FINAL

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¿Tzuyu se había marchado?

¿Se había ido de su vida?

Era todo lo que podía pensar Sana mientras miraba a la nada en su sala.

Había destrozado todo, rompió su televisor, sus platos, cualquier tipo de decoración, su casa estaba patas arriba.

Pero eso a Sana no le importaba en lo absoluto, solo sentía un gran y profundo vacío en su interior que la carcomia poco a poco.

Su gran amor se había ido de su vida, se había marchado, Tzuyu la había dejado sola.

¿Qué hizo mal?

Sana llevó su mano a su cabeza y en un ataque de ira jalo su cabello, mientras la primera lágrima caía de sus ojos.

Tzuyu se había ido. Esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza.

– ¡CALLATE! – Se gritó a si misma.

Su garganta ardía, no podía formular muchas palabras, se sentía paralizada.

El tiempo se había detenido y sólo estaba ella sentada en lo que antes era una hermosa sala, abrazando sus piernas, todo estaba oscuro y frío.

Estaba sola de nuevo.

Sin sentir esa calidez que Tzuyu le proporcionaba, ese cariño que la hacia sentir con vida.

Dependía de ella para seguir viviendo, sin ella la vida no tenía sentido.

Simplemente, estaba muerta en vida.

Sana seguía llorando sola, clavando sus uñas en sus brazos intentando detener toda esa adrenalina que corría por su cuerpo. Con desesperación llevó sus manos a su cabeza y comenzó a golpearse.

Estaba completamente loca y comenzaba a perder el control otra vez.

Sana se levantó del sofá y con rapidez fue al baño, debía darse un baño para pensar.

Pero justo antes de entrar se detuvo, nuevas preguntas llegaban a su mente.

¿Tzuyu llamaría a la policía?

¿Vendrían a arrestarla?

¿Tzuyu volvería algún día?

Cerró sus ojos con fuerza y entró al baño.

Pero al abrirlos su corazón se detuvo, sintió su sangre dejar de circular, todo el aire saliendo de sus pulmones...

Tzuyu nunca se fue de casa.

Justo enfrente de Sana estaba el cuerpo frío y sin vida de la Taiwanesa.

En ese instante, Sana cayó de rodillas y se arrastró hasta llegar al cuerpo de Tzuyu, ignorando la sangre que estaba en el suelo, tomó en sus brazos a la taiwanesa y la miró.

– ¡Tzuyu! ¡Tzuyu no te fuiste! – Repetía mientras abrazaba el cuerpo – Abre tus ojos, ¡Por favor!

Unió sus manos con las de la taiwanesa, seguía llorando a mares, esperando que Tzuyu le sonriera y le dijera lo mucho que la amaba.

– ¿N-no vas a hablarme? – Preguntó tartamudeando un poco.

Sana siguió mirando a Tzuyu, tenía muchísimas cortadas en su muñeca y brazo, y un vidrio en su otra mano.

Sana tomó la mano de Tzuyu y la acercó a su rostro, quería sentir sus caricias, quería sentir su calidez, sentirse amada.

– No me haces daño – Dijo con suavidad intentando aliviar ese dolor en su corazón – Nunca lo has hecho.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2023 ⏰

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PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora