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– ¿Estás bien? – Preguntó Nayeon mientras miraba a Sana con curiosidad.

La verdad es que ya habían pasado dos meses desde que se habían conocido y no podía sentirse más feliz, la verdad se sentía bastante atraída hacia Sana y creía que el sentimiento era mutuo.

Juntas en ese bar mientras esperaban a las demás chicas, Sana bebía whisky sin tener mucho control, cosa que no le gustaba mucho a Nayeon.

– ¿Por qué lo preguntas? – Preguntó Sana sonriendole a Nayeon.

La verdad estaba bastante harta de seguir a su lado, si, la coreana le caía bien, pero sabía las intenciones que tenía con ella y no estaba nada interesada.

Verla todos los días, salir a tomar, salir a comer, eso no despertaba ningún tipo de interés en Sana, más cuando su corazón y vida le pertenecían a otra persona.

– Estás bebiendo mucho – Dijo Nayeon algo preocupada, por lo que Sana rió.

– Vamos, así bebo siempre – Sana tomó otro trago y miró a Nayeon mientras sonreía.

Nayeon suspiró y le devolvió la sonrisa, no entendía ni como ni cuando, pero Sana había robado su corazón que hasta a veces no podía parar de pensar en ella. Y eso que salían casi todos los días por petición de la coreana.

– En el tiempo que llevo conociendote nunca te he visto borracha – Dijo Nayeon tomando un trago – Creo que sería algo divertido.

– No tomaré de más, tengo cosas que hacer al llegar a casa –

Justamente eso era lo que más le gustaba de Sana, la dejaba con intriga y deseando saber más sobre ella. La volvía loca cada vez que decía ese "tengo cosas que hacer"

– Nunca me has dicho que tanto haces en tu casa –

– ¿Acaso debería decírtelo? – Preguntó Sana alzando sus cejas.

– Bueno, creo que nos tenemos confianza, así que no estaría de más –

– ¿Crees que te tengo confianza? –

Nayeon alzó una ceja y le dio un pequeño golpe en el hombro a la japonesa.

– ¿¡Me vas a decir!? – Exclamó Nayeon ya fastidiada.

Sana la miró y está vez ella alzó su ceja, suspiró y tomó un trago.

– La verdad es que secuestre a alguien y lo tengo en mi casa – Dijo Sana con una sonrisa burlona.

– ¡Deja de burlarte de mí! – Exclamó dándole otro golpe en el hombro.

– Tu deja de pegarme –

– Holaa – Dijo Chaeyoung llegando a la mesa de Sana y Nayeon.

– ¡Chae! – Nayeon se levantó y le dio un gran abrazo, Sana hizo lo mismo y todas se sentaron a hablar.

– ¿Dónde están Mina y Momo? – Preguntó Sana.

– Se quedaron afuera hablando, creo que vendrán dentro de un rato –

Chaeyoung llamó al mesero y pidió un trago, no era muy fanática de las bebidas fuertes así que con un cóctel estaría bien.

– Por lo que veo ya estas tomando – Dijo Chaeyoung mirando a Sana, está solo asintió – Es algo raro, no te gustaba mucho el alcohol.

– Pues, creo que ya le agarré cariño a tomar, además, solo llevo un par de tragos –

– Llevas diez – Interrumpió Nayeon a Sana y la miró con el ceño fruncido.

PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora