PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA]

[29]

Sana despertó repentinamente al escuchar su molesta alarma, apenas eran las ocho de la mañana, pero debía acompañar a Nayeon y a Chaeyoung a hacer unas cosas.

Giró sus ojos y se levantó de la cama, miró a su alrededor, Tzuyu no estaba por ninguna parte. Eso era raro, normalmente Tzuyu estaba dormida a esta hora.

Salió de la habitación en busca de la taiwanesa, caminó hacia la sala, Tzuyu no se encontraba ahí, pero algo llamó su atención.

Aquel pequeño ramo de rosas que le regalo Nayeon estaba destruido y todos los pétalos estaban tirados en el sofa.

Alzó sus cejas sorprendida, pero no le dió mucha importancia y siguió buscando a Tzuyu. Sana giró sobre sus talones y caminó hasta la cocina, encontrando al fin a Tzuyu recostada en la mesa del comedor.

Parecía estar dormida, pero, ¿Qué hacía Tzuyu ahí?

Se fue acercando poco a poco hasta llegar a su lado y con delicadeza dejó caer su mano en la cabeza de Tzuyu, acariciándola lentamente.

– Tzuyu, ¿estás dormida? – Preguntó Sana en voz baja.

– No – Respondió de forma seca alzando su cabeza y sentándose bien. Tzuyu miró a Sana con las cejas arqueadas intentando demostrarle a Sana lo triste que se sentía.

Y Sana lo notó, los ojos de Tzuyu estaban hinchados y algo rojos, como si hubiera llorado por horas. Después de unos segundos de silencio, Sana tomó una silla y se sentó enfrente de Tzuyu para luego preguntar

– ¿Estás bien? –

¿Cómo debía responderle eso? Era obvio que se veía destruida.

Tzuyu nisiquiera pudo formular una palabra, simplemente se acercó a Sana y la abrazó dejando caer su cabeza en su cuello.

Sorprendida, Sana correspondió el abrazo de Tzuyu, pero seguía preguntándose porque la taiwanesa se veía tan deprimida.

– ¿Sabes que pasó con las flores que estaban en la sala?

– El gato las rompió – Mintió, no podía decirle a Sana que ella las había destruido una por una.

– Ou, bueno, de todas formas solo eran flores – Sana sonrió y se abrazó más a Tzuyu.

– ¿Las flores eran para mí? – Preguntó.

– Si, tendré que comprarte otras – Sana rió y Tzuyu apretó sus puños con fuerza.

La estaba engañando.

– Quisiera pasar todo el día abrazada contigo –

– Pero puedes hacerlo – Tzuyu se separó de Sana y la miró.

Sana arqueó sus cejas y suspiró, por mucho que quisiera quedarse con Tzuyu, tenía cosas que hacer.

– Iré a bañarme – Dijo Sana levantándose con cuidado y dejando a Tzuyu sentada en la cocina.

Tzuyu bajo su mirada y miró el suelo por unos segundos, se levantó y caminó hacía la sala, debía limpiar todo el desastre que había hecho.

Con algo de molestia comenzó a recoger, cada uno de los pétalos, recordando como esa chica se los había dado a Sana, como se besaban.

– Mentirosa – Murmuró, justo en ese momento se percató de que una de las flores seguía intacta.

Tzuyu tomó la flor y la apretó con fuerza, haciéndola trizas entre sus manos, eso quería hacer con esa chica.

Aquella que le estaba robando el amor de Sana.

Después de unos veinte minutos, Sana ya estaba lista para salir, Nayeon y Chaeyoung ya venían en camino, así que solo tenia que esperarlas.