva en lo que la japonesa decía u ordenaba.

En este tiempo Tzuyu tenía mucho tiempo para pensar, después de todo no veía televisión ni usaba un celular, comía poco, casi siempre se sentía débil y era obvio que no salía de aquella casa.

– Aaa~ – Dijo Sana sentándose a su lado – Estoy algo cansada – Pasó su mano por su frente intentando quitar todas las gotas de sudor que tenía.

Tzuyu no le respondió, simplemente se dedicó a observarla, era una de las cosas que más hacía ... estudiar cada uno de sus movimientos.

Sana sonrió.

– Sabes Tzuyu, te tengo un regalo – Dijo Sana abrazando el cuerpo de la chica, Tzuyu se sorprendió un poco, tenía algo de curiosidad.

– Que bueno – Respondió.

– Lo tengo en la habitación, ya te lo traeré – Dijo Sana levantándose y saliendo corriendo directo a la habitación.

Tzuyu entrecerró los ojos, ¿en serio Sana actuaba de forma tan infantil?.

Sana regresó corriendo con una caja no muy grande entre sus manos, llegó y se sentó en el mismo lugar.

– ¿Quieres que lo abra? – Preguntó Sana antes de abrir la caja.

– Sería mejor que yo lo hiciera, puedes quitarme las esposas – Dijo Tzuyu con una sonrisa, su Intentó de convencer a Sana no funcionó.

Sana arqueó la cejas y miró a Tzuyu algo triste

– ¿que intentas decir? ¿Quieres decir que quieres escapar? – Preguntó Sana mientras sus ojos se comenzaban a cristalizar.

Tzuyu se asustó.

– No, No, No – Negó rápidamente extendiendo sus manos para tocar el rostro de Sana para calmarla un poco. – No es lo que quise decir.

– ¿entonces que quisiste decir? – Preguntó Sana frunciendo el ceño. Tzuyu sabía que está se enojaria en cualquier momento así que entró en pánico.

– Yo- – Tzuyu tragó en seco y se acercó lo más que pudo dejando un beso en los labios de la japonesa – Te amo mucho – Dijo dándole una sonrisa nerviosa.

Sana la miró por unos segundos directo a los ojos, un sonrojo y una pequeña sonrisa comenzó a aparecer en su rostro calmando a Tzuyu un poco.

– yo también te amo – Dijo Sana comenzando a abrir el regalo.

De la caja sacó un collar de mascotas que tenía un corazón metálico en el medio, Tzuyu al mirar esto se quedó inmóvil.

– lo compré para ti, pensé que te verías super bonita – Dijo Sana con una sonrisa ‐ Dime, ¿Te gusta?.

Tzuyu se estaba poniendo nerviosa, si le decía algo negativo a Sana tal vez está se enojaria mucho y le podría llegar a pegar.

– Me encanta – Dijo con una sonrisa mientras tomaba el collar entre sus manos – ¿p-odrías ponér-melo?

– Claro, Chuchu – Dijo Sana con una sonrisa, tomó el collar y se lo colocó con mucha delicadeza.

Al terminar Sana se levantó del sofá y miró de un mejor ángulo a Tzuyu, mientras esta tenía ganas de llorar.

PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora